domingo, 21 de marzo de 2010

Finca Loranque


En Bargas, municipio situado a unos 15 Km de Toledo, se encuentra Finca Loranque, a la vera del río Guadarrama y en un terreno arenoso-arcilloso, entre olivos están los terrenos de la finca, que si bien son extensos, solo dedican unas 42 ha. Al cultivo de la vid.


Llegar hasta este edificio del siglo XVIII, antigua casa de labores del campo y construida con la arquitectura toledana de entonces, es un poco aventurado, ya que el camino está bordeando campos e incluso se atraviesa el río, pero merece la pena un poco de aventura, sobre todo tras un invierno de luvias como este, para darse cuenta de cómo los ríos vuelven a su cauce. La mañana del viernes 19 de marzo fue de aventura para nosotros, ya que no teníamos ni cita concertada ni sabíamos que la bodega tenía una jornada especial con comida incluída bajo petición.


Al llegar uno descubre como la plantación de viñas, en espaldera, está asentada en un terreno fértil areno-arcillosos, por lo que puede pensar en altas producciones de uva y por tanto de escasa calidad, pero en la visita guiada te explican porque eso no es así.

Nos recibieron amablemente, junto con unas 15 personas más, que parece ser tenían visita concertada, y empezó la visita con el comentario de que se efectúa poda en verde para dejar solo la mitad de racimos en la planta con tal de producir el fruto de más calidad y que absorva la característica del terreno para imponer su carácter.

En la finca nos sorprendió la falta de una tolva de recepción de uva, pero se nos comentó que la vendimia se realiza a mano y se coloca en cajas de 15 kg. máximo, para despuén pasar a una mesa de selección en la que se deshechan los racimos que no cumplen una esperada calidad.

Se vinifica usando el llenado de cubas de acero inoxidable por gravedad, entrando el fruto entero en ellos, se produce una maceración en frío durante unos días para después controlar la fermentación alcohólica, que va seguida de remontados hasta conseguir que el líquido tome el color y sabor a fruta que preteneden. Los hollejos sobrantes se prensan para mezclar con el mosto flor y de ahí ya obtienen el vino.

Finca Loranque dedica su producción a crianzas y reservas de vinos tintos, con el asesoramiento enológico de Telmo Rodríguez. La sala de crianza dispone de unos cientos de barricas de roble francés, americano y húngaro, con barricas bordelesas de 225 lts. y cubas de 500 lts., de manera que la crianza tenga más o menos contacto cn la madera. El edificio de crianza es estrecho y alto, con ventanas orientadas al norte a lo alto de la nave, y paredes con adobe, ideal para conservar una humedad relativa constante durante todo el año.


En otro edificio se encuentra la sala de embotellado y almacen de botellas para terminar de afinar su crianza, así como el almacen de botellas ya empaquetadas listas para su salida al consumidor.

Al final realizamos una cata, en una moderna sala destinada a tal fin, donde probamos 4 de sus vinos. El primero fue un Lacruz Tempranillo-Syrah con un color granate brillante, limpio, con aromas primarios a frutas frescas, un toque de acidez típica de un vino joven, y de postgusto corto. Posteriormente y de la gama Lacruz, catamos el monovarietal de Cabernet Sauvignon, un vino también muy limpio y brillante, más expresivo en nariz, potente, evocando suavemente a madera y con un postgusto a fruta madura largo y persistente, para mi el vino más elegante de los que probamos, de esta serie.
Los dos restantes que probamos fueron Finca Loranque Syrah-Tempranillo crianza de 12 meses, un vino afrutado, con toques de madera, muy redondo y pulido en boca y con postgustos variados a cítricos, tostados y regaliz. Terminamos la cata con un Finca Loranque Syrah 2007, un vino de alta expresión con un rojo granate brillante (todos los vinos tenían un color limpio y un brillo espectacular), glicérico, unos aromas en nariz que evocaban fruta negra madura y tostados como café, caramelo… con buen ataque en boca, sedoso, suave al paladar y un postgusto largo que evoca a regaliz y torrefactos.

En general unos vinos de porte moderno, orientados quizá a un mercado exterior que busca ligereza, que sean fáciles de beber, pero a su vez que se evoque la fruta y que la imagen de vino limpio y glicérico esté en contrapartida de los vinos recios de La Mancha que el consumidor nacional suele apreciar habitualmente. Deciros que se amparan bajo la denominación de Vinos de la Tierra de Castilla y que su producción es de unos 100.000 lts., muy por debajo de las producciones de la zona y buscando sobre todo un vino fácil a paladares no nacionales.

Deciros que no pudimos quedarnos a la comida (no teníamos reserva) y que es una buena experiencia visitar esta bodega.

domingo, 14 de marzo de 2010

Huyendo de la 'quema'

Como ya es evidente e impepinable entramos en la semana fallera por excelencia, con lo que toca mentalizarse con el ruído, el gentío, el olor a pólvora y aceite de los buñuelos... en fin una semana estrepitosa.

Como esta claro que las molestias provocadas por los cortes de calles, debido a los monumentos, las carpas festivas, los pasacalles, etc... hemos de poner buena cara y disfrutar lo que se pueda de la fiesta. Uno ya lleva casi 40 años de fallas a su espalda y se ha cansado de esto, por lo que hemos decidido pasar el día cerca del mar y rodeados de naturaleza.

El día ha sido frío, pero como era soleado hemos disfrutado de un paseo por la playa, comido en un ambiente tranquilo y disfrutado de una puesta de sol en las playas de Moraira.

Os adjunto unas fotos para que disfrutéis de las vistas que nos ha brindado hoy el día para que os limpien la vista del caos urbano.




domingo, 7 de marzo de 2010

Visita a la Bodega Vera de Estenas (Utiel)

Con la tregua de este invierno crudo que estamos teniendo y con un tímido sol que asomó durante no más de 30 minutos, decidimos poner pies en dirección a Utiel, a unos 85 Km. de Valencia ciudad, a intentar visitar la bodega que elabora Vera de Estenas, Casa Don Angel ó Martinez Bermell, entre otros.

La bodega está situada en el término municipal de Utiel y se accede desde la A-3 y por la antigua Nacional III desde la salida 281, a la Finca La Cabezuela, una extensión de viñedos con la casa en el centro y en lo alto de un cerro tipo 'Château'.

La Finca tiene distintos tipos de suelo con una composición arcillosa en la zona más baja, y cuanto más ascendemos en el terreno se torna más caliza y pedregosa. Al llegar nos atendió Félix Martínez, Gerente de la Bodega, y que muy amablemente nos mostró los encantos de esta bodega, muy  familiar y tradicional.

Empezamos por ver la disposición de los viñedos, en vaso y espaldera, con diferencias en el 'terruño' con variedades tan diferentes pero adaptadas como Cabernet Sauvignon, Merlot, Bobal, Tempranillo, Syrah y la exótica Malbec, para vinos tintos y rosados, y Chardonnay y Macabeo para vinos blancos.

La uva Malbec, originaria del sudoeste de Francia, está adaptada perfectamente a este terreno, según nos comenta Felix, y aunque la asociemos a grandes vinos Argentinos, donde es la variedad más cultivada, parece que en nuestra tierra se puede adaptar perfectamente, como en su día lo hizo la Syrah. El vino elaborado con esta variedad, en esta finca, no está acogido a la D.O. Utiel-Requena, pero no por ello no es un vino que vayamos a dejar de probar, hoy mismo daremos cuenta de una botellita con un cocido valenciano, para que apreciemos el maridaje que este vino nos puede aportar a la comida tradicional de Valencia.

El resto de la visita consistió en recorrer la bodega donde están los depósitos de maceración y fermentación, la sala de barricas, el almacen  y  la antigua casa. La casa es de principios del siglo XX, con una casa rodeada de un jardín precioso, en desnivel, donde la primavera debe dar un color y unos aromas espectaculares. Accediendo por unas escalinatas y tras un pórtico de hierro modernista, entramos a la casa, con paredes y suelos cerámicos, vimos la entrada y una estancia y pasamos a visitar la antigua bodega.


La antigua bodega es un espacio donde se han aprovechado los antiguos depósitos subterráneos para almacenar botellas de todas las elaboraciones esta bodega, es de especial belleza y permite que los vinos reposen en un ambiente de penumbra y de temperatura constante, ideal para estudiar la evolución de éstos.



La visita terminó con la estancia en un recinto donde se exponen todas las añadas, elaboraciones especiales, elementos decorativos y una colección de licores impresionantes que mantienen un encanto especial para una sala de catas. 

Catamos el Vera de Estenas Crianza de 2006, un vino tinto con más de 2 años de crianza entre barricas y botella, de 4 variedades como Cabernet, Merlot, Tempranillo y Bobal, un vino con un color rojo picota (no había buena luz para describir mejor el color), a copa parada aromas que recuerdan a uva madura, a copa agitada evocan la madera de roble, frutas del bosque maduras y alguna nota tostada. En boca un buen paso, con taninos expresivos pero a su vez suaves, postgusto a tostados, vainilla y madera de cedro. Un vino excelente y acertado.

Tras despedirnos de Félix y parte de su familia que nos acompañó en la visita, puesimos dirección a San Antonio (Requena) para degustar un no despreciable manjar a base de embutidos de la zona regados por un tinto tempranillo de la zona que el mesonero nos recomendó y que nos deleitó en la comida, un día de frío pero de tregua metereológica para lo que nos anuncian para esta semana entrante.