domingo, 24 de julio de 2011

Un mes de julio lleno de eventos

La verdad es que no me puedo quejar, aunque es verano y parece que no sea época para consumir vino, creo que no es cierto. En estas latitudes mediterráneas, cerca de la costa, con temperaturas altas y humedad relativa bastante alta también, parece que descorchar un tinto viejo o un dulce muy meloso, no sea apetecible.

Pues al contrario, tanto tintos de crianza como dulces naturales, blancos y rosados, son apetecibles para degustar, sobre todo al final de la jornada, compartiéndolo con amigos, en catas, con la familia e incluso en la soledad de la noche mientras reflexionas sobre la larga jornada y preparas la siguiente.

Este mes he acudido a varias catas en Valencia, donde he podido degustar unos espectaculares albariños, vinos frescos, elegantes con bastantae finura, sin ensalzar demasiado aromas y sabores artificiosos, buscando un equilibrio, tanto en nariz como en boca, me refiero a los vinos de Pazos de Lusco, bodega perteneciente al grupo Dominio de Tares, bodega matriz de la zona leonesa del Bierzo, que elabora unos vinos de albariño, en pequeña producción, de mucha calidad.


Otra de las catas de este mes ha sido la organizada por la Bodega de Alicia, en Valencia, de los vinos de la Bodega Francisco Gomez, vinos muy mediterráneos de la zona alicantina de Villena, entre la sierra de Salinas y frontera con las provincias de Valencia, Murcia y Albacete. Vinos maduros, estructurados, con bastante cuerpo, ligeramente abocados, muy marcados por un terruño en que la Monastrell y la Garnacha Tintorera aportan los rasgos de unos vinos muy personales.


También en la misma vinoteca hemos podido catar vinos de la zona noroeste española, así pues Quinta de la Quietud, fue la bodega que nos presentó cinco grandes vinos, dos blancos de Verdejo, frescos, elegantes, bien trabajados y tres tintos es lo que me pareció un antes y un después de los vinos de la DO Toro, un joven, Corral de las Campanas, elegante y fino en nariz, destacando una frescura inusual de la comarca por su especial organoléptica, un crianza muy marcado por el carácter toresano Quinta la Quietud, pero a la vez redondo y amable y un crianza muy personal, muy francés diría yo, aprovechando el gran potencial de envejecimiento de la Tinta de Toro, usando barrica nueva y con un gusto escondido a Brett, me refiero a La Mula de la Quietud.



Pero no todo han sido catas comerciales, también destacar la barbacoa en que catamos seis vinos de la Bodega de Alboloduy, vinos de altura con un sello personal de la familia Calvache, vinos con cuerpo, afrutados, cargados de color, llenos de polifenoles y con tanino marcado, vinos que en el caso del monovarietal Syrah, está maduro, redondo, listo para tomar y mencionar que son vinos aptos para largas crianzas con un potencial organoléptico brutal, otros necesitarán más crianza, pero ya destacan por su elegancia en nariz y buen ataque en boca. Mis amigos Riki y Laura me ayudaron a confeccionar una opinión, que compartimos, sobre el futuro de estos excelentes vinos.


Y aún no ha terminado el mes y aún se presentan nuevas catas, en esta última semana del mes cataremos vinos de Castellón, de Ribera del Duero y de Utiel-Requena, de lo que os contaré en los próximos post si mi mano esguinzada me lo permite.

martes, 12 de julio de 2011

Consumir vino 'sin complejos'...

En este mundo tan 'snob', tan amantes de lo 'in' y aficionados a desterrar lo 'out', con modas pasajeras que mueven montañas, cada día se está apostando más por lo natural, lo tradicional, lo que en nuestra cultura ha permanecido siglos arraigado. No podríamos dejar de hablar del consumo de vino, como un elemento arraigado en nuestra sociedad, pero que hoy en España está descendiendo a un ritmo bastante elevado, incluso países sin tradición en el consumo de este alimento, nos están avanzando, ahora que se ha divulgado, descubierto ya estaba, que el consumo moderado de vino es saludable.


¿Culpables de esta situación?, de esto podríamos hablar largo y tendido, pero desde luego que en parte se debe a nuestra forma actual de vida, sobre todo en las ciudades, que es donde se concentra el grueso de la población, por ejemplo estar sometidos a jornadas laborales continuadas, sin apenas tiempo para comer, turnos de trabajo, estilos de vida sedentarios, campañas en contra del consumo de alcohol (siempre el vino como protagonista, pero y ¿del botellón y la cerveza?...), clavadas espectaculares en los restaurantes que hacen que pedir vino se convierta en invitar a un comensal más o vinos de la casa que son pura 'bazofia' por que son tan baratos que si no se lo beben lo tiramos por el desagüe, 'snobismo' y culto por el vino desaforado (cuando era un hábito diario muy saludable,) que hace que nos sintamos apartados de un mundo en el que los 'expertos' son los que aprecian y encuentran aromas desconocidos como las pasifloras del Himalaya (del que dudo hayan visto y sentido alguna vez), de las guías y gurús que puntúan un vino siguiendo qué o cuál criterio y que están condicionando maneras y formas de hacer el vino que no son de aquí y por supuesto las bodegas.

¿Por qué las bodegas?, sencillamente porque se especuló, se puso de moda en un momento dado el vino, se siguieron cánones para llegar a estar en los 'top ten', se arrancaron variedades autóctonas para hacer cosas que nunca habíamos hecho, se sobrevaloraron los vinos, se hicieron inversiones importantes a corto plazo (aunque se gastaron un monton de subvenciones de la UE, estado y comunidades autónomas, ¡eso es dinero de todos!...) y al final lo importante no es el vino, sinó el marketing, los puntos en la guía, la forma de la botella, el palacete donde está la bodega, ....


Menos mal que cada día y en estos tiempos que corren aún más, los consumidores, restauradores, sumilleres y bodegas están por la labor de aplicar el sentido común, cada uno en su sitio, así pues las bodegas reivindican el 'terroir' o porque no el 'terruño', buscando las variedades autóctonas, haciendo vinos buenos y bebibles sin sobrevalorarlos, invirtiendo en dar a conocer sus vinos por lo que son y no por lo que digan.

Los restauradores y sumilleres también están haciendo esfuerzos importantes, como dignificar el servicio y conocimiento de los vinos, cargando márgenes razonables que permitan tener unas cartas en el que el vino no sea el 'plato más caro', servir vinos por copas, permitir llevarse el restante a casa, ... 


Y desde luego, que los consumidores no tengan el complejo de que beber vino es para expertos 'y yo de vinos no entiendo', seamos realistas, si el vino te gusta poco a poco irás elaborando tu lista de preferencias, y si te gustan afrutados y jóvenes, pues hay de todo en este mundo, si es blanco, rosado o tinto, no será un problema, llamemos a las cosas por su nombre y si te gusta el vino, ¡adelante!, consume vino, no dejes que un hábito saludable (con moderación por supuesto) acabe con una forma de vida milenaria en nuestra cultura, pensemos en la cantidad de gente que vive del vino (agricultores, enólogos, toneleros, silvicultores, comerciales, temporeros...) y desde luego disfrutemos de la vida, que falta nos hace.

lunes, 4 de julio de 2011

@Bobal_bloggers 2011 (y III parte)

Lo habíamos dejado en la cata en el salón de actos del consejo, bueno pues tras un pequeño descanso para refrescarnos fuímos a visitar el yacimiento de Las Pilillas, quizá el vestigio más antiguo de la zona, considerado como los lagares embrión de la comarca Utiel-Requena


El yacimiento de Las Pilillas está situado en la pedanía requenense de Los Duques. Data de la época íbera, aproximadamente del siglo V. a. de C. y se encuentran las pruebas de la producción de vino en el municipio de Requena en el siglo V a. de C. En Las Pilillas se han encontrado primitivos lagares empleados para el prensado de la uva, elaborados sobre grandes bloques de piedra caliza caídos de las montañas. En ellos se extraía el mosto de las uvas, que tras su fermentación se convertía en vino. Igualmente se ha descubierto un camino que facilitaba el acceso a la zona, y el traslado del mosto hacia otras zonas para su posterior consumo.


El descubrimiento del yacimiento de Las Pilillas es una prueba irrefutable de la elaboración de vino en Requena, y se ha convertido en un descubrimiento único a nivel nacional. La información aportada por los lagares de Las Pilillas se ha completado con el descubrimiento de piezas arqueológicas fechada en el s. V a de C., principalmente ánforas. Más recientes, del s. II a. de C. aproximadamente, son las piezas y representaciones iconográficas del dios Baco encontradas en la comarca, que documentan el consumo del vino como producto para la élite en la época romana.


Una excursión super interesante y que nos guiaba una de las personas que están trabajando en el parque natural de las Hoces del Cabriel, zona en la que está enclavada esta joya arqueológica y que tiene su centro de interpretación en la Venta del Moro.

Tras esta nos dirigimos a uno de los museos etnológicos más importantes de la comarca, de caracter privado como es el Museo y Caserío de Sisternas. Situado en Requena concretamente en la Ctra. N-322 Albacete-Requena. Km. 442, se trata de un conjunto de casas que alberga una colección de objetos agrarios del siglo XIX y XX colocados en las diferentes estancias y documentados en su uso y situación.


Aunque llegamos a ultima hora de la tarde, Juan Andrés García, nos hizo un recorrido breve por todo el lugar, para terminar en la casa de encima de los antiguos depósitos de eleboración de vino y disfrutar de una cocina típica de la zona, a base de embutidos, ajoarriero, chuletas a la brasa.... todo ello regado con los vinos que mencione en el 'post' anterior que el CR DO Utiel-Requena había seleccionado para este año 2011.


Tras este evento nos dispusimos a regresar al hotel, donde teníamos que descansar de un más que ajetreado e interesante sábado que tardaremos en olvidar y borrar de nuestras retinas.

Al día siguiente, era el día en que los bloggers debíamos disfrutar de la visita a las bodegas, que amablemente se prestaron a enseñarnos todas sus instalaciones yel grupo se dividió en dos para realizar las visitas oportunas. El primer grupo estuvo en las bodegas Latorre Agrovinícola, Bodegas Carres y Vera de Estenas, mientras que el grupo donde me encontraba yo fuímos a Chozas Carrascal y a la cooperativa Coviñas.


Nuestra visita a Chozas Carrascal no era nueva, pero siempre da gusto volver a visitar una bodega en la que el sueño de sus propietarios cada día se va conviertiendo en una realidad más tangible. Destacar la visita a la viña para conocer las 11 variedades que esta finca tiene plantadas alrededor de la bodega y casa de labores. Visitar sus instalaciones va recordando que, el esfuerzo de esta familia cada día va dando más frutos, así tras la visita por la bodega, pasamos al porche de la casa para catar sus deliciosos cavas, el primero de ellos recién sacado de la rima y el segundo ya elaborado y embotellado. También catamos los vinos de la serie Las dosCes, blanco y tinto , así como el dulce de garnacha del que solo se elaboran 800 botellas, destinadas a deleitar a los amigos que visitan esta bodega, principalmente. En fin, gracias a Julián López, que como siempre es un excelente anfitrión cuando visitas su casa.


Tras la visita el grupo fue a visitar la cooperativa Coviñas, a la cual no asistimos, pues nos desviamos a la bodega de 'Fali', Vera de Estenas, donde mi hijo quería quedarse para jugar con los niños y pegarse un chapuzón en la balsa de esta bodega.

Así que nos dirigimos al Hotel Paraje San José, para despedir el fin de semana comiendo todos los bloggers juntos en una comida de hermandad, al final un fabuloso grupo que hemos pasado un fin de semana espectacular.



Esta es la lista de bloggers que participamos en el evento y que espero nos volvamos a reunir: