jueves, 30 de junio de 2022

'Viñedos Olvidados’, el nuevo proyecto de Valtravieso

Viñedos Olvidados’ es el último y nuevo proyecto de Valtravieso, con el que rescata zonas de viñedo tradicional que se estaban descuidando o abandonando corriendo el riesgo de ser arrancadas, así como pone en valor variedades autóctonas cuyas elaboraciones y destino no era el más apropiado. Después de dar a conocer sus otros proyectos, ‘Vino de Páramo’ y su primer vino de la línea ‘El Manifiesto’ lanza ‘Viñedos Olvidados’, con el que se aleja esta vez de su origen Ribera del Duero, para dar paso a otras zonas donde ha descubierto tesoros ocultos con identidad propia.

 

El equipo de Valtravieso, dirigido por su gerente Pablo González Beteré y su enólogo Ricardo Velasco Pla, ha elaborado tres vinos en la montaña de Covarrubias en la D.O. Arlanza, un Monastrell en Fuente Álamo en la D.O. Jumilla y un Bobal en Casas de Benítez en la D.O. Ribera del Júcar. La bodega traslada así su conocimiento, experiencia en terreno y en vinificaciones a tres Denominaciones de Origen muy especiales y de gran potencial para presentar esta Colección Exclusiva de 5 vinos, cada uno con una identidad propia, bajo el sello de calidad Valtravieso.

 


 

 

Denominación de Origen Arlanza

 

La D.O. Arlanza se ubica en el centro de la provincia de Burgos. Se trata de una zona con los viñedos en altitud, concretamente los de Valtravieso se ubican entorno a los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Esta altitud condiciona notablemente el desarrollo del cultivo y la maduración de la uva confiriendo una personalidad única a sus vinos.

 

Los viñedos de Valtravieso cuentan así mismo con una ubicación privilegiada en Covarrubias, el plena ribera del Arlanza y junto a la sierra de Las Mamblas con un paisaje excepcional compuesto de viñas centenarias en vaso. Esta zona es compleja y resulta muy difícil de trabajar. Requiere una gestión de viticultura extrema ya que no hay riego, hay muchas heladas, mucho bosque y animales que se comen el fruto. Sus suelos son pobres, muy viejos y bastante profundos, compuestos principalmente de aluvión con cantos rodados, arena y arcilla en el fondo. Estos viñedosmuy antiguos, mantienen el estilo de plantación original donde convivían diversas variedades tanto de uvas tintas como uvas blancas, sin prácticamente espacio entre las viñas, requiriendo un trabajo muy manual y no permitiendo mecanizar la labor. A pesar de ser unos viñedos de alguna manera “olvidados” gracias a este singular terroir dan un fruto espectacular. Con la intención de preservar la esencia de la zona y manteniendo el estilo de producción original se han realizado análisis de microsatélites para detectar las variedades blancas dentro de los lineos de variedades tintas y de este modo conocer su patrimonio vegetal.

 

Los viñedos están compuestos de multitud de variedades como son la tempranillo, que se encuentra al límite de la maduración por la confluencia de altitud y latitud, y la garnacha tintorera, entre otras muchas. Esta diversidad de varietales aporta complejidad y equilibrio en los vinos.

 

-       Muniadona, blanco fermentado en barrica. Es un vino complejo, completo y complicado, inspirado en Muniadona, madre del primer conde de Castilla e ilustre vecina de Covarrubias en el siglo X. Elaborado con más de 9 variedades blancas perdidas (con una base de albillo mayor) de viñedos centenarios vendimiados racimo a racimo. Es un blanco con una boca sápida y ácida y una persistencia larga.

 

-       Cerro Cerezo, tinto de parcela. Cercana al Río Arlanza, la parcela Los Lirios se dibuja a través de un paisaje rodeado de cerezos y un terreno que dibuja pinceladas de fina arena y canto rodado sobre un lecho arcilloso. Es la tierra donde enraíza el viñedo olvidado que dota a este vino de un carácter mineral, profundo y expresivo, de color ligero, fino, con una estructura precisa, una amplitud justa, y un final eterno sobre un tanino vibrante, floral y mineral.

 

-       Las Mamblas, tinto de villa. La Sierra de las Mamblas perfila el horizonte de Covarrubias. En las zonas altas de sus laderas, cercanas a los 1.000 metros de altitud, se encuentran los viejos viñedos olvidados que dan origen a este vino y definen su personalidad: atlántico, elegante y honesto. Un vino que es reflejo fiel del carácter Arlanza. Fresco y directo, la mejor expresión del tempranillo ancestral en su limite norte de cultivo en Castilla y León junto con otras variedades como la garnacha, el bobal o la mencía.

 


 

 

Denominación de Origen Jumilla

 

La D.O. Jumilla es una de las más antiguas y un referente del vino del sudeste de España. Sus principales características son sus suelos calizos, su clima continental con influencia del Mediterráneo junto con escasas precipitaciones y sus viñas situadas a alturas comprendidas entre los 400-1.000 metros sobre el nivel del mar.

 

A mediados del siglo XIX cuando la plaga de la filoxera castigó amplios territorios europeos pocas parcelas se salvaron de ser afectadas y entre ellas algunas en el término municipal Fuente Álamo donde Valtravieso ha localizado y trabajado una selección de dos parcelas viejas en pie franco, es decir pie original de vitis vinífera sin injertar que están a una altitud de 980 metros sobre el nivel del mar. Estas parcelas en pie franco cuentan con un cultivo tradicional en vaso de monastrell muy viejo, variedad autóctona que se asienta sobre un suelo calizo.

 

La D.O. Jumilla se caracteriza por sus vinos de corte mediterráneo y muy alcohólicos. Valtravieso, por el contrario, trabaja la variedad Monastrell desde un enfoque más fresco, más vertical y no tan pesado, buscando el estilo propio de la casavinos finos, elegantes y verticales donde la madera acompaña pero no enmascara la personalidad de la uva.

 

-       Pie Firme, Monastrell de pie franco. Altitud, caliza y carácter, son las tres cualidades que pueden resumir este vino surgido de parcelas con viñas en pie franco arraigadas a un terreno calizo en altitud que marcan mucho el carácter y tipicidad del vino.

 

Denominación de Origen Ribera del Júcar

 

La D.O. Ribera del Júcar nace en 2003 como iniciativa conjunta de un grupo de cooperativas elaboradas de vino y bodegas particulares de la provincia de Cuenca. Una comarca con un profundo arraigo en el cultivo de la vid y los cereales y que está influenciada por el río Júcar que recorre sus tierras. La altitud media es de 750 metros con un clima mediterráneo continental de altos contrastes de temperatura entre el verano y el invierno y una pluviometría baja con un régimen de humedad mediterráneo seco.

 

Sus suelos son profundos, de materia arcilloso-calcárea cubierto por un espectacular manto de cantos rodados donde reposan los viñedos. En este entorno, el río, el clima, la tierra y la labor paciente y constante de sus gentes han permitido obtener frutos únicos, especialmente con sus viñedos de los que se obtienen vinos de la más alta calidad.

 

El interés de Valtravieso en esta zona surge de la idea de rescatar y revalorizar viñedos antiguos de la variedad bobal de gran calidad que, por cuestiones de baja productividadse estaban abandonando.

 

-       Mil Cantos, Bobal. Contundente, equilibrado y atemporal, así es este vino que surge de unas parcelas muy viejas de bobal con una producción limitada junto con un porcentaje de airén muy viejo. Uva muy concentrada que da lugar a un vino contundente pero equilibrado, alejado de las modas y fiel reflejo de la uva.

 


 

 

Bodegas y Viñedos Valtravieso

 

Valtravieso nace en 1983, cuando se plantaron las primeras cepas en la finca “La Revilla”, un terreno ubicado en uno de los páramos calizos más altos de Ribera del Duero, concretamente a 915 metros de altitud. En 1994 Valtravieso saca sus primeros vinos al mercado y en 2002 se planifica la construcción de unas nuevas instalaciones, que cuentan con un total de 5.000 m2, marcando una línea más moderna que apuesta por la calidad y la excelencia.

 

La bodega lanza a comienzos de 2021 una nueva imagen de marca más actual y acorde a su filosofía, personalidad y esencia. Un cambio que aporta identidad a estos vinos elaborados a partir de unas viñas situadas en un lugar privilegiado como es el páramo. La finca se encuentra dividida en parcelas, dentro de cada parcela se separan las zonas calizas que aportan vinos más minerales, finos y elegantes, de otras zonas con vetas más arcillosas que aportan a los vinos mayor cuerpo y fruta.

 

‘VALTRAVIESO Vino de páramo’, sello de calidad de la bodega, hace referencia a la identidad y beneficios que el páramo aporta a sus vinos: La ubicación (a más de 915 metros de altitud); el terreno (la materia arcillo-calcárea de sus suelos); las condiciones climáticas (fuerte amplitud térmica entre el día y la noche, con vientos constantes y poca lluvia) que consiguen una correcta maduración y calidad de la uva; así como la composición del suelo (con roca principalmente calcárea) que marca verticalidad en sus vinos. Una combinación que hace que en Valtravieso se elaboren vinos profundos, largos, con toques elegantes y frescos.

 

Entre la principal gama de Valtravieso se encuentra su principal vino ‘Valtravieso’ (crianza)‘Finca La Atalaya’ (reserva)‘VT Tinto Fino’‘VT Vendimia Seleccionada’ y ‘Gran Valtravieso’, así como su vino más desenfadado ‘Finca Santa María’ (roble) como vino de ensamblaje.

 

Valtravieso gestiona 170 Has de viñedo, de las cuales 100 Has se encuentran ubicadas en un páramo y de ellas 70 Has rodean la bodega y son en propiedad. El resto de Has pertenecen a viticultores fidelizados cuyo seguimiento y gestión se realiza como si fuese viñedo propio. Además, se trabaja de forma eco-lógica, sin herbicidas ni insecticidas.

 

En la plantación actual un 81% es de la variedad Tinto Fino, un 11% de Cabernet Sauvignon, 6% de Merlot y 2% de Malbec.

 

Estos vinos y el resto de la gama de Valtravieso pueden adquirirse a través de su web (https://valtravieso.com) y ofrecen la posibilidad de hacerse socio de su club de vinos Catalia para conocer las últimas novedades y disfrutar de grandes ventajas.

 

El Manifiesto

 

A finales de 2021, la bodega Valtravieso lanza ‘El Manifiesto’un concepto que trae al mercado una serie de vinos innovadores y muy especiales para los amantes de las curiosidades. Este nuevo proyecto surge de querer investigar, experimentar y crear vinos exclusivos con los que poder disfrutar de nuevos aromas y sabores. Su director técnico, Ricardo Velasco Pla, realiza cada año micro vinificaciones de combinaciones inusuales y minoritarias de las que poder aprender y quizás sacar al mercado en el futuro. De ahí surge, de manera natural estos vinos que aunque al principio son experimentales, se han convertido en uno de los tesoros más preciados de la bodega.

 

La primera referencia presentada por Valtravieso, con una pequeña producción de tan solo 387 botellas, es un albillo mayor fermentado con racimo entero durante una semana en depósito abierto, pisándolo todos los días una vez, al estilo oporto. La fermentación ha arrancado sobre las pieles y luego se ha trasladado a barricas de 300L de Stockinger para su crianza durante unos 14 meses. La uva con la que se elabora este vino se sitúa en las parcelas propias de Valtravieso a 915 metros de altitud.

 

El Manifiesto de Valtravieso es una forma de entender el vino. Como el propio Ricardo Velasco explica: “Es aprender de nuestros ancestros a hacer vinos innovadores. Es viajar a otros hemisferios en primavera para volver a nuestra casa en otoño. Es valorar lo propio y comprender lo ajeno”.

 

 

 

Valtravieso, vinos con alma

 

Ricardo Velasco es enólogo y director técnico de Valtravieso desde 2014. Un apasionado del sector vitivinícola, con gran vocación, que se dio cuenta siendo muy joven que quería formar parte de este sector. Le gusta mucho cómo los ingleses se refieren a su profesión, ‘WineMaker’, porque le parece que define muy bien lo que hace: encargado de hacer el vino que refleje el terroir de la zona. “Como enólogo de Bodegas Valtravieso mi objetivo es reflejar en nuestros vinos el terroir único del que proceden. En Valtravieso, por la altitud a la que se encuentran nuestros viñedos (915m de altitud), elaboramos vinos profundos y largos, no buscamos una estructura muy marcada y pesada sino frescura, fineza y elegancia, que la sensación de longitud la aporten sobre todo los aromas y el retrogusto en boca de tanino aromático”.



 

LA D.O. VALENCIA CELEBRÓ SU XVI NOCHE DEL VINO CON UNA ESPECTACULAR GALA

El pasado lunes 13 de junio , se celebrebró la XVI Noche del vino en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia. Los asistentes pudieron disfrutar de una fantástica velada y degustar los vinos de las bodegas participantes adscritas al Consejo Regulador de la DO Valencia.

Asistieron al evento un elenco de representantes de la hostelería valenciana, distribuidores y prensa especializada, junto a personalidades de las instituciones públicas y profesionales del sector.

El objetivo de esta edición, que la pandemia había obligado posponer estos dos últimos años, era promover los proyectos y vinos de las bodegas así como reflejar el cambio en la gestión del Consejo Regulador en esta nueva etapa con la nueva dirección y presidencia.

Así es que con esta nueva etapa, los asistentes volvieron a disfrutar de una tarde-noche especial, pudiendo degustar los vinos de las 33 bodegas asistentes, reencontrándose con los nuevos proyectos que desarrollan gracias a la apuesta por la innovación y desarrollo de técnicas de innovación, sin dejar atrás la tradición que caracteriza a los territorios a los que ampara la D.O. Valencia.

 

También fue noche de reconocimientos y con una puesta en escena de lujo con un excelente escenario se otorgaron los Premios y distinciones siguientes:

Premio al Mejor Proyecto de Enoturismo fue para Celler del Roure, un reconocimiento más que merecido a una bodega que lleva durante muchos años trabajando con cariño la faceta enoturística

Premio al Mejor Proyecto Enológico fue para Javi Revert, un proyecto joven con el que está consiguiendo contar la historia de un territorio, de un paisaje, de unas variedades antiguas y de una cultura: la del vino y la de la Font de la Figuera.

Premio al Proyecto Vitícola fue para Casa Los Frailes, por su  estudio de suelos y aplicación a vinos de parcela

Premio al Mérito Enológico fue para Victor Marqués Leiva, ingeniero agrónomo que realiza, a con su filosofía una elaboración de vinos puros, vibrantes, reflejo del viñedo.


Pero sin duda alguna, la medalla más emotiva de la noche fue para el que ha sido Presidente de la DO Valencia durante 12 años, Cosme Gutiérrez Ruiz, que dejaba el cargo a finales de 2021.


 Durante la noche, también recibieron su diploma los alumnos del VII Máster Sumiller Especialista en vinos valencianos, formación que cuenta con gran prestigio en el sector y que se retomará tras el parón obligado por la pandemia en octubre con una nueva edición.

Así fue, una noche de celebración y de reconocimientos que afirman el gran valor que aporta el mundo del vino a la sociedad valenciana que finalizó con la degustación de una variedad de quesos  cortesía de la Associació de Formatgers de la Comunitat Valenciana y música en directo del grupo Limbotheque o Lulú y los Tigretones.


 

 


martes, 14 de junio de 2022

Crónica de Vinoble 2022

Tras el parón obligatorio por la Covid-19, el Alcázar de Jerez abrió sus puertas y jardines desde el 29 al 31 de mayo para acoger la XI edición de Vinoble. Había muchas ganas de volver a este Salón, uno de los más populares entre sumilleres, distribuidores, productores y prensa, por esa combinación única de grandes vinos, coqueta ubicación, tamaño abarcable y ritmo amable de la cita, acompañada este año de temperaturas agradables.

La valoración por parte del Ayuntamiento de Jerez, organizadora del evento, es muy buena. “La cifra de visitantes este año ha sido de 8.000 personas, superior a la última edición de 2018, y ha repercutido positivamente en la ciudad. Sí que ha descendido un 3% el número de extranjeros, pero es comprensible dada la situación geopolítica actual”, explica Luis Flor, responsable institucional y presidente del comité asesor de Vinoble.” En general, tanto los expositores como los visitantes han salido contentos del Salón; el índice de repetición es alto”.

Entre las salas del palacio y las carpas de los jardines se distribuyeron los 42 expositores de esta edición, principalmente bodegas del Marco de Jerez pero también de otras denominaciones de vinos tradicionales de Andalucía, así como de Alicante, Canarias, Cava o Jumilla. Además de curiosidades como el hidromiel de La Rioja o la sidra de hielo sueca, había un puñado de stands de distribuidores y organismos con vinos de Canadá, EEUU, Francia, Portugal, Italia, Sudáfrica o el delicioso vinsanto de la bodega griega Hatzidakis, entre otros. Hay quien echó en falta más presencia de stands con zonas internacionales consolidadas, pero en general todo el mundo coincidió en que lo importante en la XI edición era volver al Alcázar y recuperar gradualmente la normalidad.
 


Catas variadas y de calidad

Las circunstancias especiales de la pandemia obligaron a la organización a suprimir el servicio de rotación de copas —los asistentes tuvieron que comprar una copa serigrafiada y conservarla para toda la feria— y a sustituir las catas populares en el centro de Jerez por otras más pequeñas. Si la plena normalidad vuelve, estos contratiempos se solventarán para futuras citas, pero lo que sí se mantuvo como en ediciones anteriores fueron los showcookings con cocineros y productores de la provincia de Cádiz y el programa de catas en la Mezquita y el Molino del Alcázar. Para todas ellas, las entradas se agotaron rápidamente.

El mérito de reunir un cartel variado y de calidad con un presupuesto ajustado es principalmente del divulgador Juancho Asenjo, miembro del comité asesor, con la complicidad de Luis Flor. Con inmensas dosis de pasión, complicidad con los ponentes —y como apostilla Asenjo, “mucho romanticismo”— consiguieron que hubiera presencia, no solo de vinos nobles andaluces y del resto de España, sino también de otras zonas sin stand propio en el Salón como Oporto, con una cata de Tawny a cargo de Cristina Tierno, o Champagne.

Las burbujas sin duda tuvieron una presencia considerable en esta edición de Vinoble. Se habló mucho y bien de la cata “Champagne, cambiar todo para que todo siga igual”, impartida por el equipo de A la Volé, importadores de cuvées de pequeños viticultores, y de la dedicada a los espumosos del hemisferio sur con Ada Iacob y Manu Galán.

Una de las que más demanda suscitó, y que dejó fuera a muchas personas por las limitaciones de espacio, fue la que impartió Ferran Centelles con el título “Conexión autólisis: un viaje de ida y vuelta del cava al jerez”. El ex-sumiller de El Bulli y corresponsal de Jancis Robinson en España habló de levaduras, crianza oxidativa y otros elementos que unen ambos estilos en una cata con presencia de vinos de Barbadillo y Mestres así como de sus representantes, Montse Molina, enóloga de la bodega sanluqueña, y Jaume Vial, de la casa de Sant Sadurní d’Anoia que primero utilizó el término “cava”.

Junto a estas propuestas, los asistentes a Vinoble pudieron escuchar a algunos de los nombres más reconocidos del Marco, como Sergio Martínez, que presentó la cata inaugural de este año con las novedades de Lustau; Antonio Flores, que trajo algunos de los grandes vinos clásicos de González Byass y tres nuevos finos monovarietales de palomino, pedro ximénez y moscatel; el enólogo Antonio Florido, con un repaso al origen de los vinos de Fundador en el mítico castillo de El Majuelo en Macharnudo, o el presidente del Consejo Regulador César Saldaña, que hizo un viaje por la crianza biológica en Sanlúcar con vinos como la nueva manzanilla Solera Playa, de la antigua bodega almacenista Del Río con viñedo propio en el pago costero de Miraflores, o el también nuevo y finísimo amontillado en rama La Guita, con 10 años de crianza biológica y cinco de oxidativa.

La cata que más rápido agotó sus entradas fue la de Willy Pérez y Ramiro Ibáñez, quienes también estaban con sus vinos en el concurrido stand de la asociación Territorio Albariza, a la que este año se ha unido Peter Sisseck con su proyecto jerezano (Bodegas San Francisco Javier).




Si en la edición de 2018 de Vinoble se centraron en los suelos, este año el duo más dinámico del Marco destacó las personas que, en su opinión, han sido claves en la historia de los vinos de Jerez desde el siglo XVIII hasta la actualidad porque cambiaron las reglas del juego. Su recorrido comenzó con el ampelógrafo Simón Rojas Clemente, pasando por Pedro Domecq, Manuel María González Ángel, Domingo Pérez Marín, el Conde de Aldama, el montillano Francisco de Alvear, Manuel Barbadillo —de quien se cató un Castillo San Diego de 1986— para finalizar con Eduardo Ojeda, a quien la sala rindió un bonito homenaje cuando Willy y Ramiro le invitaron a acercase desde su asiento entre el público para improvisar unas palabras.

Gente joven y más mujeres

Un punto notable a destacar en el programa de catas de Vinoble 2022 es el esfuerzo consciente de Asenjo por abrir el estrado a ponentes jóvenes y a las muchas mujeres que trabajan y defienden los vinos generosos en España. En esta edición, los asistentes a la feria pudieron catar vinos de crianza biológica con las Sherry Women, una asociación de profesionales establecida en 2013; recorrer los 100 años de Toro Albalá con Cristina Osuna y Fátima Ceballos, enólogas de la casa cordobesa que está de aniversario en 2022; descubrir las diferencias entre pagos históricos de Jerez y Sanlúcar con Paola Medina (Williams & Humbert) o Victoria Frutos (Estévez) —que compartieron plantel con Fermín Hidalgo (Hidalgo La Gitana), Antonio Flores y Antonio Florido— y confirmar la versatilidad de la uva Pedro Ximénez en una didáctica y entretenida cata con las jóvenes sumilleres Paula Menéndez y Virginia García de In Wine Veritas. De todas ellas oiremos hablar mucho más en un futuro cercano por su pasión y su valía profesional.

Fuera del recinto del Alcázar también se vive Vinoble, no solo en los tabancos, bares y restaurantes de la ciudad que dan de comer y beber a los participantes del Salón. Uno de los eventos más memorables es el de Bodegas Tradición, que volvió a abrir sus normalmente tranquilos cascos de bodega y pinacoteca a centenares de invitados que cenaron con tapas preparadas in situ por restaurantes de diversos puntos de España como Trigo de Valladolid o el vizcaíno Casa Garras. En Sanlúcar, la Taberna der Guerrita también invitó a amigos a compartir botellas en un ambiente desenfadado y lúdico mientras que este año también se celebraron eventos puntuales para clientes como el 50 aniversario de Bodegas Faustino González, el Sobretabla Fest de la distribuidora Grupo Merino o el Campeonato de España por Equipos en la emblemática casa de viña de El Corregidor, de Bodegas Luis Pérez.

No cabe duda de que el calendario de eventos paralelos al Salón va en alza cada año, tal y como ocurre en otros eventos de vino de mayor envergadura. Mientras llega la edición de 2024, toca apreciar, beber y disfrutar de los vinos tradicionales andaluces y el resto de vinos especiales que iluminan el generoso y dulce universo de Vinoble.
 


EL “WORLD VERDEJO DAY” RINDE HOMENAJE A LA UVA AUTÓCTONA DE LA D.O. RUEDA

Como cada segundo viernes de junio desde el año 2013, hoy se celebra el “World Verdejo Day”. Se trata de un evento de alta repercusión internacional en el calendario de todos aquellos países en los que la D.O. Rueda comercializa sus vinos, aunque las acciones de promoción en torno a esta fecha se centran sobre todo en Holanda, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, México y Puerto Rico.

El objetivo del “World Verdejo Day” es poner en valor esta variedad autóctona, presente en los territorios que abarca la D.O. Rueda desde el siglo XI que destaca por su toque afrutado y su excelente acidez. En la actualidad, de las 20.671,07 hectáreas de uva en los 74 municipios de esta Denominación de Origen, 17.778,96 corresponden a la variedad verdejo.

Nuestra uva verdejo siempre es sinónimo de calidad, versatilidad y longevidad afirma Carlos Yllera, presidente de la D.O. Rueda. “Por ello celebramos este ‘World Verdejo Day’ y animamos a nuestros consumidores a brindar con un verdejo de la D.O. Rueda”, añade.

 


 

“Mucho que celebrar, mucho que compartir”

Desde el Consejo Regulador de esta Denominación de Origen recuerdan que la versatilidad de la uva verdejo permite la elaboración de vinos de alta calidad, tanto jóvenes como fermentados en barrica, espumosos o de licor. Por ello, los vinos de la

D.O. Rueda maridan con cualquier tipo de elaboración gastronómica, tanto en aperitivos como en comidas, cenas o nuevos momentos de consumo como el “tardeo” o el “afterwork” en los que celebrar y compartir un verdejo de Rueda.

Además, destacan la nueva categoría “Gran Vino de Rueda”. Se trata de elaboraciones enfocadas a la alta gastronomía que aportan un valor añadido al consumidor, defendiendo el origen y apostando por los rigurosos controles de calidad de la D.O. Rueda.

viernes, 3 de junio de 2022

La D.O. Rueda, mucho más que Verdejo (I)

Quizá muchos conozcan los vinos de Rueda y también hayan probado vinos de uva Verdejo, pero queremos en esta serie de "post" dar mejor a conocer la Denominación de Origen Rueda, su origen, sus características geográficas, variedades, la elaboración y algunos de sus vinos. Esperamos que esta contribución nos haga conocer mejor está histórica región española y su variedad autóctona.

 Allá por 1.980 surgió  la D.O. Rueda, primera Denominación de Origen creada en Castilla-León, con el fin de proteger la variedad autóctona Verdejo. Con el tiempo no sólo se ha cumplido este objetivo, sino que hoy en día hablar de vinos de Rueda es sinónimo de Verdejo, si bien es cierto que en 2.008 se aprueba un nuevo pliego de condiciones, dónde se permite elaborar tintos y rosados.

Actualmente la D.O. Rueda abarca tres provincias de la Comunidad Autónoma de Castilla-León, conformados en 74 municipios de Valladolid, Segovia y Ávila, cuyos denominadores comunes con un clima continental, suelos "cascajosos" y la variedad mayoritaria de uva, la Verdejo.



El clima continental de los territorios que abarca la D.O. Rueda está dominado por tierras altas y llanas (entre 700 y 870 metros sobre el nivel del mar), que hacen que la diferencia térmica entre el día y la noche sean ideales para la maduración de la uva, con los contenidos de azúcares y polifenoles idelaes, y con la frescura de la noche aportar acidez, sumados a una escasa pluviometría (entre 300 y 500 cm3 anuales), hacen e lperfecto equilibrio para que la variedad Verdejo produzca vinos arómaticos y frescos.

Los suelos "cascajosos" son producto de la depresión central del río Duero, son tierras ricas en magnesio y calcio, permeables, fáciles de airear y laborar y además drenan bién, en su capa alta son pedregosas, lo quen permite acumular calor en las mismas y mantener una estable temperatura durante la caída de la noche en verano, donde las temperaturas descienden rápidamente a finales del verano, y así no producir un abrupto cambio para los frutos de la planta.

La uva Verdejo es la variedad autóctona y mayoritaria en la D.O. Rueda documentada desde el siglo XI, produce vinos con una gran expresión frutal en nariz, perfecta armonía y frescura y una boca algo amarescente muy característica.

En esta primera entrega hemos querido comentar dos vinos que hemos disfrutado de uva Verdejo y D.O. Rueda y que nos parecen una muy buena manera de empezar a conocer mejor esta denominación de origen.

 

 J. Fernando Verdejo Vendimia Seleccionada 2020, un vino muy franco, de aromas sutiles con buena estructura en boca, viñedos seleccionados en el término municipal de Rueda.

RETRO Verdejo Ecológico 2020, es un vino muy aromático, con presencia de aromas de frutas de hueso, en boca fresco y amplio. Lo elabora la Bodega el Lagar de Moha, en el término municipal de Rueda.