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lunes, 1 de mayo de 2017

Vinomaniac, una nueva línea de vinos con una imagen fresca y divertida.


La joven empresa valenciana The Spanish Wine Collection se ha unido con unas de las mejores bodegas artesanales de la Comunidad Valenciana para llevar a cabo su proyecto de vinos artesanales. Se creó el personaje de Vinomaniac, un personaje entrañable, obsesionado positivamente con el mundo del vino, que se declina en todas las etiquetas en diferentes contextos de lo más frescos y divertidos, a imagen del vino que lleva dentro.

Con esta imagen desenfadada se buscó hacer más atractivo el consumo de vino, en pleno decaimiento en España desde hace años, sobre todo en esa franja de edad que se decanta por la cerveza. Vinomaniac pretende divulgar de manera informal las bondades del consumo del vino y acercar este mundo desconocido para muchos, que muchas veces no se atreven a consumirlo porque piensan que no saben lo suficiente. Como con todo, a mayor conocimiento, mayor disfrute. Pero hay que derribar de una vez por todas el mito de que hace falta saber de vinos para disfrutarlos o que es para gente mayor. 

Con todo ello, se pensaron los vinos complejos y elegantes y con muy buena relación calidad-precio, fáciles de beber y para que fueran apreciados tanto por gente entendida como por consumidores ocasionales. Los encargados de crear los 3 primeros vinos de Vinomaniac fueron las prestigiosas bodegas Finca San Blas y Pasiego, en la DOP Utiel-Requena, y Finca Collado, en la DOP Alicante. La idea es extender mas adelante este proyecto a otras denominaciones de origen españolas. El proyecto se centra esencialmente en las variedades autóctonas de cada zona (bobal, monastrell…) y las bodegas elegidas en iniciar esta nueva marca de vinos lo fueron por su saber hacer artesanal: bodegas a escala humana, vinos sabrosos mínimamente intervenidos y estrecha relación con el entorno y protección del medioambiente (no por moda, sino por convencimiento de que es lo correcto).

Hay 3 vinos disponibles: Vinomaniac – On the Divan 2014, un vino carnoso, afrutado y muy expresivo elaborado con merlot-bobal-tempranillo y con una crianza de 10 meses en barrica de roble francés. Vinomaniac – In the Moon 2016, un blanco aromático, delicado y sabroso, es un coupage de macabeo y sauvignon blanc. Por último, con un paso en barricas de 14 meses, Vinomaniac – By Night 2014 es sabroso, complejo y elegante, mostrando lo mejor de unas viñas viejas de monastrell.

Vinomaniac estará presente próximamente en Fenavin, la Feria Nacional del Vino, junto con las bodegas arriba mencionadas, en el pabellón Eneo, calle 3, stand 19.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Vinos fermentados en barrica

Cuando hablamos de vinos fermentados en barrica de roble, quizá estemos pensando en un vino con mucha presencia de aromas y matices provenientes del tostado de las duelas de este tipo de recipiente, pero es posible hacer un vino muy diferente al que estamos acostumbrados de los que llamamos crianza o reserva.

Este tipo de elaboraciones pretenden aportar un toque de elegancia a un vino que podemos considerar un vino jóven y dotarle de más untuosidad y elegancia si cabe a la explosión frutal característica de una elaboración sin reposar más que lo suficiente en madera de roble.


Pero ¿que es un vino fermentado en barrica?. En primer lugar hay que tener en cuenta que este tipo de elaboraciones son muy artesanales y que debemos contar con los mejores ingredientes. Una buena selección de las mejores uvas es importante, así pues en blancos o tintos a la bodega deben entrar uvas muy sanas y con una perfecta maduración, ahí el primer paso que debemos conocer y que es importantísimo para obtener un buen mosto. En algunos casos, previo a la fermentación, sobre todo de los tintos, se hace una maceración de la uva con su mosto, buscando el aporte de color y tanino justo en uvas tintas y seguramente una maceración en frío para los blancos potenciando la carga frutal de los mismos.


Mientras esto ocurre, las barricas deben ser preparadas para recoger el líquido, que proviene de un suave prensado de las uvas para no recoger sabores amargos o herbáceos. Normalmente las barricas sueles ser nuevas o de primer uso, importante un tostado ligero para buscar el aporte elegante de éstas y se eligen la mayoría de veces la madera proveniente de robles franceses. Estas barricas suelen ser muy diferentes de las de roble americano, fundamentalmente por su aprovechamiento, son cortadas de manera radial, es decir desde el centro del tronco hacia fuera, necesitan mucho más tiempo de secado para no conferir los propios taninos de la madera y además tienen un poro mucho más homogéneo por lo que el intercambio de oxígeno de entre el exterior y el interior está mejor repartido en toda la superficie. Esto hace que la barrica sea mucho más cara pero en contrapartida aporta muchos más beneficios al vino, sobretodo en largas crianzas.


En este caso, una vez tenemos el mosto listo, lo que se busca es que durante la fase de fermentación alcohólica es el aporte justo de oxígeno para conseguir una mayor simbiosis de la levadura con el mosto e ir poco a poco transformando el azúcar en alcohol, por supuesto eso va a trasladar aromas al vino y debido a que las barricas no intercambian temperatura de manera brusca con el exterior quizá se tenga que controlar la misma, mediante placas de intercambio de frío o calor, buscando una temperatura constante y estable para que la fermentación dure el tiempo necesario para obtener un vino seco pero con los matices de la madera y al ritmo que este proceso imponga.


¿Barrica abierta o cerrada?. Esta es una de las cuestiones que cada bodega aplica de manera arbitraria, el caso de la abierta implica más intercambio de oxígeno con el exterior y es posible perder algunos aromas propios de las levaduras que inician la fermentación, pero también es un sobre coste si después se quieren efectuar otros procesos con el vino dentro, ya que hay que ponerles la tapa. Usando sólo el orificio central de la barrica en modo horizontal, es más difícil de trabajar pero obtenemos mayor superficie de la madera en el mosto y posteriormente, y tras la fermentación alcohólica podemos usar la barrica, sin sacar el mosto para una crianza sobre lías, con métodos de removido o batonage, o quizá darle al vino más suavidad haciendo que el ácido málico del vino se transforme en láctico, lo que se denomina fermentación malo-láctica que la producen unas bacterias y no levaduras como en la alcohólica. El tamaño de las barricas depende de la cantidad de aporte de aromas de las barricas a hacia el vino que nos interese tener, el espacio, la manera de trabajar luego el llenado y vaciado de las mismas, ahí va a ser el enólogo o bodeguero quien tome esa decisión.


¿Y cómo son estos vinos?. Tras la fermentación alcohólica y, en casi siempre la malo-láctica, se puede hacer reposar más tiempo el vino en la barrica, pero ahí hablaríamos de tiempos. Tiempos en los que el vino jóven obtenido pasaría a ser una crianza, obteniendo mayor oxidación y aportes de la madera en el mismo, pero si buscamos carga frutal, deberíamos vaciar las barricas tras las fermentaciones y hacerlo reposar en depósitos para su decantación natural y reposo del vino, incluso embotellarlo, pero siempre es conveniente darle un tiempo para que todo el vino obtenido de cada barrica sea homogéneo y tener una añada correcta. Al final obtendremos un vino con mucha carga frutal  con un toque de aromas de la madera.


Así pues un blanco de Chardonnay puede que encontremos aromas intensos a piña, plátano maduro y toques de maracuyá acompañados con ligeras notas de vainillas y ahumados, así como una boca más golosa, notando como el vino llena el paladar y encontrando un equilibrio entre la acidez y la madurez. Este tipo de elaboraciones suele embotellarse directamente o utilizarse para mezclas con otras variedades, según el tipo de vino que quiera elaborarse. Quizá la Chardonnay sea el tipo de uva de la que más elaboraciones encontremos en vinos blancos que usan esta técnica.


En tintos fermentados en barrica, como un Merlot  encontramos unos vinos con mucha fruta roja mezclados con vainillas y tostados que aportan elegancia en nariz, en boca tienen estructura, notando el tanino de su juventud, pero a su vez redondeándose y armonizándose en boca de manera muy suave.

Nosotros hemos catado dos vinos de Pago de la Bodega Vera de Estenas, Viña Lidón 2012 y Martínez Bermell 2012, Chardonnay y Merlot respectívamente fermentados en barrica y con un máximo de dos meses de permanencia en las mismas, elaboraciones que durante más de 10 años esta bodega ha puesto en el mercado con mucho éxito. 


Importante ha sido tomarlos muy frescos, así el blanco Viña Lidón 2012 Chardonnay 100% consideramos que, enfriarlo a unos 8º grados le confiere una entrada en boca mucho más alegre y en el servicio siempre se ganan unos 4º grados que poco a poco aumentarán con la temperatura ambiente y que no hacen más que aportar más aromas al mismo y volverlo más untuoso en boca, también se abre mucho más con el tiempo apareciendo unas notas acarameladas que se integran perfectamente con la frescura y tonos tropicales de esta variedad.

Martínez Bermell 2012 Merlot 100% es un vino con juventud y potencia contenida en boca, aromas florales como las violetas, frutos rojos combinados con una vainilla elegante, especias como la pimienta roja y algo de romero con fondo ahumado, muy fresco, con un tanino esperado debido a su juventud y también muy apropiado enfriarlo a unos 12º, lo considero como un vino de tapeo, informal pero elegante, en dos palabras; seriamente divertido.


Concluiría invitando a probar este tipo de vinos, combinan bien en recepciones y ambientes informales, aportando un toque de elegancia, así como de frescura, también en comidas tipo barbacoa, acompañando guisos de carnes blancas y pescados grasos y por supuesto con arroces secos, de mariscos y con carnes. Al final siempre el paladar de cada uno entenderá sobre gustos y a mi me han gustado.

martes, 20 de marzo de 2012

Los vinos de marzo

Poco tiempo he tenido esta semana para catar vinos, pero desde que empezó este mes he tenido la oportunidad de catar algunos vinos interesantes, sobre todo en esta primera quincena del mes. Vinos de denominaciones de origen tan distintas como Navarra, Somontano, Valencia, Jumilla, Tierra de Castilla, Calatayud...

 
Vinos blancos de Chardonnay como Otazu, frescos, con mucha fruta blanca como la manzana ácida, cítricos y flores blancas. También de la zona entre Albacete, Alicante y Murcia hay un vino blanco de la variedad Viognier, Finca Casa Alarcón, de color dorado, con sabores tropicales como el mango, platanos maduros, manzana golden... muy fresco y delicado en boca.


Los tintos, sobre todo con toques de uva Monastrell en 'coupage' o monovarietales son vinos potentes con estructura, jóvenes como el Bon Home de Rafa Cambra, un vino de la DO Valencia de la zona Alto Clariano que combina dos variedades como la Monastrell y la Cabernet Sauvignon, con un paso de 1/3 del vino por barrica nueva francesa, obteniendo un sensacional vino para tomar de chateo, fresco, afrutado y con la estructura suficiente para acompañar platos de embutido y alguna carne blanca a la brasa. La misma bodega también tiene un vino con más larga crianza de variedades Cabernet Sauvignon y Franc como es el Rafael Cambra Dos, mucho más complejo, chocolates, cueros, tabaco rubio y un tanino un poco más marcado, buscando un vino de más carácter.


Otro Monastrell, esta vez monovarietal y con crianza en barricas, es el Casa Castillo, vino de la DO Jumilla, que tiene estructura y fuerza, es tambien bastante afrutado, con recuerdos a cafe con leche y un tanino frondoso que se hace necesario si  sirve de acompañamiento a carnes rojas al punto o poco hechas.

Tambien de otras variedades podemos hablar como la Syrah, adaptada como anillo al dedo a terruños tan diferentes como Jumilla y Fontanars dels Alforins y que nos dan dos vinos diferentes pero cálidos y con un bouquet delicioso, así Valtosca  y Alvarez Nölting ambos de 2008, difieren en bastantes cosas, el primero un vino cálido, rebosante de especias y frutas negras maduras, con tanino pulido y de marcada mineralidad. El valenciano por su parte menos mineral, con más fruta roja, una madera más equilibrado y con bastante más largo recorrido en el postgusto. Diferentes maneras de encontrar la misma variedad en climas similares pero suelos diferentes.

Si nos adentramos en tierras aragonesas, tenemos en la zona de Calatayud unos vinos de garnachas viejas, en este caso se trata de un Baltasar de 2009 de Bodega San Alejandro, es como fruta negra madura con fondo de madera y mineral perfectamente integrado, en boca tiene una entrada envolvente, paso suave con tanino presentes pero sin amargar un vino muy redondo y para todos los gustos.

Más al norte el clásico Somontano de Bodegas Pirineos, un coupage de Merlot y Cabernet Sauvignon muy maduro, con un paso largo por barrica americana que confiere muchos aromas a moras, chocolates, fruta negra madura, menta...un clásico que siempre está al alcance de cualquier evento y con el que no se puede fallar casi nunca si eres anfitrión de la velada.




Aún queda mes de Marzo y seguro que me sorprenderé con algun vino más a lo largo de este inicio de primavera y me encantaria que las añadas recientes estuvieran presentes en las próximas catas.

domingo, 14 de agosto de 2011

Finca Collado, la expresión del terruño

Desde principios del mes de marzo, tras catar uno de los vinos blancos más sorprendetes de la cosecha 2010, tenía la pretensión de visitar la bodega Finca Collado, una pequeña bodega del interior de la provincia de Alicante, de la que había oído hablar muy bien de sus vinos y sus gentes a mi amigo Riki Wigley.


A Maria del Carmen, el alma comercial de la bodega, había tenido el placer de conocerla junto a Joan, el jóven enólogo que elabora los vinos de forma magistral, en la XXIII Mostra de Vinos, cavas y licores y hoy he conocido también Guillermo, la persona que trabaja estas tierras tan agradecidas para el cultivo de la viña, pues el enclave donde se sitúa Finca Collado está en la población alicantina de Salinas, y como su nombre dice, hasta no hace muchos años, la desecación de grandes charcas de agua se recolectaba sal mineral, que conforma el terruño arenoso y alcaloide, poco apto para otro tipo de cultivos.

 
Esta mañana, invitado por María del Carmen, Riki, mi familia  y yo hemos tomado rumbo a esta zona para conocer de cerca la bodega, el terruño y las personas que trabajan este proyecto. Efectivamente hemos  encontrado un lugar donde el cultivo de la vid es perfecto, muchas horas de sol en verano, contraste de temperaturas entre el día y la noche, un terruño con diferentes zonas en las aproximadamente 10 ha. de viñedo y una circulación de viento permanente que hace que las viñas no necesiten excesivos tratamientos más que los preventivos a base de azufre exclusivamente.


Al llegar se estaba preparando unos aperitivos mientras Joan hacía un arroz a base de frutos del mar, y Guillermo nos iba llenando las copas con esos vinos tan expresivos del lugar, en la comida nos hemos encontrado a un matrimonio inglés que pasa largas temporadas en la población de Salinas, a Adelaida y a Gabino, un gran conocedor de las costumbres de la zona y catedrático de la Universidad de Alicante, que nos han acompañado y juntos hemos comido y bebido estupendamente en el día de hoy.


En cuanto a los vinos, recordar que sensaciones me produjeron en esta primavera hoy ha sido posible, gracias a estar en la bodega, así pues el primer vino que voy a comentar, fruto del esfuerzo del equipo de Finca Collado, es el que les ha hecho recoger dos de los premios que llegán al palmarés de esta pequeña bodega, el II Premio dels Bodeguers 2011 y el Baco de Bronce 2011 otorgado por la UEC.  

 
Hablo de Finca Collado Blanco 2010 es un coupage al 50% de Chardonnay y Moscatel de grano menudo y con un paso por barrica francesa de 6 meses, el color es amarillo dorado muy limpio y brillante, en nariz es bastante espectacular debido a su frescura y combinación de aromas a frutas de hueso (albaricoque, melocotón...) con la dulzura de uva madura, en boca es tremendamente fresco y afrutado, con una acidez muy marcada, en el postgusto los recuerdos a uva Moscatel combinada con las vainillas del tostado de la madera lo hacen bastante agradable y perfecto para tomar en el aperitivo, así como en pescados, mariscos y carnes blancas poco elaboradas, un más que satisfactorio vino blanco para consumir en compañía.


El resto de vinos desde luego que también merecen estar galardonados, ya que son vinos de finca, Cabernet Sauvignon y Merlot que no se dan en otro lugar, son elegantes y muy redondos, y quizá el terruño consigue que sean diferentes.  Así que pienso que el  rosado Finca Collado 2010, un vino 100% Merlot, de color fresa intenso, presenta unos aromas a  cerezas y fresas maduras, en boca es suave, fresco y ligeramente dulzón, su postgusto es bastante largo y recuerda a mermeladas y compotas de fruta roja pero sin empalagar nada, quizá la segunda joya de la corona, en lo que se refiere a vinos jóvenes. 

 
Otro Merlot 100% de esta bodega es Finca Collado Tinto 2009, un vino madurado en un cono o fudre de 5000 litros, con un color rubí muy intenso, de aromas a 'toffe', intensa fruta roja madura, muy elegante y en boca es untuoso, redondo y de 'bouquet' equilibrado, de postgusto largo y con muchos recuerdos a tostados y mermelada de cereza, un excelente vino para todo tipo de comidas elaboradas. La ausencia de amargores y la cantidad de frutas y aromas presentes creo que es posible por la ubicación y el suelo donde esta uva se cultiva, diferente del suelo de las variedades blancas.


El vino Finca Collado 2008,  con una mezcla de Merlot y Cabernet Sauvignon (70%) criados en barricas bordelesas de roble francés durante 14 meses con un color rojo picota intenso, predominando aromas a caramelo, frutas rojas maduras, chocolate, en boca es intenso y sabroso y de postgusto bastante largo, muy amable y redondo.


Al final un maravilloso día, rodeado de amigos, buenos vinos, ambiente excepcional y sobre todo conciendo un terruño que realmente ofrece unas características ideales para producir una excepcional uva, que con las manos expertas del equipo de Finca Collado cada día se superará y seguro que obtienen mayores reconocimientos en un futuro no muy lejano.

domingo, 28 de noviembre de 2010

II Mostra del cava valencià

Organizado por Proava y diecisiete bodegas de la Comunidad Valenciana, este fin de semana se ha celebrado en la ciudad de Valencia, concretamente en pleno corazón del barrio del Carmen, una muestra de los espectaculares cavas que se están haciendo en la zona. Como observación le CR Cava reconoce al municipio de Requena como productor en esta DO, y gracias al buen hacer de nuestras bodegas, estamos consiguiendo elaborar maravillosos cavas que nada tienen que envidiar, no ya a los tradicionales de Cataluña, sino a los mejores champagnes franceses.


La base para estos vinos es una uva Macabeo bien trabajada, con el punto de acidez recomendado para estas segundas fermentaciones, que junto a Chardonnay en su mayoría y alguna que otra variedad más, nos presentan cavas límpios y frescos, afrutados, de burbuja fina y persistente y casi todos elaborados como Brut Nature, es decir permaneciendo en las cavas y en rima al menos 14 meses durante su segunda fermentación y con menos de 3gr. de azúcar.


Destacar que, aunque ayer tarde-noche, el momento era desapacible en cuanto a lo meteorológico, disfrutamos de cavas como los de Vera de Estenas, Chozas Carrascal, Pago de Tharsys, Vegalfaro, Torre Oria, Torroja, Vegamar, Bodegas Hispano-Suizas, Daniel J Belda, Antonio Arraez, Unión Vinícola del Este, Murviedro, Beso de Rechenna... y alguno más que no recuerdo en estos momentos.

Difícil destacar alguno de los cavas catados anoche, pues todos tenían una calidad excepcional, algunos utilizaban, aparte del vino base Macabeo, Chardonnay fermentado en barrica, otros sin fermentar, las proporciones variaban, algún cava contenía Parellada, otros no podían denominarse cavas a ser de uvas no admitidas por el CR Cava (caso del Pago de Tharsys Blanc de Negres, de uva Bobal), en definitiva cada bodega aplica su maestría y nos ha presentado unos cavas frescos y que no dudéis en consumir, no solo para las fechas que se aproximan, sinó en cualquier momento, como acompañantes de una comida elaborada con pescados y carnes blancas, aperitivos con Foie, huevos, verduras, ... más recomendable que con dulces navideños, ya que así apreciaremos esa explosión de frutas blancas y cítricos que la mayoría de ellos nos van a producir en nariz y en boca.

Aquí os dejo algunas fotos, que no pudieron ser de mejor calidad debido al momento lluvioso que nos sorprendió por la tarde y que de ninguna manera fue excusa para que la afluencia de aficionados y amigos siguieran disfrutando de este producto que tan bien estamos haciendo en nuestra comunidad.

sábado, 7 de agosto de 2010

VII Certamen de Vinos de Venta del Moro

Estamos en Agosto y en España es el mes de fiestas patronales en la mayoria de municipios, aprovechando las veraniegas vacaciones. Es por eso que acudimos al VII Certamen de Vinos de Calidad de Venta del Moro y Degustación gastronómica de platos venturreños en la localidad citada, que se sitúa en la comarca de Utiel-Requena, limitando al sur con la provincia de Albacete y al oeste con la de Cuenca.

Allí, en la plaza del mercado nos encontramos a las distintas bodegas que habían acudido al evento y la población local y foránea que se había congregado. El Certamen empezó con la mesa presisida por distintas autoridades y que luego entregaba los premios por parte de la comisión de festeras y la Reina de las fiestas.


La cata la iniciamos en el momento los expositores y los vinos estuvieron listos, y por 5 euros teníamos una copa cata vinos y un ticket válido para la degustación de productos típicos de la zona y obtener la recompensa  gastronómica tras los vinos catados.



Allí me encontré a mi amigo Riki, que también estaba degustando los vinos por estos lares. Empezamos por catar los vinos de la bodega Proexa, bodega que elabora sus vinos siguiendo los principios de biodinámica y de forma totalmente ecológica, su marca más conocida es Vega Valterra, pero ayer catamos el Aldabones, un 'coupage' de variedades de la zona madurado en barricas.



También estuvimos catando los vinos de la bodega Bodegas de Utiel, elaboradora de marcas tan conocidas como Capellana y Nodus, y desde hace poco tiempo la serie Actum. Aunque la bodega se encuentra en Caudete de las Fuentes, sus fincas están enclavadas en el término municipal de Venta del Moro. Estuve catando el Actum de Sauvignon Blanc y me pareció una explosión de frutas tropicales en nariz, fresco, equilibrado y muy perfumado. 



Seguíamos catando vinos y esta vez fue un rosado de la Cooperativa  Latorre Agrovinicola, un clásico de variedad bobal, joven, fresco, equilibrado y sobre todo muy natural sin ningún aroma o sabor demasiado subido de tono, destacando la uva y las frutas rojas como trasfondo. Además me comentaron que este vino, Parreño es su nombre, está a un precio interesantísimo, casi casi por debajo de 1 euro.


Seguíamos catando vinos pero a su vez las Amas de Casa venturreñas nos deleitaban con platos típicos de su cocina como el embutido, el gazpacho venturreño (una variante del gazpacho manchego) y unas torrijas de pan muy exquisitas.



El siguiente descubrimiento fueron dos vinos, para mi los mejores de la noche, estos fueron Casa Lo Alto, un tinto reserva de 2006 y un blanco fermentado y madurado en barrica del varietal Chardonnay. Dos excelentes vinos, lástima que los propietarios de la bodega no estuviesen presentes, pero para mi fueron los mejores de la noche sin duda, tanto el blanco como el tinto.



Y por último caté los vinos de la bodega Aranleón, perteneciendo a la pedanía de Los Marcos de la localidad venturreña, y que tenía sus vinos insignia como el Sólo, Aranleón Selección especial y Ahora, un magnifico vino fresco y frutal destinado a ser un vino para cualquier momento y ocasión.



La velada terminó con una cena familiar en el restaurante del pueblo para reposar las sensaciones y sabores que la tarde nos había brindado.



miércoles, 21 de julio de 2010

Vino de Menorca

No es de extrañar que en esta isla tan mediterránea y la más hacia el Este de nuestro país tenga tradición vitivinícola. Efectivamente en las crónicas de la conquista de la isla sobre el siglo XIII, ya se hablaba del vino que en la tierra se producía, y seguramente fenicios y romanos ya utilizaban el fantástico puerto natural de Mahón para el comercio y seguro que entre las mercancías que se adentraban en el mar había vino procedente de la isla.



Menorca es una isla bastante plana, con terrenos dedicados a cultivos principalmente dedicados a abastecer a la cabaña vacuna, que abunda en esta isla. En tiempos de colonia inglesa, seguro que se elaboraba vino, pues los destilados que los ingleses utilizaban para sus espirtuosas, seguro provenían de viñas locales.



En la actualidad hay unas 9 bodegas que, con una superficie de por lo menos 30 hectareas, producen vinos en varias partes de la isla. La isla tiene terruños poco arcillosos, de marés, una roca calcárea muy quebradiza, también hay suelos conglomerados hacia el norte y de gres en zonas del sur.

En mis vacaciones me tropecé con una de las bodegas más grandes, Binifadet, una bodega que se puede visitar y que elabora unos 50.000 lts. de distintas variedades. Antes de visitarla, por casualidad, estuve en Ciutadella, la ciudad del extremo oeste de la isla en un local llamado Sa Fideuera, donde pude degustar un Binifadet jóven tinto de Syrah y Merlot muy afrutado y fácil de beber.



Al visitar la bodega encontré un edificio moderno, al que rodea las parcelas de viñedos y me encontré una variedad importante de vinos, desde un rosado de variedades Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot muy especial, con unos aromas primarios a frutas, un espumoso tipo brut de este mismo vino base, un blanco de Chardonnay con aromas a cítricos y con un finísimo paladar. El Merlot de 2004, con 12 meses en barrica francesa también es un vino especial, se nota la fruta roja y negra madura, aromas a vainilla, a sotobosque y un toque mineral que lo hace bastante diferente.



La bodega es visitable y además elabora otros productos como las mermeladas de vino, un dulce de Moscatel, aceite de oliva de variedad arbequina y vinagres de Chardonnay y Syrah. Toda una sorpresa en mi viaje de vacaciones, tan sorpresa que la cámara de fotos me la olvidé y tuve que hacer las fotos desde el móvil, con lo que no he podido recoger gráficamente mi visita con nitidez, pero los sentidos si que fueron agradables.