miércoles, 8 de junio de 2011

Cata vertical Malleolus de Emilio Moro

Organizado por la Asociación Valenciana de Sumilleres y Enófilos Valencianos (ASEV) tuve el placer de asistir a una cata vertical de uno de los vinos de la bodega Emilio Moro, de Pesquera del Duero. Teniendo como anfitrión a Javier Moro catamos las añadas 2008, 2006, 2005, 2004, 2003, 2000 y una inesperada 1998, año del nacimiento de la gama Malleolus.


Empezamos con el más joven, para retroceder en el tiempo hasta el primer vino de esta gama. Malleolus significa 'majuelo' que no es ni más ni menos que una finca o plantación de cepas, palabra habitual usada en los viñedos de la Ribera del Duero. Precisamente de esta denominación de origen proviene esta bodega, aunque a partir de 1998 la bodega da un giro a la categorización de sus vinos y no se presentan como habitualmente se hace, por el tiempo de envejecimiento, si no que lo hace por nombres, con rasgos muy concretos y diferenciadores entre ellos. Siendo el Finca Resalso el más modesto y el Malleolus de Sanchomartín el de caraterísticas más complejas. En esa clasificación, el Malleolus que nos ocupa, estaría aproximadamente en el centro de la jerarquía.

La añada de 2008, presentada como un año difícil con heladas fuertes, envero y vendimia tardías, presenta un color rojo-violáceo, de capa media y bastante graso. En nariz los recuerdos a fruta roja fresca y especiados hacen que se presente fresco y muy joven, pese a los 18 meses de roble francés nuevo, resulto falto de botella un par de años más para poderse afinar con más acierto. En boca tiene una correcta acidez, con tanino algo marcado y recordando a mentoles, incienso y tabaco rubio en el postgusto.

 

El siguiente vino catado fue el de 2006 un vino más o menos acertado pero distante de la tónica de los siguientes, quizá por ser una añada no especialmente buena. Tiene un color más rojo púrpura, una lágrima más fina y en nariz vamos encontrando una mayor madurez de la fruta, muy suave y con retrogusto a caja de puros y cacao, un vino bastante ligero para la potencia de estos vinos de la zona.



Las añadas 2005 y 2004 si que demuestran el gran potencial de una buena cosecha, los dos presentan una capa alta con colores cereza picota madura, muy grasos con buena densidad, 2005 tardó más en oxigenarse, pero cuando lo hizo soltó unos aromas a chocolate , pimienta negra y una fruta negra madura, aromas que 2004 ya nos aportaba en la copa al servirla en la misma. En boca los dos son muy amplios y golosos, tienen una estructura muy buena, son balsámicos y desde luego muy elegantes. Fueron los dos vinos que más gustaron al público asistente en general.

2003, la añada más calurosa de este milenio hasta la fecha, hizo adelantar la vendimia de la zona, aunque Bodegas Emilio Moro la aguantó hasta conseguir una maduración fenólica correcta y dió un vino mucho más maduro, con notas de mermelada y fruta casi pasificada, también encontramos muchas especias y mentolados tras su cata organoléptica. En la fase visual se nota la oxidación de la añada, pero mantiene bastante frescura.



La añada del 2000, con un color casi anaranjado, de fina lágrima y de capa media, se ve afectado por el 'Brett', un microorganismo que afecta al vino dándole aromas empalagosos como a medicina, pero que a algunos les parece interesante. Sinceramente hubiese sido un vino con muchos matices a chocolate, pasas, dátiles, pero que debido a este problema no gustó nada.


La sorpresa fue catar un vino no previsto, la añada primera de Malleolus, la de 1998, una añada difícil según Javier, pero que se conserva en perfectas condiciones, con un color bastante atejado, con una glicerina bastante marcada. En nariz presenta aromas a fruta casi pasificada, muy madura, compotas de higos, dátiles, orejones, en boca se muestra bastante amplio y destaca el postgusto a chocolate con alta concentración de cacao y sorprendentemente se mostraba bastante fresco, se notó que la acidez con la que entró en la crianza era bastante alta.

1 comentarios :

Bodegas Emilio Moro dijo...

Un post muy elaborado, felicidades. Y, desde luego, muchas gracias por la dedicación y el trato hacia nuestros vinos. Fue un auténtico placer que esperamos poder repetir. Un saludo y Felices Fiestas.