domingo, 28 de diciembre de 2008

Y volvimos a Caudete de las Fuentes


Y esta vez acompañados de unos amigos, lo cual fue estupendo porque así se comparten las aficiones y se disfruta mejor.

Nuestro viaje empezó en Minglanilla, con la visita del castillo y al pueblo, a veces tenemos tan cerca el poder pasar un día tranquilo y con amigos que vale la pena hacer unos pocos kilómetros y salir de la urbe para disfrutar de los lindes entre comunidades autónomas.

Y que decir de las apetencias gastronómicas de la zona. Ya que pasamos la mañana en la provincia de Cuenca, nos fuimos a comer a Caudete de las Fuentes, provincia de Valencia y linde entre Cuenca y ésta. La gastronomía del lugar es de mestizaje entre la Valencia Castellana y Cuenca, con comida marcada por especialidades como el cordero y guisos tradicionales de la caza en estas zonas.


Os voy a mostrar los menús que degustamos y que se asemejan por todos los restaurantes de la zona, con matices pero con aromas e ingredientes compartidos. Comimos en el restaurante Fuente Chica, que ya lo hicimos a principio de Diciembre, pero que no les había mostrado ninguna foto.

La carta tenía varias opciones pero decidimos escoger una comida para calmar el frío, que aunque no era inferior a 7º C, el vientecito cortaba la respiración. De entrantes probamos el típico gazpacho manchego, hecho a base de carnes de ave y conejo, junto a las famosas tortas manchegas, que cocinadas a base de especias como el clavo y el romero hicieron de perfecto entrante y acompañadas de un vino Utiel-Requena del lugar (Nodus Reserva de la familia) armonizaron perfectamente nuestra llegada al lugar.

Las alcachofas rellenas de carne fueron nuestro segundo entrante, estaban deliciosas y fueron perfectas anfitrionas para seguir degustando los aromas y sabores del vino. La verdad es que con estos entrantes casi estabamos servidos, pero el plato principal ya estaba de camino. Aquí alternamos dos tipos de comida, una que fue a base de legumbres con chorizo, estupendas y muy consistentes (un pelin saladas) y otra que fueron a base de cordero a la brasa, con unas patatas a lo pobre que quitaban las penas.
El postre también fue memorable aunque lo compartimos por la cantidad de comida ingerida y que a base de flanes de queso y de higo en almibar nos endulzó la tarde que fue seguida de un largo paseo por el pueblo para rebajar la copiosa comida, pero que con el frío ambiente pudimos afrontar.



martes, 23 de diciembre de 2008

Restaurante 'La Cumbre'



El pasado Domingo fuímos a comer al restaurante 'La Cumbre' en la urbanización Cumbre del Sol (Benitatxell) y disfrutamos de un menú pre-navideño acompañados del staff del restaurante y otros comensales, que junto al día soleado que hizo, nos hizo pasar una velada estupenda.


Eloy Martinez, el director del local, es un gran cazador y tiene por costumbre preparar (para ellos) alguna comida especial a base de conejo de caza, perdices, ... El domingo se preparó un arrocito con conejo de montaña que tenía una pinta estupenda, y sinó observen el resultado.




Nosotros fuímos más conservadores y comimos cordero y solomillos de cerdo a la pimienta, pero el postre fue algo especial, helado de queso con miel, una combinación estupenda que junto a una copa de moscatel de Teulada nos hizo la sobremesa más agradable.





La verdad es que comer en tan ambiente agradable y con unos precios casi de menú hace que de gusto subir al Restaurante La Cumbre, aunque vayas desde Valencia sólo para comer. Si el día es soleado y no hay bruma marítima las vistas llegan a ser espectaculares y sinó juzguen.

He de agradecerle a Eloy y su personal lo bien que nos tratan, ya que aunque vayamos algún fin de semana que otro a comer, no solo lo hacemos por mover la mandíbula, sinó por visitarles y pasar una velada muy agradable. Y en verano con la piscina y la terraza, no te digo como se disfruta y sobre todo los críos.

Bueno os adjunto unas fotitos del lugar para que me digáis si merece la pena o no.

domingo, 21 de diciembre de 2008

¡Això es de l'oli, tú!

Mi abuelo decía esta expresión cuando comiendo arroz o lentejas le salía una piedrecita. Lo decía porque el aceite de oliva estaba tan refinado que, irónicamente, era de donde menos se podía esperar una piedrecita. En el arroz y otras legumbres, sea por el transporte, por la selección manual o el almacenamiento en sacos que habían contenido otras cosas siempre aparecía algun rompedientes, como piedrecitas y que decir de bichitos.
El caso es que el aceite de oliva virgen es también como el vino o el queso, un alimento mediterráneo tan antiguo como nuestra civilización occidental. Los aceites son imprescindibles en la dieta mediterránea y como no existen variedades de todo tipo, dependiendo del tipo de oliva.
El caso es que el otro día decidí probar el preciado oro líquido en sus distintas variedades con el fin de conocer los gustos y sabores del aceite en crudo y quedé bastante sorprendido por los aromas que he sido capaz de recordar.
En primer lugar probé un aceite del alto aragón de variedad Arbequina de un trujal (almazara) de Viana en Navarra, este es el de Hacienda Ortigosa, me sorprendió el regusto a frutas y hierbas (albaricoque, melocoton y menta suave), su poca acidez y sabor dulce, la verdad un aceite que casa con ensaladas de frutas y verduras.
Más tarde probé un Borges Reserva de la familia, un aceite disponible en superficies comerciales y también de aceitunas Arbequinas, que me sorprendió por el brillo que desprendía y su sabor afrutado y dulzón. Me gustó al mezclarlo con queso fresco sin sal, pues le dió un cuerpo a este queso (bastante insípido) que lo transformó en un exquisito paladar.
También tenía una anforita de Oleo Cazorla, este aceite de variedad Picual, es mucho más verde, más denso , menos afrutado pero con un aroma y perfume intenso, es desde luego un poco más amargo en paladar e ideal para tomarlo con una tostada de pan o aliñar una ensalada de hojas de roble o canónigos con nueces.
Otro aceite, muy parecido al de Navarra que probé, fuen L'Estornell, un aceite de variedad Arbequina, del interior de Cataluña (Lleida), que tenía un caracter muy suave, muy afrutado y con una suavidad que apenas notabas que era aceite. La verdad es que lo venden como un aceite gourmet, pero no tiene para tanto, aunque la producción es totalmente ecológica.

El 'summum' fue un aceite de la tierra, del interior de la provincia de Alicante (Alcoy), este es Masía del Altet, con diferencia el mejor aceite que he probado, un color verde no muy intenso, una acidez mínima, un sabor a frutas como el kiwi, un regusto a tomillo y romero y de variedades como Arbequina, Picual, blaqueta y genovesa, todo un gourmet en el mundo del aceite, le va a todo, ensaladas, aliños de fruta, queso fresco y tierno. Un aceite, que pese a su precio, es el que más he disfrutado.
La cata la hice junto a mi hijo de 5 años, y aunque es muy pequeño para distiguir sabores, él me señaló el aceite que más le había gustado, y eso que los puse en unos platitos pequeños para que no infuyera el diseño de la botella y acertó con este último de L'Altet.
Pretendo probar más aceites así que tranquilos que habrán más opiniones.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Arroz con alcachofas y ajos tiernos

Bien sabida es mi afición a los arroces, pues bueno en media hora hice un espactacular arroz meloso con alcachofas, nabo y ajos tiernos.

Ingredientes
  • 4 Cucharadas de Aceite de Oliva virgen
  • 1 Nabo amarillo
  • 4 Alcacachofas
  • 6 ajos tiernos
  • 1 litro caldo de verduras
  • 2 tacitas de arroz
  • Ñora picada
  • 1 hebra de azafrán
  • Sal

Se pone el aceite en la sarten a fuego muy lento y se añaden los corazones de la alcachofa, el nabo y los ajos tiernos a daditos todo. Se sofríe durante 5 minutos y se añade la ñora picada (una cucharadita).



Se deja sofreir 1 minuto y se añade el caldo de verduras (éste puede hacer con chirivía, nabo, napicol, patata, zanahoria, puerro, cardo, ... y para los menos huertanos se puede comprar de estos de brick). Se pone a fuego fuerte hasta que rompa a hervir, entonces se añade el azfran, la sal (al gusto) y el arroz y dejar cocer destapado a fuego fuerte y controlando el caldo para que no se quede duro el arroz.

A los 15-17 minutos apagar el fuego ydejar reposar 7 minutos y al plato, una botellita de vino joven a temperatura (16º) y a disfrutarlo.

martes, 16 de diciembre de 2008

Quesos


De leche de vaca, oveja, cabra, ... el queso como el vino es uno de los alimentos más antiguos de nuestra civilización, personalmente me encantan los de leche de cabra, aunque un buen curado de oveja no desmerece o uno de vaca tierno.

Ya desde hace tiempo que soy consumidor de quesos valencianos, sobre todo el de 'cassoleta', que se llama así por la forma que toma del molde con el que se hace (cazuelita), fresco y al punto de sal de leche de oveja y cabra (aunque también de vaca) y que es facil encontrar en chacuterías, vendido por piezas o en trozos a peso. Este queso es blanco, blando y sin corteza.



El queso del interior de Valencia también es muy apreciado sobre todo el denominado de 'servilleta' que se elabora fundamentalmente con leche de cabra y que su nombre designa que es envuelto en tal textil, suele ser suave y con una fina corteza y con un sabor salado y un color casi blanco por dentro. Ideal para tomar con vinos tintos tintos o cava.



En esta zona del interior de Valencia, en las comarcas de la Costera y adyacentes, también hay un queso totalmente de cabra que luego es madurado en cuevas naturales y sin ningún tipo de aditivos, que con un sabor potente y a la vez suave he descubierto en los ultimos meses, y a pesar del nauseabundo olor que desprende su corteza, es un manjar exquisito y totalmente recomendado para los paladares más exigentes del queso. Su precio es medio-alto, pero acompaña muy bien a un vino valenciano de la Font de la Figuera o de Fontanars dels Alforins, zonas próximas a Quatretonda, lugar de origen de este queso.

También decir que en el Maeztrazgo castellonense y limítrofe con Teruel, tenemos unos quesos, cuajadas y requesones admirables, si bien estos son conocidos como los de Morella, Catí y Tronchon (ya en Teruel).



No hace mucho que visité Morella, ciudad que me encanta y a la que peregrinamos un par de veces al año y me comí un plato de queso morellano junto a unas lonchas de cecina de toro y fue un verdadero manjar que junto a un postre de cuajada o unos 'flaons' (empanadilla dulce de requesón con miel) hacen que un día en dicha ciudad amurallada sea lo más grata posible.

Ya os seguiré contando más episodios gastronómicos que son mi pasión.

Por cierto no es necesario gastarse mucho dinero para comer bien y bueno, ya os contaré.

domingo, 14 de diciembre de 2008

La comarca Utiel-Requena



¡Qué frío!, si la verdad es que si quieres te toma dos tazas, al fresquito otoño que tenemos en Valencia (9º-11º C), en el interior de la provincia aún es más acusado y más en cuanto pisas la Meseta.



La cosa ha empezado esta mañana, nos hemos levantado temprano y hemos decidido ir a comer a un pueblo del interior, así que chano, chano, caminito hacia el interior, hemos cogido dirección Madrid por la A3, conforme nos adentrábamos en el interior de la provincia de Valencia, la temperatura caía, a la altura de Siete Aguas ya marcaba el termómetro del coche 4º C y los avisos de nieve, dirección Madrid, estaban en los paneles de la DGT, además los Quitanieves volvían a reponer sal.

Camino de Requena la temperatura rondaba los 2º C, y el cielo se iba tornando gris, con lo que se avecinaba tormenta, así que en Utiel buscamos refugio e hicimos la primera parada del recorrido, tomamos unos cafes calentitos (no porque las viandas no fueran agradables) porque pretendíamos comer temprano.

Tras ello, parada en una vinoteca, donde nos dio la sensación de entrar en una casa particular, pero con una variedad y gusto de vinos muy interesante y sobre todo dedicado a la DO Utiel-Requena.

Allí he visto los vinos de bodegas tan diversas como Mustiguillo, Utielanas, Vera de Estenas, Vicente Gandía, Coviñas ... y la verdad es que tenemos unos caldos muy buenos y que por falta de marketing y buenos distribuidores nuestros vinos son los grandes desconocidos del panorama nacional de caldos. La verdad es que yo soy novel aficionado a los vinos (aunque no me gusta pedirlos en restaurantes, por la sobrevaloración que imponen) y algunos de estos de la zona se ven en supermercados y grandes superficies, como vulgares graneles y hay muchos más con delicado 'bouquet' y varietales de uvas autóctonas (como el bobal) que deberían figurar en las cartas de al menos en nuestra Comunitat.

Al final me he llevado un juego de botellas de Bodegas de Utiel, en Caudete de las Fuentes, monovarietales como Capellana (Joven y crianza) y un vino dulce de Bobal que pienso probar con un buen queso de cabrales (me han dicho que es ideal).
Después de esta 'parada técnica' hemos partido hacia Miglanilla (Cuenca) donde pretendíamos comer, pero al llegar allí ha empezado a nevar y como ni llevabamos cadenas ni abrigo suficiente, hemos dado media vuelta y hemos decidido comer en Caudete de las Fuentes.

Allí hemos comido en el restaurante Fuente Chica, una carta muy de gastronomía del interior, con especialidades en Morteruelo, Ajoarriero, gazpacho manchego, carnes de cordero a la brasa...




Hoy tenían Cocido Madrileño y Alcachofas rellenas de carne, la verdad es que como hacía frío hemos decidido comer un cocidito, como entrante un gazpachito manchego y no he pedido más cosas porque vamos a fechas de buen comer y me conozco, porque después no tengo control y creo que vale la pena una comida saciante que una indigestión pre-navideña.

El postre tampoco tenía desperdicio, porque el flan de higos estaba de muerte y no tedigo nada el de queso que mi mujer se ha comido con mermelada natural de arándanos.

En cuanto al vino, me pareció excesivo el precio, ya que como mencioné antes vi los precios de una vinoteca y pagar 3 veces más por lo que acababa de comprar no me pareció ético, así es que probé uno de la casa, de Bobal viñas viejas, y no fue gran cosa, pero al menos cumplí el ritual de beber una copa de vino diaria.

La vuelta ha sido tranquila y con episodios de agua-nieve por el camino hasta llegar a Cheste, que la temperatura superó los 7º C y conforme nos acercábamos a la capital se quedó en los 12º C.

Un día de paseo y diferente.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Taninos y antocianos



¡Toma parrafada!, pues no, se trata de componentes de la química natural se encuentran en el vino. El vino, bebida del dios Baco para los romanos y que hoy disfrutamos de varias maneras. Aquella bebida que en nuestras mesas era habitual (con gaseosa o sin) ahora es un exquisito alimento, algunos refinados, otros dulces, gasificados, peleones y potentes, ... y algunos se permiten codear con los alimentos y productos más selectos del mercado.

Leyendo estaba un artículo sobre el proceso de crianza de los vinos en los botelleros, sí posterior a la crianza en las barricas de roble, el proceso de crianza en botella es muy importante. Más importante es la utilización de corchos naturales, de una sola pieza, ya que éste impide que el vino salga de la botella pero a su vez actúa como un filtrado natural, para que poco a poco entren moléculas de aire que ayuden a la maduración del vino sin oxidarlo.



También es curioso como los procesos de embotellado de los vinos actuales, sean en atmósferas protectoras de nitrógeno o anhidrido carbónico para evitar que en la botella entre la menor cantidad posible de oxígeno.

Durante el proceso de crianza, destaca la importancia de que los caldos no sufran cambios drásticos en la temperatura, ya que de la hermeticidad del corcho puede verse afectada, con lo que la entrada de aire podría modificar el proceso de crianza.

En ausencia de oxígeno, los taninos del vino evolucionan formando polímeros, y que unidos a los antocianos producen el color teja característico de algunos vinos.

Los taninos son sustancias polifenólicas muy astringentes, se producen durante la maceración de los hollejos de la uva (cuando la uva se prensa para fermentar va acompañada de la piel y huesos de la uva) y también en el proceso de crianza en barricas de roble (la corteza del roble es un astringente natural conocido). Los taninos del vino han cobrado importanacia por su poder vasoconstrictor, con lo que el vino bebido con moderación, nos puede ayudar a evitar enfermedades coronarias.

Los antocianos por su parte, también presentes en la piel de la uva, son flavonoides que aportan el color al vino y que tienen alto poder antioxidante, con lo que nos ayudarían a combatir los radicales libres (particulas que oxidan nuestras células). El vino siempre con moderación no me parece que sea muy tóxico para nuestro cuerpo, ahora bien a la DGT no le parece bien, más cuando el vino se considera un alimento y no una bebida alcoholica (la diferencia entre una y otra está en que la bebida alcoholica paga un impuesto especial por eso estas llevan un sello de nuestra querida Hacienda).

Otra sustancia beneficiosa es el resveratrol, que forma parte de los pigmentos y que protege a la uva contra el ataque de los hongos. Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard ha demostrado que el resveratrol, que abunda en la piel de la uva negra, es capaz de estimular, las sirtuinas, unas enzimas celulares que regulan el envejecimiento de todos los organismos vivos. De todos los compuestos que probaron los investigadores, el que más estimuló a la enzima fue el resveratrol, por lo que el consumo moderado de vino tinto puede ayudar a retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades geriátricas como el Alzheimer.

Y para finalizar esta pequeña dosis magistral por el vino os adjunto 10 beneficios que el vino nos pueden aportar:
  1. Acción antiespasmódica
  2. Activación de la secreción biliar
  3. Acción antibacteriana
  4. Efecto antihistamínico, que atenúa las reacciones alérgicas
  5. Protección de las paredes arteriales, al fortalecer el colágeno y la eslatina que las forman
  6. El vino aporta minerales y oligoelementos
    Magnesio : disminuye el estrés
    Zinc : mejora las defensas inmunitarias
    Litio: equilibra el sistema nervioso
    Calcio y potasio : garantizan un adecuado equilibrio iónico y eléctrico
  7. Se recomienda en casos de anemia ya que contiene medio miligramo de hierro. Además el alcohol ayuda a la absorción del hierro
  8. El consumo de vino tinto moderado durante las comidas palia la pérdida de memoria por insuficiencia circulatoria cerebral propias de personas de edad avanzada.
  9. Actúa contra una enfermedad muy de moda: la anorexia o falta de apetito al estimular los órganos olfativos y gustativos.
  10. Estos beneficios solo se producen con dosis moderados, nunca más de 30 gramos al día.

martes, 9 de diciembre de 2008

Paellita de Marisco

Este verano tuve tiempo de hacer un par de paellitas para 2 personas, una de ellas fue con cigalitas y otros mariscos.

La cosa es que con tiempo y unos buenos ingredientes se pueden hacer comidas como estas y sobre todo cuando tienes el ambiente veraniego por delante.

Receta (2/3 personas):
  • 1/2 dl aceite de oliva virgen
  • 1 hebra de azafran
  • 1 cucharadita de pimenton rojo dulce
  • 3/4 litro de caldo de pescado de roca
  • 2 Cigalas
  • 2 Gambas rojas
  • 1 Pimiento rojo
  • 3 tacitas (tipo cafe de arroz)
  • Trocitos de pescado (rape, pez espada, ...)
  • 1 Tomate triturado

Se sofrie el marisco con el aceite durante 5 minutos y los trocitos de pescado y se añade el pimenton y antes de que se queme se añade el tomate triturado. 3 minutos, retirar las gambas y cigalas y añadir el caldo de pescado.



Cuando rompa a hervir, añadir la hebra de azafrán y el arroz, posteriormente añadir el marisco reservado y el pimenton a tiritas. Rectificar de sal y cocción a fuego fuerte durante 15-20 minutos (controlando que el arroz no se quede duro ni se pase).


Y 'voila' con un vinito blanco de la marina

lunes, 8 de diciembre de 2008

Paella de montaña

Mi tía si que sabe hacer paellas, y que paellas, hace 5 años en una reunión familiar donde estabamos presente y ausentes hicimos una paella para unos 15 comensales y el resultado fue espectacular y sino vean la secuencia:



Imaginad los aromas a leña mezclados con las especias de que se añaden a la paella (pimentón, azafran y romero), junto al perfume del aceite de oliva (par hacer el sofrito) y más en la montaña, rodeado de pinos (en un chalet). Además fuen un día de inicio de la primavera de 2003.

Bueno que más se puede pedir.

Calamar 2.0

Como bien dice mi amigo Andrés son los calamares del Nautilus (del libro de Julio Verne 20.000 leguas submarinas).

Preciado manjar que relleno con verduras, el propio calamar y huevo cocido, y con una base de encebollado con vino blanco hace que una comida como esta despierte el interés por los cefalópodos.

Se puede acompañar de un vino blanco afrutado muy fresquito ó de un tinto joven de matices pronunciados y que no tenga demasiada graduación.

Los ingredientes son los siguientes (4 personas):
  • 4 ó 5 Calamares grandes

  • 3 cebollas secas grandes

  • 2 hojas de laurel

  • 6 carlotas medianas

  • 30 gr. de piñones

  • 4 huevos duros (cocidos)

  • 1 diente de ajo

  • 1/2 dl de vino blanco seco o brandy

  • 1/2 litro caldo de pescado

  • 5 cucharadas soperas de aceite virgen extra de oliva

Los calamares se limpian bien y se cortan las patas y aletas, estos se trituran junto a 2 cebollas, el diente de ajo, las carlotas y los huevos.

A esta mezcla triturada, se le añaden los piñones y se rehogan en aceite (2 cucharadas) y se salpimenta. Dejar reposar y enfriar.

Las bolsas de los calamares limpias se rellenan con la mezcla anterior y se cierran con un mondadientes en la parte inferior de la bolsa.

En una cazuela de barro honda se añade el aceite y cuando este esté caliente se añade el resto de la cebolla cortada a gajos medianos, la hoja de laurel, los calamares rellenos, el vino y se espera a que éste empiece a evaporar (se nota al olfato) con un fuego alto y evitando que los ingredientes se puedan quemar. Después se añade el caldo y se deja hasta romper a ebullición, después a fuego lento y dandole vuelta a los calamares se deja cocer hasta que, con un tenedor y pinchando los clamares, los encontremos tiernos. Y servir con ala propia salsa.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Arroz meloso de sepia y verdura de invierno

Amigos, llegó el día y este fue el resultado:

  • 1 sepia limpia fresca
  • 1 Nabo

  • 1 Tomate maduro

  • 1 hoja de cardo (penca)

  • 2 Alcachofas grandes

  • 1 Litro de fumet de pescado

  • 1 cucharadita de pimenton dulce (o una ñora)

  • 1 hebra de azafrán

  • 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen

  • 2 tacitas (de cafe) con arroz bomba

  • 1 diente de ajo


Se pone una cazuela de barro o de hierro fundido el aceite, cuando esté caliente se pone el ajo, previamente se ha presionado, sin pelar. Cuando éste de sintomas de que se frie, reirarlo y añadir la sepia a cuadraditos y mantener a fuego medio hasta que la sepia esté frita. Añadir el pimenton (la ñora también pero no dejar que se sofría) y sofreir, para evitar que se queme echar el tomate triturado y dejar sofreir.



Añadimos el fumet de pescado (la cantidad depende del que dejemos evaporar durante la cocción). Mientras rompe a hervir, preparamos el nabo y el cardo a daditos pequeños para añadirlos a la cocción. También cortamos las alcachofas en pequeños trozos (solo el corazón) y añadimos cuando lleve 2 minutos hirviendo, bajamos fuego y que hierva unos 15-25 minutos.



Una vez rectifiquemos de sal y veamos que el nabo y cardo están cocidos añadimos las hebras de azafran y ponemos a fuego medio a cocer las 2 tazas de arroz (cuidado que depende de la cantidad de caldo, para 1 litro una tacita y media de arroz bomba, sino 2 de arroz normal) y dejar cocer unos 15 minutos a fuego medio alto.



Comprobar cuando el arroz esté casi en punto para apagr el fuego y dejarlo reposar unos 5 minutos y listo para servir.



Yo lo acompañé de un vino valenciano (La Font de la Figuera) llamado Sequiot que combina uvas cabernet sauvignon y tempranillo.



ACOJONANTE (perdón)

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Che ¡que arrocitos tu!





No lo puedo negar, soy un enamorado de los arroces, de todos (menos del arroz con leche). Secos, caldosos, melosos, ... una maravilla. El grano del arroz debe estar en su punto, aunque el arroz sea caldoso, si se pasa ya no es arroz es un empastre.


El otro día me recomendaron un restaurante de Valencia, situado en la calle Burriana del 'cap i casal', Ca Maset, que me sorprendió por su menu gastronómico. Nada más y nada menos que un arroz meloso con nabo y sepia, que hizo mis delicias.


Cuando era yo más joven, en mi familia siempre se ha tenido tradición de arroces, como el 'arroset del caldo de putxero', 'l'arròs de pollastre en cassola de fanc', 'l'arros amb bledes y naps' y otros tantos que las familias de trabajadores hacían para poder tener un plato caliente en la mesa y que hoy recuerdo como mi dieta ¡casi a diario!.

La paella de pollo y conejo que hacía mi abuelo en el paellero a leña de la terraza, que en ocasiones era de pato en vez de pollo, la paella de mi tía Mª Jesús en el chalet de Monte Horquera con caracoles e ingredientes naturales, bueno una delicia y sobre todo cuando eramos 15 en la mesa para deleitarnos de dicho manjar.


Los arroces de marisco con sepia y calamar de mi madre, o la 'perolà d'arros amb fesols i naps', del que me comí 4 platos y estuve 1 día sin poder moverme del sofá. Arroz al horno repleto de costillas de cerdo y embutido, con su cabeza de ajos en el centro, que con mi novia (ahora mi mujer) comíamos en El Perelló (Valencia).


Luego pasé una temporada, sobre todo tras casarme que introduje otras delicias gastronómicas diferentes al arroz (ya que no solo de arroz vive el hombre). También he probado arroces murcianos y calderetas de arroz de marisco ó con bogavante, paellas de verdura muy bien conseguidas e incluso arroces del interior de la península melosos y con carne de caza.

Total que como la cocina no solo me gusta en su degustación, sinó que me chifla seleccionar mis ingredientes y hacerlo yo mismo, este fin de semana (si nada lo impide) voy a cocinar un arroz meloso con sepia, alcachofas y habitas, se me está haciendo la boca agua solo de escribirlo, y es es que 'un bon valencià' no puede vivir sin un buen arroz en la mesa.


Ya os contaré como ha ido. Otro día hablaré de mis calamares rellenos, Nautilus, que mi amigo Andrés dice que son los mejores de toda valencia.

martes, 2 de diciembre de 2008

Gastronomia y buena vida (II)



La cosa no quedó ahí. Como dije nos alojamos en el Hotel Marriot La Sella de Dènia, y elegimos un circuito SPA que a mi personalmente me dejó 'pa l'arrastre'.

Pase una noche no demasiado buena (pese a cenar en una franquicia tipo asador argentino, paso fugazmente por nombrarla, pues la cena fue muuuy ligera), pero al día siguiente y tras el desayuno buffet (luego lo que sobra va a la cantina de los empleados) pasamos a dar un paseo con mi hijo por el campo de Golf fabuloso del Hotel.

Mi esposa hizo el circuito SPA y yo fui planificando donde íbamos a comer. Efectivamente mi pensamiento me llevó a recordar un encuentro gastronómico en la ciudad de Pego (Alicante) y me acordé que enfrente de la iglesia de susodicha población estaba un lugar donde comi un fabuloso arroz con costra.

Y ahí empezó nuestra ruta, buscando el lugar, fuimos de Dènia a Pego con el consiguiente problema de aparcamiento y cual nuestra sorpresa que estaba cerrado. ¿Y dónde comemos ahora?, me preguntaba.

Nos recomendaron el restarurante L'Om y pusimos pies en polvorosa al lugar, ya que se hacia tarde. Cuando llegamos nuestra sorpresa fue muy grata, ya que el lugar, el ambiente (super familiar) y la carta fueron de nuestro agrado.

Comimos con reyes, con unos entrantes típicos a base de 'figatells' (carne e higado de cerdo picados con especias), 'bull en ceba' (buche de atun encebollado), 'espencat ó esgarraet' ( a base de pimiento y berenjesa asada con aceite), ensaladita de hojas de roble con cebolla caramelizada al 'aceto balsámico' y como plato fuerte un 'arròs amb costra' (especie de arroz al horno con carne de cerdo, embutido, garbanzos, pasas y la corteza de huevo por encima del arroz), en dos palabras IM PRESIONANTE.

El vinito tampoco desmerecía, pedimos un Protos de D.O. Ribera del Duero, que sobre todo con el buche de atún (bull en ceba) me impactó el contraste de un vino de fino paladar con la textura del atún que queda bastante dulzón con la cebolla.

Como algún castizo puede pensar, demasiado vino para comida tan de pueblo, pues yo disfruté y del postre ni me acuerdo (ya que últimamente no llegó).

Total, fin de semana a cuerpo de rey, gasto de pasta importante, pero no demasiado y el 'dilluns a treballar fotut pero content' (el lunes a trabajar jodido pero contento).

lunes, 1 de diciembre de 2008

Gastronomía, vinos y buena vida


Hola a todos/as (queda menos cursi que tod@s).


Mi estreno en este blog va de lo que a toda persona le gustaría hacer, vivir bien y que no 'farte de na...'.


No se si lo conseguiré, pero me gustaría que este blog fuese una referencia a la rica gastronomía de nuestro país, así como sus caldos y costumbres, sin desmerecer, por que no, aquellos internacionales que merezcan mi atención.


Empezaremos por la ruta que hice la semana pasada (antes del frío) por la comarca de La Marina (Alicante), en pueblos tan conocidos como Dènia y Moraira (Teulada) y tan pintorescos como Poble Nou de Benitatxell y Pego.


La cosa estuvo ideada al más puro estilo de los valencianos 'pensat i fet' (pensado y hecho) y nos decidimos pasar un fin de semana a lo grande pero sin grandes fastos. Empezamos reservando una suite en el Hotel Marriot 'La Sella' de Dènia. Un resort rodeado de 2 tipos de paisaje, por un lado un fabuloso campo de Golf y por otro la espalda marítima del Montgó, un macizo que separa la costa mediterranea a la altura de Dènia del interior.


Pero ahí no empezó la cosa, el tema es que a las 10 de la mañana del sábado 22 de noviembre de 2008 hacía unradiante sol y una temperatura de 17º, la cosa prometía.


Iniciamos la ruta, partiendo de mi ciudad natal, Manises, hacia Cumbre del Sol, una peculiar urbanizacíon, situada a más de 250 mts. del nivel del mar, pero pegadito en la costa, término municipal de Poble Nou de Benitatxell (Alicante), al llegar comprobamos que no nos habíamos equivocado, 22º C y un sol radiante que invitaban a ponerse la manga corta.


Por supuesto visitamos el restaurante de mi amigo Eloy Martínez, Restaurante 'La Cumbre', con unas vistas preciosas y nos sentamos en una mesa al lado del ventanal que mira al Norte, con una vista espectacular de Ibiza con un fondo marítimo envidiable y espléndido Sol.


Decidimos comernos un plato típico marinero como es la 'Fideuà', hicimos un entrante a base de fritura de pescado, chopitos y calamares, y después este plato tan típico del medietrráneo, basado en una paella de marisco, pero sustituyendo el arroz por un fideo grueso y con el mismo sabor del mediterràneo que sus arroces.


Eloy me sorprendió con un vino joven de bodegas de Utiel (Capellana), con un color rojo cereza, lleno de matices y sabores, suave y redondeado, monovarietal de tempranillo, que me acompañó la comida sin efectuar un gran desembolso.


El postre fue obviado debido a que me cebé demasiado con la 'paellita de fideos', sobre todo con el famoso 'socarraet', que no se si me gusta más el de fideos o el de arrocito, pero que me tuvo bastante ocupadito.


Para rebajar la comilona, tuve que tomar un vasito de Moscatel de Teulada, que alivió bastante el trabajo disgestivo de mi cuerpo, haciendo que la tarde fuera más llevadera.


Como la tarde era bonita, decidimos pasarla en Moraira, paseo y respirar Mediterràneo que es lo que mas me gusta.
Os contaré la jornada gastronómica del dia siguiente en Pego, en otro de mis comentarios...