domingo, 27 de septiembre de 2009

Cata de cava

Curiosa y gratificante esperiencia fue la del sábado por la tarde, después de visitar el Oceanográfic y calmar el hambre atizándonos un festín en una cadena de restaurantes italiano, pusimos proa a la ciudad de Castellón de la Plana, a unos 80 km de la ciudad de Valencia, con el fin de asistir a la I Feria del Vino de Calidad, feria del vino que organizaba la Universidad Jaume I (UJI) y una asociación de cata junto a un grupo de bodegueros y representantes de los mismos.

Cuando llegamos a la plaza donde se realizaba (a los pies de los grandes almacenes de triángulo verde) nos llevamos la sorpresa de que hasta las 19 horas no abría sus puertas y como era temprano decidimos pasear por estos grandes almacenes.

Cual fue mi sorpresa que cuando me dirigía a su cafetería, me abordó una simpática mujer que me invitó a una cata expres de cava del Penedes, es este caso de Agustí Torrelló Mata. La verdad es que me quedé un poco sin palabras, pero me dí cuenta que por la hora que era no había casi nadie y no querían que quedara desierta.

Me embarqué en la cruzada y aprendí lo más interesante de la zona del Penedes, sus orígenes, el terruño, el tipo de vid que allí se planta, el porque el cava de la zona no entiende de añadas, el proceso de elaboración, desde que se elabora el vino hasta su segunda fermentación en botella y el degüelle de la misma.

Catamos dos cavas, uno rosado de una variedad recuperada por los viticultores de esta cava el 'trepat'. Joven, con olfato a fresa y hierbabuena al fondo, afrutado con predominio de la fresa, carbónico y con burbujas bien estructuradas, marida con cualquier tipo de paté y marisco cocido, e incluso como acompañamiento a un postre ligero de frutas del bosque.

El otro cava fue un tracicional Brut Reserva, de coupage Xarel.lo, Macabeo y Parellada, con 2 años de crianza en botella (es distinta la crianza del cava a otros vinos), color amarillo pajizo, con una persistencia de sus burbujas lenta y constante, olfato frutal con recuerdo a manzana verde, en boca frutal y fresco y con un equilibrio en su acidez, marida perfectamente con aperitivos, pescados, carnes blancas, ideal para acompañar durante toda la comida y tener una magnífica digestión gracias a la naturalidad del carbónico y su acidez equilibrada.

Como curiosidad comentaros que las copas en las que se sirvió el cava no eran de tipo flauta, pues al ser cavas de crianza de más de 16 meses el carbónico no sale disparado hacia el exterior, manteniendo un constante burbujeo, con lo que utilizaron copas de poca altura y la temperatura del mismo fue servido a unos 6 º C, y no inferior como la mayoría de veces lo solemos tomar.

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