Por segundo año consecutivo, la bodega alicantina Enrique Mendoza, ha preparado un magnífico evento para dar a conocer la cultura del vino a través de la II Enoescapada que ha organizado en su bodega de Alfáz del Pi.
El evento consistía en pasar una jornada lúdico-festiva (son 3 días intensos) conociendo de primera mano los vinos que la bodega elabora, así como enseñar con talleres, diferentes maneras de entender el vino. Por ejemplo el taller del roble, es una manera de dar a conocer las diferencias de un vino cuando pasa por un tipo u otro de barrica, en este caso roble francés y americano, distinguiendo, con una misma variedad de uva, como el vino elaborado es capaz de aportar las sutilezas en cuanto a aromas y gusto, así pues hemos catado un Syrah que ha pasado por dos tipos de barrica y cómo distinguirlas fácilmente.
También hemos podido observar como se fabrica y se tuesta una barrica de roble en directo, gracias a la tonelería Herfe, donde se explica como se encastran las duelas, el tostado, el tipo de madera... un interesante encuentro. También la empresa que produce los corchos estaba mostrando como se producen los corchos de manera natural y los diferentes tamaños y calibres se podían ver y tocar en la demostración.
Aparte del vino también había una degustación y cata de quesos, aceite de oliva y la exposición de cuadros de la artista Inma Amo, que exponía sus cuadros dentro de la bodega, expresando el arte que, esta vez en sus lienzos, está ligado al mundo del vino.
Mientras, se seguían haciendo talleres como la cata del Terroir, diferenciando una misma variedad de uva, con un vino elaborado de Syrah de dos diferentes parcelas, una de terreno arenoso que proporcionaba un vino suave y afrutado y la otra de una parcela pedregosa de suelo abrupto que aportaba un vino con más estructura y mucho más fuerza. A la vez y cada media hora Miguel Angel Martín del equipo de Enocata, descubría a los asistentes en 'petit' comité las notas de cata de los vinos que se podían probar en la degustación.
Un magnífico día que he podido compartir con los vinos de Pepe Mendoza, al cual le agradezco el momento en que hemos conversado para saludarnos de nuevo. Y como no he catado los 6 vinos que se ofrecían en la cata al aire libre.
El vino blanco, un Chardonnay jóven muy fresco, buena acidez y con aromas a frutos tropicales maduros, así como recuerdos a pan recién hecho, en boca graso y muy facil de beber. El resto de vinos eran tintos, así el Pinot Noir Crianza, es un vino muy sutil, de color rubí, nos aporta aromas muy frutales de frutos rojos, bastante mineral y con un fondo a violetas, marcado por vainillas de su paso por barrica francesa, en boca fácil de beber y tanino redondo.
El 'Viñedo Mágico' era un 'coupage' de Garnacha y Syrah, muy fresco, en nariz toques de vainillas, pero sobre todo mucha fruta, frambuesas, gominolas de fresa, en boca ligeramente acido, pero ideal para tomar de manera informal con un puntito de frío y estupendo para las noches de verano que se nos vienen y disfrutando de una barbacoa entre amigos. El Cabernet Sauvignon- Monastrell, es un vino más estructurado, quizá con mezcla de barricas, destacando cacaos y torrefactos, y una fruta negra muy madura.
El reserva de Cabernet Sauvignon y Shiraz, es un vino maduro, lleno de matices a especias como la pimienta negra, más mineral, recordando al grafito, a tierra removida y sobre todo a un ahumado torrefacto, como cafe recién molido y algo de mentolado, en boca es amplio y graso y encontrando el equilibrio entre suavidad y cuerpo.
El vino más sublime el Santa Rosa, una mezcla de Cabernet Sauvignon para darle estructura, elegancia con la merlot y fruta con la syrah, su paso por barricas francesas lo hacen muy agradable, balsámico diria yo y a la vez potente pero sin perder el equilibrio entre tanino, acidez, estructura y fruta.
Una vez más disfrutando de un buen día en compañía de unos buenos vinos y amigos en un entorno privilegiado como el enclave de la bodega y muy bien organizado.