Tras años de abandono total de la bodega y finca Mas Perinet en el límite de las DOQ Priorat y DO Montsant, y tras un triste deterioro de algunas fincas, visible desde la carretera que une las localidades de Cornudella del Montsant y Poboleda, un grupo de inversores internacionales decidieron recuperar una de las bodegas más emblemáticas de la comarca tarraconense de El Priorat.
Esta inversión no es un capricho de sus nuevos dueños, es también una apuesta por recuperar aquello que ha hecho el hombre con el paisaje para producir vino, pues las fincas, necesitaban que manos expertas trabajaran todo aquel proyecto que se quedó abandonado, el viñedo había que recuperarse, habían más de 15 Ha. de viñedo plantado desde el año 2000, incluso con conducción de agua para riego de emergencia, variedades autóctonas como la Samsó y la Garnacha, y otras como la Syrah, el Cabernet Sauvignon y la Merlot. Laderas o 'costers' de suelos de pizarra 'Licorella', diferentes orientaciones y un trabajo que no podía perderse.
La bodega de la finca, situada en el término de la Morera del Monsant, a escasos km de Poboleda, es una de las más modernas de la comarca, construida a tres alturas para aprovechar el desnivel del terreno, con mesa de selección, depósitos de acero inoxidable impecables a la altura de una persona para poder trabajar con comodidad, grua puente para transportar las uvas a cada depósito directamente, equipos de frío automático, laboratorio completo que dispone incluso de un espectrógrafo y una sala de barricas con columnas al más puro estilo aruitectónico de Gaudí.
Todos estos medios y recursos no eran suficientes sin manos expertas, así pues el equipo que trabaja actualmente tiene un bonito reto en sus manos. Toni Sánchez es el 'winemaker' de la bodega, una persona que, en sus dos años al frente de este proyecto, ya ha sabido entender y descifrar algunas de las incógnitas del Terroir, las diferentes fincas, orientaciones, suelos y tipos de viña le van dando las pistas para elaborar toda una nueva gama de vinos.
Aprovechando el fin de semana del puente de Mayo, la bodega hace unas jornadas de puertas abiertas con un evento denominado VIDART, este pretende aunar música, arte, comida y vino en un entorno tan espectacular como son las instalaciones de la bodega. Además de visitar las diferentes zonas de la bodega, tener música en directo y algo para comer, este año se ha contado con un concierto de música con un grupo que recupera cancioneros populares del siglo XVI y XVII con instrumentos mediterraneos y música vocal, también estuvieron presentes otras bodegas de la comarca, con lo que la fusión de varios tipos de actividades amenizan un evento destinado a conocer de primera mano el alma de esta comarca en torno a sus vinos.
Por supuesto la visita al propio Celler es obligatoria, sobre todo si vas acompañado de manos expertas como las de Toni Sánchez y con el maestro de ceremonias Blai Mesa, que nos contaron como están viviendo este proyecto tan interesante.
Por supuesto hubo cata, directamente de barrica, por ejemplo dos garnachas muy diferentes, porque están en distintas orientaciones, con carácter pero con PH muy bajos que les infunden frescura e incluso como apuntó uno de los que nos acompañaba, Jordi Solé de Vila Viniteca, que era un vino eléctrico. También catamos dos Syrah haciendo la maloláctica de diferentes barricas, dos Cabernets e incluso una Cariñena por error, pero que nos dió buenas vibraciones.
Arriba, el hall de la bodega, la parte más lúdica de VIDART estaba en marcha, así que decidimos probar las primeras elaboraciones de Perinet Winery, empezamos por los Clos María Blanco, vino con DO Montsant con un ensamblaje de Garnacha Blanca (70%) y Moscatel, tras su elaboración en depositos de acero inoxidable u breve paso por barrica con battonage, que da un vino fresco, mineral acompañado de dulces y ligeros tostados. El Clos María Tinto, tambien de la misma DO, es un vino de Garnacha (50%), merlot (40%) y Cabernet Sauvignon, elaborada cada variedad por separado, es una mezcla de vino que ha reposado la mitad en barricas de roble francés y la otra mitad en depósito de acero inoxidable. El vino es maduro con notas balsámicas y especiado, en boca tiene cuerpo y estructura y su retronasal recuerda mucho a higos maduros mezclado con especias y notas de la crianza.
Respecto a los vinos calificados como DOQ Priorat pude catar un vino más jóven como el Perinet Blend 2015, un vino mezcla de variedades donde la Cabernet, Merlot y Syrah son las predominantes, sin paso por barrica, pero con unas sensaciones de frescura y madurez juntas, perfecta fusión de variedades con carácter y suelos minerales, que le confieren el carácter de 'terroir' de la comarca.
Perinet 2014 y 2015, dos vinos de crianza, con maduraciones de entre 12 y 18 meses, usando casi todas las variedades de las distintas fincas, también nos dieron buenas sensaciones, están en un proceso de afinamiento en botella, sobre todo el más jóven, pero su estructura, notas de fruta madura, mineralidad y complejos aromas prometen buena longevidad y evolución.
También pudimos degustar un Blanc de Negres y un Rosado, no recuerdo bien las variedades, pero tenían estructura, cuerpo y también eran toda una novedad.
Al final los cuatro vinos monovarietales que pasaron por la copa tenían la finalidad de que conocieramos la evolución de la Garnacha, la Syrah, la Cabernet Sauvignon y la Cariñena, variedades que las fincas tienen plantadas y que pasan de la frescura y carácter mediterráneo a la madurez y complejidad en boca.
Una experiencia grata de la que estaremos espectantes a lo largo de la evolución y las nuevas elaboraciones que podamos probar en diferentes visitas, ya que este proyecto comienza de nuevo y seguir su evolución será una buena manera de entender el Terroir.