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domingo, 17 de diciembre de 2017

Tres de cada cuatro turistas españoles realiza viajes para disfrutar de la gastronomía

El turismo gastronómico no sólo es capaz de atraer a turistas de calidad, con una mayor disposición al gasto y más respetuosos con la cultura local, sino que también se ha convertido en un importante factor de competitividad de los destinos turísticos, desempeñando un papel decisivo en su imagen y posicionamiento. Así lo revela el II Estudio de la Demanda de Turismo Gastronómico elaborado por la consultora especializada DINAMIZA con la colaboración de la Dirección General de Turismo de la Comunidad de Madrid y el grupo González Byass.

Se trata del único estudio actualizado que analiza la influencia de la gastronomía en los viajes de la demanda turística nacional, estudio que nos descubre cuestiones importantes relacionadas con las motivaciones y el comportamiento gastronómico de los visitantes de un destino. Además, el estudio identifica y caracteriza distintos perfiles de turista gastronómico, ofreciendo datos de gran utilidad para trabajar en el desarrollo de estrategias y productos turísticos en torno a los recursos gastronómicos, que cobran cada vez más importancia en la toma de decisiones del viajero.

Los objetivos principales de este estudio, -en el que también han colaborado la Dirección General de Turismo de Extremadura, el Clúster de Turismo de Galicia, Basquetour - Agencia Vasca de Turismo, el Consorcio Patronato de Turismo de León y la Asociación Española de Enoturismo y Turismo Gastronómico, han sido conocer las características de la demanda de turismo gastronómico en España y definir la imagen y el posicionamiento de los diferentes destinos gastronómicos nacionales.

Según revela el informe, un 76,2% de los españoles ha realizado algún viaje o escapada con la intención de disfrutar de la gastronomía en los últimos dos años. El 62,4% de estos turistas afirma que la gastronomía influye en gran medida en la elección del destino, pero no es el único motivo por el que suele viajar ya que normalmente combinan este tipo de viajes con otras actividades, entre las que destacan las de componente cultural: el 77,5% combina sus viajes y escapadas gastronómicas con visitas a pueblos y ciudades, y el 68,6% con visitas a recursos culturales. A pesar de que la mayoría de los españoles prefieren combinar diferentes experiencias durante sus viajes, existe un segmento de la demanda al que podríamos denominar turista gastronómico “puro”, ya que la gastronomía se convierte en el motivo principal de sus desplazamientos y llega a condicionar el destino que visita. Dicho segmento representa hoy en día en torno al 28,7% de la demanda total.


Excursionismo gastronómico

El estudio también confirma una de las cuestiones que ya se intuían entre los profesionales del sector, y es la importancia del excursionismo dentro de la demanda de turismo gastronómico. El 42,6% de los desplazamientos que se realizan a destinos nacionales cercanos (menos de 200 km) con la intención de disfrutar de la gastronomía son viajes en el día sin pernoctación en el destino, en los que el visitante se desplaza para disfrutar de una comida en un restaurante, ir de tapas o visitar una bodega. También es importante el porcentaje de personas que realizan escapadas de uno o dos días (46,5%) a destinos nacionales cercanos, poniendo de manifiesto el carácter escapista del turismo gastronómico.

Los viajes a destinos cercanos son también los que se realizan con mayor frecuencia: un 38,5% los realiza de forma mensual y un 37,25% lo hace una vez por temporada o estación, mientras que un 10,7% afirma realizar este tipo de escapadas gastronómicas semanalmente. Los desplazamientos más largos (nacionales larga distancia e internacionales) se suelen realizar una vez al año, excepto los viajes a destinos nacionales de media distancia, que son visitados por los viajeros gastronómicos al menos una vez por temporada.

Los perfiles de turista gastronómico

El estudio ha identificado y caracterizado ocho perfiles de turista gastronómico en función de sus hábitos y preferencias. En todos los perfiles, la oferta gastronómica ejerce una influencia importante a la hora de planificar el viaje, pero existen también diferencias que determinan la elección de un determinado destino, dónde prefieren alojarse, en qué tipo de establecimientos les gusta comer o qué actividades gastronómicas buscan para complementar su viaje.

Dentro de la demanda de turismo gastronómico en España encontramos perfiles con un alto grado de influencia de la gastronomía en sus viajes, como pueden ser el turista gourmet (también conocido como comidista, experto en gastronomía y vinos) o el foodie (aficionado a la gastronomía en todas sus vertientes), personas para las que la gastronomía juega un papel fundamental llegando incluso a condicionar el destino que visitan. También encontramos otros perfiles con intereses específicos, como el turista responsable -quiere conocer el proceso de elaboración de los productos y le preocupa el impacto que pueda provocar en el territorio que visita-, el turista cocinilla -siempre en busca de nuevos productos y elaboraciones, le encanta cocinar y aprender nuevas técnicas culinarias-, el winelover -también conocido como entusiasta del vino-, al que le gusta conocer el origen y acercarse a las zonas productoras, o el gourmand (el tragaldabas de toda la vida), aquel que disfruta comiendo y entiende la gastronomía como un elemento de ocio y disfrute.

Otros perfiles de turista para los que la gastronomía juega un papel fundamental durante sus viajes a pesar de no ser perfiles exclusivamente gastronómicos son el turista sibarita -persona que lleva un estilo de vida exclusivo y refinado en el que la gastronomía ocupa un lugar clave como elemento de distinción-, y el cosmopolita -urbanita, que concibe la gastronomía como un elemento indispensable del patrimonio cultural del destino que visitan-.

 

Sobre el gasto y hábitos de consumo

Los turistas gastronómicos suelen elegir en su mayoría restaurantes tradicionales (88,9%) en los que pueden degustar platos tradicionales, productos típicos y vinos locales. En menor medida, aunque en un porcentaje muy importante (52,2%), se deciden por los gastrobares, establecimientos en los que el turista puede disfrutar de alta cocina en pequeños formatos.

En cuanto al gasto, el turista gastronómico está dispuesto a gastar por persona 51,85€ en un menú degustación, 40,79€ en una comida a la carta y 22,21€ en ir de tapas. En otros conceptos, como la compra de productos locales y vinos, la disposición al gasto alcanza los 41,28€, mientras que en la visita de industrias alimentarias la cantidad varía desde los 16,99€ en visitar bodegas, hasta los 10,22€ en otro tipo de industrias.

En general, suelen realizar una mayor variedad de actividades relacionadas con la gastronomía que el resto de los turistas, lo que propicia un mayor gasto en el destino. Sus actividades gastronómicas favoritas son comer en restaurantes (82,8%) e ir de tapas (69,3%). El sector de la restauración y la hostelería se convierte, por tanto, en el escaparate gastronómico del territorio, por ser éste el principal espacio en el que entran en contacto el visitante y el patrimonio gastronómico de un lugar. Los turistas gastronómicos también aprovechan estos viajes para comprar productos locales (62,9%), visitar mercados gastronómicos (59,0%) y realizar actividades enoturísticas, tales como visitar bodegas (49,1%) y comprar vinos (41,5%).


Los destinos gastronómicos preferidos

Entre los destinos gastronómicos favoritos de los españoles aparecen regiones o ciudades que ya han apostado por la gastronomía como línea estratégica clave dentro de su modelo turístico y por la creación de productos turísticos basados en la autenticidad de su patrimonio gastronómico. A nivel autonómico aparecen, por este orden, Andalucía, Galicia, País Vasco y Asturias como las comunidades autónomas preferidas por los españoles a la hora de realizar viajes o escapadas gastronómicas. En relación a las ciudades y municipios favoritos del turista gastronómico, destacan San Sebastián, Madrid, Barcelona, Bilbao y Logroño, conformando el ranking de los 5 destinos gastronómicos preferentes, aunque también cabe mencionar el alto número de menciones que han recibido algunos municipios o comarcas como Gijón, O Grove, o El Bierzo, que más allá de las grandes capitales de provincia, se están convirtiendo en auténticas mecas de la gastronomía. El listado completo de destinos gastronómicos se puede encontrar en el informe global del estudio.


Fuentes de información

Otro dato importante que ofrece el se refiere a las fuentes de información a las que recurre el gastro-turista o turista gastronómico a la hora de planificar un viaje. En este sentido, los canales preferidos para consultar información acerca de la oferta gastronómica del destino son las webs de opiniones, las páginas webs oficiales de los propios destinos y las recomendaciones de amigos y familiares. A pesar de la importancia creciente de los denominados influencers -chefs, cocineros, bloggers y personajes populares-, se confirma la importancia de las recomendaciones del entorno más próximo -familiares y amigos-, a la hora de recabar información para explorar nuevos destinos gastronómicos.

El estudio pone también de manifiesto que, a la hora de elegir el destino de sus viajes o escapadas gastronómicas, la mayor parte de los turistas gastronómicos tiene en cuenta la existencia en el destino de una gastronomía con identidad propia (48,4%) y valora el producto local y la autenticidad del territorio. En este sentido, cabe señalar que existe en España un importante margen de mejora en los destinos turísticos que sean capaces de crear y ofrecer al turista un relato auténtico basado en sus recursos gastronómicos o en su territorio.


domingo, 27 de noviembre de 2016

Visita a la bodega Ladrón de Lunas

Ladrón de Lunas es una bodega nacida en la comarca de Utiel-Requena cuya trayectoria ha ido en 'crescendo' en los últimos años gracias al tirón exportador de sus vinos en mercados tan distintos como el europeo y el asiático.

Sus propietarios apuestan por elaborar vinos y cavas de calidad con la materia prima de la comarca en la que cultivan y hacen sus vinos, la uva bobal, variedad especialmente indicada para vinos jóvenes y rosados de alta calidad, pero que bien trabajada y con viñedo viejo seleccionado también es capaz de dar vinos envejecidos con extraordinario bouquet.


Recientemente esta bodega ha cosechado extraordinarios premios en diferentes concursos nacionales e internacionales, tanto por sus vinos Ladrón de Lunas como por sus cavas de la gama Bisila. El plantel de vinos es especialmente cuidado, así tenemos vinos tintos jóvenes como Bisila, Ladrón de Lunas bobal&bobal, Noches de Abril, Canon o Masía Aldamar, blancos como el Bisila Macabeo, Ladrón de Lunas Sauvignon Blanc y el Verdejo (único en la Comunidad Valenciana) Obejita Verde, un vino divertido y fácil de beber.


En cuanto a los vinos de guarda los tintos anteriores tiene su versión crianza, ofreciendo unos vinos elegantes que conjugan la fruta con un aporte de madera muy sutil. La gama premium o de autor de Ladrón de Lunas tiene como principal buque insignia la uva bobal de cepas centenarias, así Exclusive 100% Bobal es el máximo exponente de un vino maduro, elegante y con un excelente bouquet, también le acompañan Ladrón de Lunas Autor (Cabernet y Bobal) y Eclipse (Tempranillo y Bobal) como vinos exclusivos. Últimamente se ha añadido un vino de la DOC Rioja, Jose Luis Crianza Tempranillo 100%, fruto de la colaboración entre bodegas exportadoras y que pretende llegar a los mercados más tradicionales.


Desde finales del verano la sede social de la bodega, así como su sala de crianza y almacén de producto terminado se encuentra en una bonita finca, Masía Aldamar, un espacio rodeado de un bonito jardín y a pocos kilómetros de la ciudad de Valencia, en el que la arquitectura valenciana del siglo XVIII da cobijo a la bodega Ladrón de Lunas.

La casa dispone de las estancias originales, un pequeño hotel rural compuesto por 3 habitaciones estándar con baño, dos más con baño compartido y una suite de casi 50 m2., salón para eventos, salón de banquetes, zona de esparcimiento ajardinada, relax bar, antigua almazara, bodega antigua y un patio interior con acceso a la sala de crianza de la bodega moderna.



Con distintas actividades para el enoturismo, Ladrón de Lunas ofrece a los visitantes adentrarse en el mundo rural de los útimos dos siglos, encontrar un lugar de esparcimiento, realizar todo tipo de eventos y por supuesto catar los vinos elaborados en diferentes catas que se van celebrando para los grupos interesados. Todo ello puede ir acompañado de un catering especial del Grupo El Alto propietario del inmueble y especialistas en organización de todo tipo de eventos para grupos.

Más información en enoturismo@ladrondelunas.es o en el telefono 629 87 60 82.

miércoles, 12 de octubre de 2016

De visita por la Rioja Alavesa

Hacía casi 10 años que no visitaba los dominios de la D.O.C. La Rioja, que no me perdía en un mar de viñedos, que no visitaba sus pueblos y ciudades, que no recordaba paisajes que, entre viñedos dejaban asomar construcciones donde se elaboran y se cuidan vinos de reconocido prestigio mundial, lugares donde disfrutar de esos vinos y de esa gastronomía tan interior y con productos de  la tierra, gentes amables y acogedoras...



Y que mejor ocasión que presentarme en plena vendimia, donde pasear por el entorno de las bodegas conlleva embriagarse de los aromas de la fermentación, cruzarse con los remolques llenos de uva, vendimiadoras, cuadrillas, bodegas abiertas casi 24 horas, vamos una efervescencia típica de los momentos dónde empieza a hacerse el vino.

Dicen que la añada será excepcional, buenos frutos y espléndidas viñas he visto por el camino, sobre todo en la zona que he visitado, la llamada Rioja Alavesa, si se llama así, geográficamente es territorio alavés, perteneciente a la comunidad autónoma del País Vasco, además tiene características físicas muy diferentes de  las zonas de Rioja Alta y Rioja Baja, cambian suelos, escenarios, incluso personas, pero el espíritu del vino permanece presente en todas.



El río Ebro hace de frontera natural entre la comunidad de La Rioja y del País Vasco, al norte entre la Sierra de Cantabria y el mismo río Ebro, una franja de unos 40 km de largo por unos 8 km de ancho, los suelos son mayoritariamente calcáreos, territorio que mira hacia el sur, con un clima entre mediterráneo y atlántico, protegido por la sierra de Cantábria, que impide que la humedad del Cantábrico produzca enfermedades en el viñedo, los suelos pobres y calizos hacen que las viñas hundan sus raíces profundamente buscando alimento con lo que sus rendimientos son menores a los de otras zonas próximas, dando lugar a frutos de calidad.



Las técnicas aplicadas por el hombre en la mejora continua de los vinos que se elaboran hacen que, los vinos de la Rioja Alavesa sean diferentes a los de otras zonas, de hecho son vinos, que contienen mayor frutosidad, que no precisan de un envejecimiento tan prolongado como sus vecinos de la Rioja Alta, aunque también son aptos para Grandes Reservas. De hecho en la Rioja Alavesa se encuentra dentro de la Denominación de Origen Calificada Rioja, y por tanto sus elaboraciones cumplen lo que en sus estatutos se contempla respecto a la clasificación de sus vinos.

Visitar pueblos como Elciego, Laguardia, Lapuebla de Labarca, Labastida, Leza, Moreda, Oyón... son una experiencia para el viajero inexpresable, las construcciones siempre dominadas por campanarios, su atracción paisajística cambiante a lo largo de las estaciones, los colores de la viña, el ir y venir de los tractores con uva en vendimia, los aromas en los diferentes procesos de elaboración del vino, sus emblemáticas e incluso artísticas bodegas y la oferta gastronómica y de enoturismo, hacen que merezca la pena disfrutar de los sentidos y dejarte llevar por una visita a esta tierra.


martes, 27 de enero de 2015

Visita a vinos Carramimbre

Aunque Carramimbre sea la marca más conocida, las Bodegas Pingón en el corazón de la DO Ribera del Duero son un referente dentro de los vinos de calidad de esta región. Pude visitar esta bodega gracias a unos amigos de Valladolid, que también tienen otras bodegas en otras zonas, y que me animaron a comprobar en persona elproyecto de esta pequeña bodega pero con mucha proyección.


 Peñafiel viniendo desde Valladolid, y a mano izquierda se encuentra la bodega. Un cartel en la carretera nos indica el acceso, pero es peligroso entrar directo, así que seguí hacia el cambio de sentido más próximo para entrar por el lado derecho de la carretera.

Justo antes de llegar a

La bodega es pequeña, construida aprovechando un desnivel del terreno. El edificio es de nueva construcción y emula a una pequeña ermita, al entrar por la puerta se encuentra un pequeño mostrador y un recibidor, con una puerta que da paso a una sala con una gran mesa donde hice la cata de uno de sus vinos.


Nos recibió el comercial de exportación y nos enseñó la bodega, una bodega pequeña, limpia con capacidad para unos 700.000 kg de uva, con una sala de barricas, pequeña pero bien aprovechada que se encuentra en la zona más baja de la bodega. La zona de depósitos, todos ellos de acero inoxidable, excepto uno de ellos de roble de gran capacidad, es ideal para la higiene y el control de las maceraciones y fermentaciones. Luego la embotelladora y almacen conforman la bodega en sí.


Producen la gama Carramimbre, en roble, crianza y reserva, así como un blanco verdejo perteneciente a la DO Rueda que les suministra otra bodega de Santiuste. El vino de más alta gama es el Altamimbre. Las ventas nacionales de vino de la bodega son de 80%, por lo que es de gran aceptación en España.


Al final degusté el Carramimbre roble 2013, siendo un vino muy fresco, con mucho color, lleno de matices frutales y con la elegancia del roble. En casa he catado el Carramimbre blanco Verdejo 2014 y me ha parecido un excepcional vino de estas características, afrutado, final ligeramente amargo y muy fresco.

Espero poder seguir catando estos vinos y disfrutar del potencial de estos en posteriores meses, ya que me traje unas botellas que iré catando y contando su evolución.

sábado, 24 de enero de 2015

Visita a bodegas Protos


Había programado una visita para Valladolid para este último fin de semana de enero, sin tener muy claro que posibles bodegas podría visitar, ya que un amigo de la tierra nos había preparado una visita a una bodega de Rueda y una comida con el tradicional lechazo churro de la zona.


Pues mi sorpresa es que me fui a comer el lechazo en Peñafiel, quizá la ciudad más conocida de la DO Ribera del Duero, con bodegas cercanas como la mítica Vega Sicilia, a un paso de Pesquera, Sardón del Duero, ... y sobre todo la bodega Protos, una de las marcas más conocidas de vino tinto en toda la geografía española.


Abusando de la confianza de un amigo, el cual se trasladó a vivir a tierras vallisoletanas hace un año, le dije que me gustaría visitar esta bodega de Peñafiel, y muy gustosamente me facilitó participar en una de las visitas guiadas, con lo que por fin pude visitar Protos, que me quedó en el tintero en 2010 por aforo completo.


Es imponente ver la bodega nueva, del arquitecto Richard Rogers, pero la vieja bodega a los pies del precioso castillo de Peñafiel aún es mucho más atractiva, sobre todo visitar los casi 2 km de túneles bajo el castillo y conectados a la nueva bodega.
La recepción en la visita fue en el edificio que se encuentra en la ladera del castillo, allí en un audiovisual me reuní con el grupo que visitábamos la bodega y se da una breve explicación de la bodega, de su historia y lo que vamos a visitar. Tras esta breve introducción empieza la visita por las galerías, repletas de barricas de 225 litros de robles francés y amreicano, que conforman la bodega antigua, donde se elaboran crianzas, reservas y vinos de autor.


Los túneles están excavados en las laderas arcillosas y están reforzados con arcos de ladrillo, los techos y paredes con hormigón proyectado, y los suelos bien hormigonados con pintura epoxi, para tener la mejor limpieza posible en las galerías. Hay zarceras, que son las chimeneas o respiraderos que se ven en la montaña desde el exterior, con el fin de mantener aireados los túneles.


Las pilas de barricas, máxima altura de tres unidades, van formando hileras a través de los túneles, los cuales están interconectados, permitiendo un laberinto de galerías, con tuberías para poder llenar y vaciar toneles, y con un total aproximadamente de 4.000 barricas, donde se manejan casi una a una manualmente, debido a la estrechez de las galerías.

Por un tunel se accede a la nueva bodega, un diseño arquitectónico muy espectacular del arquitecto británico que diseñó la terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, la cual está bajo tierra unos tres niveles sobre el suelo de la calle y que alberga casi 4.000 barricas más, así como botellero, sala de crianzas  y elaboración, recepción de uva, sala de eventos y catas, oficinas y tienda.

Respecto a los vinos, comentar que aquí sólo se elaboran tintos de la variedad Tempranillo o Tinta Fina, casi todo el vino calificado como DO Ribera del Duero, embotellado y cuya producción se distribuye en España hasta un 80%. En Anguix (Burgos) la empresa Protos (nombre proveniente del griego como primero) existe otra nave de producción, para vinos jóvenes y con capacidad para 1,5 millones de litros, ademas de contar en La Seca (Valladolid) una planta para blancos bajo la DO Rueda.


Protos fue la primera bodega en llevar el nombre de Ribera del Duero, cediéndole esta denominación al consejo regulador cuando este se fundó a principios de los 80 del siglo pasado y la marca Protos fue la que ahora conocemos como uno de los vinos insignia de la DO Ribera del Duero y ahora también en los blancos de la DO Rueda.


Pudimos catar dos vinos, un blanco DO Rueda, verdejo 100%, un vino muy brillante, con los aromas típicos de esta variedad, joven, fresco, afrutado, con final ligeramente amargo en boca, el cual aprovecha la marca para poderlo encontrar facilmente en muchos lineales españoles.

El tinto catamos un crianza de 2010, un potente vino Tempranillo 100%, con capa alta, glicérico que tenía una buena complejidad olfativa, combinando aromas propios de las barricas, como vainillas, cuero, cacao con frutos rojos maduros como ciruelas y grosellas. En boca entra bastante suave, pero tiene un final algo secante y un postgusto largo, un vino que se ha agotado y que ya no pudimos adquirir, teniendo que llevarnos un 2011, que probaremos en un futuro para conocer su evolución.


La visita terminó y pase una tarde muy instructiva, conociendo uno de los precursores de esta denominación de origen que más éxito tiene entre los consumidores españoles de vinos y que casi todo cualquier aficionado conoce, manteniendo siempre una calidad y unos vinos bastante constantes.

lunes, 17 de marzo de 2014

Visitando trenes históricos

Siempre que iniciamos una escapada en o turística, nunca pasamos por alto visitas, culturales relacionadas con la zona, así es que aprovechando que estábamos visitando la comarca de la Tierra Alta para conocer sus vinos, bajamos hacia Móra la Nova (Tarragona) y visitamos el Centro de intepretación del Ferrocarril.


Situado junto a la actual estación de trenes de RENFE, y en un edificio restaurado denominado L'enclavament, se encuentra la APPFI ( Asociación para la Preservación del Patrimonio Ferroviario Industrial ) que gestiona este centro y punto de partida para esta interesante visita.

Allí conocimos a Jordi, nuestro guía y además presidente de la asociación que nos contó la historia del proyecto. Empezamos visitando L'enclavament, edificio de control de la estación de Móra la Nova, de importancia por ser la primera línea ferroviaria que unió Barcelona con Madrid a finales del siglo XIX y que aún hoy es estación de paso en esta línea y hacia el norte de España desde Cataluña.


Conocer la historia de esta estación a través de su centro de interpretación se hizo bastante ameno gracias a su didáctica exposición y a las explicaciones de Jordi. Las diferentes tecnologías de control de la estación, manual en sus inicios y electromecánica posteriormente fueron la temática inicial de la visita.


Tras conocer como se controlaban los trenes y la historia de la estación, fuimos a visitar el puente giratorio que se ha restaurado en la estación y que tendrá futuros usos tras la liberalizacion de los operadores ferroviarios aprobada por la UE.

Pero si algo nos encanto de la visita, fue ir a los talleres que la APPFI ha construido para preservar y reparar el patrimonio ferroviario que han recuperado, unidades que RENFE ha dejado fuera de servicio o que estaban en museos prácticamente desahuciados debido a su mal estado y la corrosión.



La locomotora llamada "la bonita" era la mas espectácular de las que almacenan, pero otras como la diesel de mercancías modelo  308 o una 141F-2316 de 1957 también son dignas de ver, así como viejos automotores diesel y vagones antiguos en proceso de restauración.



Una agradable visita que recomiendo a los amantes de la historia del ferrocarril en nuestro país o simplemente una visita curiosa que seguro que a nuestros pequeños no les deja indiferentes.

sábado, 31 de julio de 2010

Chozas Carrascal, vinos de pago a la vanguardia

Por fin llegó el día que pude concertar una visita a Chozas Carrascal, después de que las agendas coincidieran, ha valido la pena visitar este lugar tan bonito y vanguardista como es el que nos ha mostrado nuestro anfitrión, Julián López.


Hoy hemos sentido una sensación de profunda simbiosis entre la tradición, la cultura, la modernidad, unos excelentes vinos y una persona enamorada de su trabajo, que nos ha proporcionado una parada en nuestro reloj del día a día para sentirnos realmente a gusto con nosotros mismos.

La bodega está enclavada en un mar de viñas en San Antonio, una pedanía de Requena, en un valle por donde circulará muy próximo el AVE que unirá Valencia con Madrid, pero quedando lejos de las 40 ha. de viñedo que rodean a la casa, el tipo 'chateau' que conforma la finca tiene una espectacular ubicación y permite que las distancias entre las viñas y la bodegas sean recorridas entre 5 y 10 minutos, siendo importante en los procesos de vendimia para que la uva no sufra ningúna rotura antes de entrar en bodega.


La visita ha empezado por visitar los alrededores de la casa, nos ha acompañado Alex, un summiller de Barcelona que estaba de visita y que se ha sorprendido tanto como nosotros, mientras lo esperábamos en el fresco porche de la casa, he contemplado el precioso jardín mediterráneo y el jardín de variedades de cepas que están en el exterior, que son una muestra de las innovadoras variedades plantadas en esta zona que producen los vinos de la bodega. La piscina tenía un aspecto que nos invitaba al chapuzón, pero empezábamos la visita y aún no sentíamos el calor de la mañana.


Al entrar en la casa hemos encontrado el buen gusto y la adecuada decoración que tiene en el recibidor y el gran salón comedor, con una mesa de dimensiones espectaculares así como su grosor y que está hecha del mismo tronco de una sola pieza. De allí hemos pasado a visitar el resto de la bodega, pasando por lo que luego nos deleitará como sala de catas.


El resto de la bodega está construida con bloques de hormigón proyectado, barnizadas sus paredes, con lo  que le confiere un aspecto realmente acogedor y no denota la sobriedad que este material nos puede transmitir. Hemos visitado el almacén de productos elaborados y crianza en botella, para después pasar a la sala de fermentación y elaboraciones.

En esta sala me ha llamado la atención  la presencia de depósitos de hormigón, que en su interior no había ningún tipo de recubrimiento, que es donde fermentan las variedades por separado, aparte de los depositos de acero inoxidable, y que según nos comentó Julián se produce una microoxigenación a través de los poros del hormigón, y que con placas refrigeradas consiguen controlar la temperatura de fermentación. Muy curioso verlo en esta bodega tan moderna. Hemos visto el exterior de esta sala con la prensa y la desgranadora, que utilizan en vez de la despalilladora para que el grano de la uva no sufra ningún daño antes de llegar a los depósitos.


También hemos visto las dos líneas de embotellado, para vino y cava, para posteriormente pasar a la sala de crianza de cava, observando sus botellas en reposo horizontal y las máquinas para voltearlas, así como algunas jaulas con botellas. De ahí hemos pasado a la sala de crianza de vinos, con unas 200 barricas de 225 lts., todas de roble francés, por donde pasan los vinos que la bodega comercializa madurados o envejecidos en madera. También hemos visitado algunos antiguos depósitos que la casa tenía antaño y que sirven como guarda de los vinos que la bodega elabora para estudiar su evolución.


La visita nos ha devuelto a la sala de cata y la exposición de vinos donde Julián nos ha sorprendido empezando a catar un magnífico cava, de Chardonnay y Macabeo, que con discreto aroma en nariz a frutas tropicales, en boca nos ha parecido suntuoso y con volumen, un cava para comer incluso carnes no muy elaboradas.


El vino blanco Las Tres ha sido el siguiente, elaborado con Chardonnay, Sauvignon Blanc y Macabeo y con dos variedades fermentadas en barrica, en principio se ha servido bastante frío, supongo que a unos 6º, aproximadamente, en la que se notaba como un almibar de melocotón, graso y suntuoso, a la vez que sutil y fresco en boca y que ha cambiado después, en la copa, tras haber variado su temperatura mientras intercambiábamos impresiones sobre él. El cambio ha potenciado sus aromas y sabor con más estructura en boca y tornándose más aromático para recordar a cítricos y flores blancas, con un ligero postgusto a vainilla.


El Cabernet Franc, es el tinto monovarietal de la bodega, que más sensaciones nos ha evocado. Un vino muy mineral, poderoso, con una explosión frutal en nariz y muy balsámico, un vino diferente de una variedad poco conocida en estas latitudes, que le confieren un verdadero placer para los sentidos y que es muy recomendable para quedar bien con tus invitados, un elegante vino que no desagradará a los paladares más entendidos.


Por último hemos catado un vino dulce Moscatel de grano menudo, que se elabora en Francia, donde la familia también tiene una bodega, y que también es un alegre y agradable elixir que recuerda a cítricos como mandarinas recién mondadas.

La bodega elabora otros vinos com Las dos Ces, en blanco y tinto, vinos con una buena relación calidad precio, el rosado Las Cuatro con unas características muy especiales y el tinto Las Ocho, un vino complejo de elaborar y difícil de definir con el 'coupage' de ocho variedades pero que invita a beber por su redondos y pulidos taninos.


En fin una agradable mañana de sábado en pleno verano donde hemos disfrutado y aprendido que en Utiel-Requena se hacen buenos vinos, que pueden ser innovadores y a la vez tradicionales, que el trabajo y esfuerzo se convierte en una recompensa para los sentidos y que nos hemos sentido como en casa gracias a la atención y proximidad que Julián nos ha transmitido durante su compañía en la bodega.

sábado, 15 de mayo de 2010

Visita a Bodegas Torre Oria

En el término municipal de Requena, justo en la pedanía de El Derramador encontramos un precioso edificio que se caracteriza por su torre con cúpula y una balconada que la rodea como minarete para el control de los alrededores. El edificio data de finales del siglo XIX y fue encargado por una familia proveniente del norte de España, que tenía negocios en la floreciente industria de la Seda en Requena en siglos anteriores y hasta finales del XIX. La bodega palacio de la Familia Oria fue vendida en los años 50 del siglo XX a cinco familias de Requena que fundaron una cooperativa que al final denominaron Torre Oria en honor a sus antiguos propietarios. Hoy en día pertenece a el grupo Natra, multinacional relacionada con la industria del cacao.

En la visita de hoy hemos entrado en la casa que se conserva en el mismo estado en que quedó cuando la compraron estas familias, hemos visitado las estancias y de allí hemos pasado a ver la antigua bodega, en la que hoy se muestran los antiguos pupitres para el cava y los trullos o lagares donde se fermentaba y almacenaba el vino.

El paseo por los subterráneos, que son los mismos trullos pero comunicados, se utilizan para reposar los cavas, que en Requena a finales de los 80 se empezaron a elaborar oficialmente dentro de la DO cava, aunque en años anteriores ya se elaboraban con buenos resultados. Los cavas más emblemáticos de esta bodega reposan durante 4 años y se preparan en los pupitres de forma manual, el cava Centenario (100) de Torre Oria se elabora de esta manera.

El resto de producción de cava reposa en la nave de porte moderno que comunica con la antigua, y donde hemos visto hasta 3,5 millones de botellas de cava en sus diferentes variedades, así como las máquinas que sustituyen de forma mecánica a los antiguos pupitres y que van volteando las botellas en jaulas metálicas con muchas botellas a la vez.

En cuanto a los vinos, producen bastante cantidad y marcas comerciales y su sala de crianzas contienen unas 3500 barricas bordelesas de 225 litros, con lo que pueden producir más de 1 millon de botellas de tintos con madera, además de los jovenes, rosados y blancos, se producen más vino que cava, aunque por ser la primera que empezó en Requena se le conozca más por lo segundo.

El resto de la bodega comunica con las casas que usaban los empleados de la época que hoy en día se destinan a sala de catas y tienda. Hoy hemos catado el cava Centenario, un cava Brut Nature, con 44 meses en botella, de color amarillo dorado, seco y con burbuja fina, muy afrutado y suave al paladar.

Hemos probado también los jóvenes blanco de Macabeo y rosado de Bobal, el primero con unos aromas a plátano y piña, de color amarillo pajizo y muy fresco y afrutado. El bobal rosado era delicioso, de color rosado con tonos violáceos y aromas a fresas y frambuesas, es muy aromático y fresco. Estos vinos se comercializan bajo la marca Marqués de Requena.

El tinto Nú, pertenece a la DO Valencia y es un varietal de Syrah, muy carnoso, oscuro y con aromas a tostado y cuero viejo, con una crianza de 9 meses. La bodega elabora para la DO Utiel-Requena más vinos de crianza, reserva y gran reserva con las marcas Marques de Requena y Torre Oria, que no hemos podido probar por falta de tiempo, pero nos ha gustado muchísimo la atención de Irene y sus explicaciones, que nos han ayudado a conocer esta bodega tan emblemática de la zona.

sábado, 10 de abril de 2010

Bodega Heretat de Cesilia

Hacia el sur de la Comunitat Valenciana, en la provincia de Alicante, se encuentra la ciudad de Novelda, famosa por su industria del mármol y de las especias y condimentos de la marca Carmencita. Allí hemos encontrado la Bodega Heretat de Cesilia, una bodega moderna, pero encantadora construida en torno a la casa del  Marques de la Romana hacia principios del siglo XVIII.

El acceso a la bodega es fácil desde la A-31 en dirección Alicante o Madrid, siempre buscando la estación del ferrocarril y por un camino se accede a la finca. La finca disponde de 30 Ha de viñedo para elaborar vino, con variedades como Monastrell, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Chardonnay, Macabeo y Albariño entre otras. El resto de la finca produce uva de mesa, esa que en España solemos consumir cada 31 de diciembre al son de las 12 campanadas.

Al llegar encontramos unas grandes puertas, rodeadas por grandes cadenas que nos llevan hacia un edificio de corte moderno, donde está la recepción, sala de catas y tienda de sus productos. Una vez reunidos en dicho punto de encuentro empieza la visita al recinto. En este caso nos han acompañado Nuria y Patricia que nos han llevado por toda la bodega, haciéndonos una explicación breve y concisa con los detalles más importantes y habituales del funcionamiento de la misma.

Hemos visitado la casa de 1707 de los marqueses de la época, con los áperos ,y la restauración de la misma (deciros que los actuales dueños, de origen gallego, viven allí), pasando a ver un pequeño jardín con dos preciosas joyas, un tractor de principios del siglo XX y un ancla marina de algún barco de la época traída hasta allí desde el norte de España.

La elaboración del vino comienza, tras la vendimia, con una selección manual de los mejores granos. El tipo de agricultura que practican es de origen ecológico, sin utilizar pesticidas ni plaguicidas, con lo que se intenta crear un habitat paralelo a la viña para los insectos y usando trampas biológicas para evitar que estos dañen el fruto o la planta.

La selección del fruto pasa con un suave estrujado a depósitos de acero inoxidable en el interior del edificio, estos son de forma tronco-cónica, y hacen maceración en frío previa ala fermentación. Durante el proceso de fermentación y por el paso superior que hay entre los depósitos (15.000 lts. cada uno) es posible realizar 'bazuqueos' manuales y remontados para conseguir extraer los máximos aromas y color al vino tinto. Los blancos y el rosado (mejor rosado elegido en 2008) se prensan para conseguir el mosto con sus colores originales de la propia variedad, desechando la piel de la misma.

Una verz fermentada se almacena en estos depósitos y las mejores de la selección de uvas fermentadas se envejecen en barricas de roble francés, americano y de europa del este, cada variedad por separado, para después efectuar el 'coupage' y ser embotellado para su posterior crianza en botella.

La visita ha terminado con una cata de 2 vinos comentada por el 'summiller' de la casa junto con una degustación de cecina de León y lacón gallego que ha despertado nuestros sentidos. El primer vino ha sido Azal del 2008, variedad macabeo, chardonnay y albariño, con un color amarillo brillante, graso y suntuoso, con aromas primarios a futas como la pera o el albaricoque, con la justa acidez, un vino seco muy fácil de beber y con recuerdos postnasales a piña y melocotón en almibar.

Lizana de 2005, es un vino tinto muy suntuoso, joven aunque perfectamente conservado y sin perder un ápice de frutosidad, de variedades como Merlot (mayoritaria), Monastrell, Petit Verdot y Syrah, de color cereza picota, con ribetes de color rubí, evoca en nariz a grosellas, ciruelas rojas, regaliz y sotobosque mediterráneo, en boca fácil de beber, con una sensación en boca amargosa típica de la uva predominante (Merlot) y con  recuerdos, tras su paso por boca, a regaliz y cuero y  a cerezas maduras.

Al final hemos quedado encantados con la visita, que la hemos completado con una visita al castillo y monasterio de Sta. Magdalena de Novelda, para terminar con una comida en un restaurante de la zona y disfrutar de un día fresco pero soleado y muy agradable.

domingo, 21 de marzo de 2010

Finca Loranque


En Bargas, municipio situado a unos 15 Km de Toledo, se encuentra Finca Loranque, a la vera del río Guadarrama y en un terreno arenoso-arcilloso, entre olivos están los terrenos de la finca, que si bien son extensos, solo dedican unas 42 ha. Al cultivo de la vid.


Llegar hasta este edificio del siglo XVIII, antigua casa de labores del campo y construida con la arquitectura toledana de entonces, es un poco aventurado, ya que el camino está bordeando campos e incluso se atraviesa el río, pero merece la pena un poco de aventura, sobre todo tras un invierno de luvias como este, para darse cuenta de cómo los ríos vuelven a su cauce. La mañana del viernes 19 de marzo fue de aventura para nosotros, ya que no teníamos ni cita concertada ni sabíamos que la bodega tenía una jornada especial con comida incluída bajo petición.


Al llegar uno descubre como la plantación de viñas, en espaldera, está asentada en un terreno fértil areno-arcillosos, por lo que puede pensar en altas producciones de uva y por tanto de escasa calidad, pero en la visita guiada te explican porque eso no es así.

Nos recibieron amablemente, junto con unas 15 personas más, que parece ser tenían visita concertada, y empezó la visita con el comentario de que se efectúa poda en verde para dejar solo la mitad de racimos en la planta con tal de producir el fruto de más calidad y que absorva la característica del terreno para imponer su carácter.

En la finca nos sorprendió la falta de una tolva de recepción de uva, pero se nos comentó que la vendimia se realiza a mano y se coloca en cajas de 15 kg. máximo, para despuén pasar a una mesa de selección en la que se deshechan los racimos que no cumplen una esperada calidad.

Se vinifica usando el llenado de cubas de acero inoxidable por gravedad, entrando el fruto entero en ellos, se produce una maceración en frío durante unos días para después controlar la fermentación alcohólica, que va seguida de remontados hasta conseguir que el líquido tome el color y sabor a fruta que preteneden. Los hollejos sobrantes se prensan para mezclar con el mosto flor y de ahí ya obtienen el vino.

Finca Loranque dedica su producción a crianzas y reservas de vinos tintos, con el asesoramiento enológico de Telmo Rodríguez. La sala de crianza dispone de unos cientos de barricas de roble francés, americano y húngaro, con barricas bordelesas de 225 lts. y cubas de 500 lts., de manera que la crianza tenga más o menos contacto cn la madera. El edificio de crianza es estrecho y alto, con ventanas orientadas al norte a lo alto de la nave, y paredes con adobe, ideal para conservar una humedad relativa constante durante todo el año.


En otro edificio se encuentra la sala de embotellado y almacen de botellas para terminar de afinar su crianza, así como el almacen de botellas ya empaquetadas listas para su salida al consumidor.

Al final realizamos una cata, en una moderna sala destinada a tal fin, donde probamos 4 de sus vinos. El primero fue un Lacruz Tempranillo-Syrah con un color granate brillante, limpio, con aromas primarios a frutas frescas, un toque de acidez típica de un vino joven, y de postgusto corto. Posteriormente y de la gama Lacruz, catamos el monovarietal de Cabernet Sauvignon, un vino también muy limpio y brillante, más expresivo en nariz, potente, evocando suavemente a madera y con un postgusto a fruta madura largo y persistente, para mi el vino más elegante de los que probamos, de esta serie.
Los dos restantes que probamos fueron Finca Loranque Syrah-Tempranillo crianza de 12 meses, un vino afrutado, con toques de madera, muy redondo y pulido en boca y con postgustos variados a cítricos, tostados y regaliz. Terminamos la cata con un Finca Loranque Syrah 2007, un vino de alta expresión con un rojo granate brillante (todos los vinos tenían un color limpio y un brillo espectacular), glicérico, unos aromas en nariz que evocaban fruta negra madura y tostados como café, caramelo… con buen ataque en boca, sedoso, suave al paladar y un postgusto largo que evoca a regaliz y torrefactos.

En general unos vinos de porte moderno, orientados quizá a un mercado exterior que busca ligereza, que sean fáciles de beber, pero a su vez que se evoque la fruta y que la imagen de vino limpio y glicérico esté en contrapartida de los vinos recios de La Mancha que el consumidor nacional suele apreciar habitualmente. Deciros que se amparan bajo la denominación de Vinos de la Tierra de Castilla y que su producción es de unos 100.000 lts., muy por debajo de las producciones de la zona y buscando sobre todo un vino fácil a paladares no nacionales.

Deciros que no pudimos quedarnos a la comida (no teníamos reserva) y que es una buena experiencia visitar esta bodega.

domingo, 14 de marzo de 2010

Huyendo de la 'quema'

Como ya es evidente e impepinable entramos en la semana fallera por excelencia, con lo que toca mentalizarse con el ruído, el gentío, el olor a pólvora y aceite de los buñuelos... en fin una semana estrepitosa.

Como esta claro que las molestias provocadas por los cortes de calles, debido a los monumentos, las carpas festivas, los pasacalles, etc... hemos de poner buena cara y disfrutar lo que se pueda de la fiesta. Uno ya lleva casi 40 años de fallas a su espalda y se ha cansado de esto, por lo que hemos decidido pasar el día cerca del mar y rodeados de naturaleza.

El día ha sido frío, pero como era soleado hemos disfrutado de un paseo por la playa, comido en un ambiente tranquilo y disfrutado de una puesta de sol en las playas de Moraira.

Os adjunto unas fotos para que disfrutéis de las vistas que nos ha brindado hoy el día para que os limpien la vista del caos urbano.