Mostrando entradas con la etiqueta Merlot. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Merlot. Mostrar todas las entradas

sábado, 29 de noviembre de 2014

Puesta de largo en Vegamar

La bodega valenciana Vegamar presentó en su exclusiva tienda Vegamar Selección de la capital del Turia, los nuevos vinos de la añada 2014, así como imagen y botella nueva para albergarlos. Aprovechando el último viernes de Noviembre y como preludio a la campaña navideña, los medios de comunicación, bloggers y amigos de la bodega celebramos en este exclusivo local de la Calle Colón de Valencia, una nueva época para la bodega.

 
Como maestra de ceremonia allí estaba la periodista Silvia Soria, acompañadas del staff de la bodega, su Presidente Vicente Coll, la directora Tania Arastey, los enólogos Pablo Ossorio y Mari Paz Quiles y el equipo de la bodega, junto al presidente de la D.O.P. Valencia, donde se presentaron estos nuevos vinos como una nueva etapa en la histria de esta bodega situada en el municipio de Calles (Valencia).


Con esta gama de vinos, la mayoría monovarietales y en una gama de precios de unos 6 - 7 euros, la bodega consolida una linea de vinos denominada Vegamar Selección, donde se busca, la frescura, la fruta y un toque de elegancia con vinos jóvenes de fácil consumo.

Tuvimos la oportunidad de catarlos, aunque recién embotellados, empezando por blancos, Merseguera, Sauvignon Blanc y un blanco superior con Sauvignon Blanc y Moscatel, iniciaron la degustación. Destacar el monovarietal de Merseguera como un vino amplio con frescura, recuerdos a frutas como el mango, los litchis y almendra cruda.


Los tintos no defraudaron tampoco, así pues el Merlot se mostraba muy elegante, acaramelado, quizá con falta de reposo en botella pero un prometedor vino con un fácil trago. La apuesta por la Garnacha, buscando fruta y frescura estaba todavía en fase de afinamiento, pero no dudo en que conseguirá el objetivo perseguido en un par de meses.


Finalizamos la degustación con un dulce natural de uva Moscatel, fresco, lleno de matices aromáticos a cítricos y flores de azahar, dulce pero no empalagoso, perfecto para clausurar una velada donde es un placer encontrar a amigos y conocidos.


domingo, 29 de septiembre de 2013

Vinos fermentados en barrica

Cuando hablamos de vinos fermentados en barrica de roble, quizá estemos pensando en un vino con mucha presencia de aromas y matices provenientes del tostado de las duelas de este tipo de recipiente, pero es posible hacer un vino muy diferente al que estamos acostumbrados de los que llamamos crianza o reserva.

Este tipo de elaboraciones pretenden aportar un toque de elegancia a un vino que podemos considerar un vino jóven y dotarle de más untuosidad y elegancia si cabe a la explosión frutal característica de una elaboración sin reposar más que lo suficiente en madera de roble.


Pero ¿que es un vino fermentado en barrica?. En primer lugar hay que tener en cuenta que este tipo de elaboraciones son muy artesanales y que debemos contar con los mejores ingredientes. Una buena selección de las mejores uvas es importante, así pues en blancos o tintos a la bodega deben entrar uvas muy sanas y con una perfecta maduración, ahí el primer paso que debemos conocer y que es importantísimo para obtener un buen mosto. En algunos casos, previo a la fermentación, sobre todo de los tintos, se hace una maceración de la uva con su mosto, buscando el aporte de color y tanino justo en uvas tintas y seguramente una maceración en frío para los blancos potenciando la carga frutal de los mismos.


Mientras esto ocurre, las barricas deben ser preparadas para recoger el líquido, que proviene de un suave prensado de las uvas para no recoger sabores amargos o herbáceos. Normalmente las barricas sueles ser nuevas o de primer uso, importante un tostado ligero para buscar el aporte elegante de éstas y se eligen la mayoría de veces la madera proveniente de robles franceses. Estas barricas suelen ser muy diferentes de las de roble americano, fundamentalmente por su aprovechamiento, son cortadas de manera radial, es decir desde el centro del tronco hacia fuera, necesitan mucho más tiempo de secado para no conferir los propios taninos de la madera y además tienen un poro mucho más homogéneo por lo que el intercambio de oxígeno de entre el exterior y el interior está mejor repartido en toda la superficie. Esto hace que la barrica sea mucho más cara pero en contrapartida aporta muchos más beneficios al vino, sobretodo en largas crianzas.


En este caso, una vez tenemos el mosto listo, lo que se busca es que durante la fase de fermentación alcohólica es el aporte justo de oxígeno para conseguir una mayor simbiosis de la levadura con el mosto e ir poco a poco transformando el azúcar en alcohol, por supuesto eso va a trasladar aromas al vino y debido a que las barricas no intercambian temperatura de manera brusca con el exterior quizá se tenga que controlar la misma, mediante placas de intercambio de frío o calor, buscando una temperatura constante y estable para que la fermentación dure el tiempo necesario para obtener un vino seco pero con los matices de la madera y al ritmo que este proceso imponga.


¿Barrica abierta o cerrada?. Esta es una de las cuestiones que cada bodega aplica de manera arbitraria, el caso de la abierta implica más intercambio de oxígeno con el exterior y es posible perder algunos aromas propios de las levaduras que inician la fermentación, pero también es un sobre coste si después se quieren efectuar otros procesos con el vino dentro, ya que hay que ponerles la tapa. Usando sólo el orificio central de la barrica en modo horizontal, es más difícil de trabajar pero obtenemos mayor superficie de la madera en el mosto y posteriormente, y tras la fermentación alcohólica podemos usar la barrica, sin sacar el mosto para una crianza sobre lías, con métodos de removido o batonage, o quizá darle al vino más suavidad haciendo que el ácido málico del vino se transforme en láctico, lo que se denomina fermentación malo-láctica que la producen unas bacterias y no levaduras como en la alcohólica. El tamaño de las barricas depende de la cantidad de aporte de aromas de las barricas a hacia el vino que nos interese tener, el espacio, la manera de trabajar luego el llenado y vaciado de las mismas, ahí va a ser el enólogo o bodeguero quien tome esa decisión.


¿Y cómo son estos vinos?. Tras la fermentación alcohólica y, en casi siempre la malo-láctica, se puede hacer reposar más tiempo el vino en la barrica, pero ahí hablaríamos de tiempos. Tiempos en los que el vino jóven obtenido pasaría a ser una crianza, obteniendo mayor oxidación y aportes de la madera en el mismo, pero si buscamos carga frutal, deberíamos vaciar las barricas tras las fermentaciones y hacerlo reposar en depósitos para su decantación natural y reposo del vino, incluso embotellarlo, pero siempre es conveniente darle un tiempo para que todo el vino obtenido de cada barrica sea homogéneo y tener una añada correcta. Al final obtendremos un vino con mucha carga frutal  con un toque de aromas de la madera.


Así pues un blanco de Chardonnay puede que encontremos aromas intensos a piña, plátano maduro y toques de maracuyá acompañados con ligeras notas de vainillas y ahumados, así como una boca más golosa, notando como el vino llena el paladar y encontrando un equilibrio entre la acidez y la madurez. Este tipo de elaboraciones suele embotellarse directamente o utilizarse para mezclas con otras variedades, según el tipo de vino que quiera elaborarse. Quizá la Chardonnay sea el tipo de uva de la que más elaboraciones encontremos en vinos blancos que usan esta técnica.


En tintos fermentados en barrica, como un Merlot  encontramos unos vinos con mucha fruta roja mezclados con vainillas y tostados que aportan elegancia en nariz, en boca tienen estructura, notando el tanino de su juventud, pero a su vez redondeándose y armonizándose en boca de manera muy suave.

Nosotros hemos catado dos vinos de Pago de la Bodega Vera de Estenas, Viña Lidón 2012 y Martínez Bermell 2012, Chardonnay y Merlot respectívamente fermentados en barrica y con un máximo de dos meses de permanencia en las mismas, elaboraciones que durante más de 10 años esta bodega ha puesto en el mercado con mucho éxito. 


Importante ha sido tomarlos muy frescos, así el blanco Viña Lidón 2012 Chardonnay 100% consideramos que, enfriarlo a unos 8º grados le confiere una entrada en boca mucho más alegre y en el servicio siempre se ganan unos 4º grados que poco a poco aumentarán con la temperatura ambiente y que no hacen más que aportar más aromas al mismo y volverlo más untuoso en boca, también se abre mucho más con el tiempo apareciendo unas notas acarameladas que se integran perfectamente con la frescura y tonos tropicales de esta variedad.

Martínez Bermell 2012 Merlot 100% es un vino con juventud y potencia contenida en boca, aromas florales como las violetas, frutos rojos combinados con una vainilla elegante, especias como la pimienta roja y algo de romero con fondo ahumado, muy fresco, con un tanino esperado debido a su juventud y también muy apropiado enfriarlo a unos 12º, lo considero como un vino de tapeo, informal pero elegante, en dos palabras; seriamente divertido.


Concluiría invitando a probar este tipo de vinos, combinan bien en recepciones y ambientes informales, aportando un toque de elegancia, así como de frescura, también en comidas tipo barbacoa, acompañando guisos de carnes blancas y pescados grasos y por supuesto con arroces secos, de mariscos y con carnes. Al final siempre el paladar de cada uno entenderá sobre gustos y a mi me han gustado.

domingo, 14 de agosto de 2011

Finca Collado, la expresión del terruño

Desde principios del mes de marzo, tras catar uno de los vinos blancos más sorprendetes de la cosecha 2010, tenía la pretensión de visitar la bodega Finca Collado, una pequeña bodega del interior de la provincia de Alicante, de la que había oído hablar muy bien de sus vinos y sus gentes a mi amigo Riki Wigley.


A Maria del Carmen, el alma comercial de la bodega, había tenido el placer de conocerla junto a Joan, el jóven enólogo que elabora los vinos de forma magistral, en la XXIII Mostra de Vinos, cavas y licores y hoy he conocido también Guillermo, la persona que trabaja estas tierras tan agradecidas para el cultivo de la viña, pues el enclave donde se sitúa Finca Collado está en la población alicantina de Salinas, y como su nombre dice, hasta no hace muchos años, la desecación de grandes charcas de agua se recolectaba sal mineral, que conforma el terruño arenoso y alcaloide, poco apto para otro tipo de cultivos.

 
Esta mañana, invitado por María del Carmen, Riki, mi familia  y yo hemos tomado rumbo a esta zona para conocer de cerca la bodega, el terruño y las personas que trabajan este proyecto. Efectivamente hemos  encontrado un lugar donde el cultivo de la vid es perfecto, muchas horas de sol en verano, contraste de temperaturas entre el día y la noche, un terruño con diferentes zonas en las aproximadamente 10 ha. de viñedo y una circulación de viento permanente que hace que las viñas no necesiten excesivos tratamientos más que los preventivos a base de azufre exclusivamente.


Al llegar se estaba preparando unos aperitivos mientras Joan hacía un arroz a base de frutos del mar, y Guillermo nos iba llenando las copas con esos vinos tan expresivos del lugar, en la comida nos hemos encontrado a un matrimonio inglés que pasa largas temporadas en la población de Salinas, a Adelaida y a Gabino, un gran conocedor de las costumbres de la zona y catedrático de la Universidad de Alicante, que nos han acompañado y juntos hemos comido y bebido estupendamente en el día de hoy.


En cuanto a los vinos, recordar que sensaciones me produjeron en esta primavera hoy ha sido posible, gracias a estar en la bodega, así pues el primer vino que voy a comentar, fruto del esfuerzo del equipo de Finca Collado, es el que les ha hecho recoger dos de los premios que llegán al palmarés de esta pequeña bodega, el II Premio dels Bodeguers 2011 y el Baco de Bronce 2011 otorgado por la UEC.  

 
Hablo de Finca Collado Blanco 2010 es un coupage al 50% de Chardonnay y Moscatel de grano menudo y con un paso por barrica francesa de 6 meses, el color es amarillo dorado muy limpio y brillante, en nariz es bastante espectacular debido a su frescura y combinación de aromas a frutas de hueso (albaricoque, melocotón...) con la dulzura de uva madura, en boca es tremendamente fresco y afrutado, con una acidez muy marcada, en el postgusto los recuerdos a uva Moscatel combinada con las vainillas del tostado de la madera lo hacen bastante agradable y perfecto para tomar en el aperitivo, así como en pescados, mariscos y carnes blancas poco elaboradas, un más que satisfactorio vino blanco para consumir en compañía.


El resto de vinos desde luego que también merecen estar galardonados, ya que son vinos de finca, Cabernet Sauvignon y Merlot que no se dan en otro lugar, son elegantes y muy redondos, y quizá el terruño consigue que sean diferentes.  Así que pienso que el  rosado Finca Collado 2010, un vino 100% Merlot, de color fresa intenso, presenta unos aromas a  cerezas y fresas maduras, en boca es suave, fresco y ligeramente dulzón, su postgusto es bastante largo y recuerda a mermeladas y compotas de fruta roja pero sin empalagar nada, quizá la segunda joya de la corona, en lo que se refiere a vinos jóvenes. 

 
Otro Merlot 100% de esta bodega es Finca Collado Tinto 2009, un vino madurado en un cono o fudre de 5000 litros, con un color rubí muy intenso, de aromas a 'toffe', intensa fruta roja madura, muy elegante y en boca es untuoso, redondo y de 'bouquet' equilibrado, de postgusto largo y con muchos recuerdos a tostados y mermelada de cereza, un excelente vino para todo tipo de comidas elaboradas. La ausencia de amargores y la cantidad de frutas y aromas presentes creo que es posible por la ubicación y el suelo donde esta uva se cultiva, diferente del suelo de las variedades blancas.


El vino Finca Collado 2008,  con una mezcla de Merlot y Cabernet Sauvignon (70%) criados en barricas bordelesas de roble francés durante 14 meses con un color rojo picota intenso, predominando aromas a caramelo, frutas rojas maduras, chocolate, en boca es intenso y sabroso y de postgusto bastante largo, muy amable y redondo.


Al final un maravilloso día, rodeado de amigos, buenos vinos, ambiente excepcional y sobre todo conciendo un terruño que realmente ofrece unas características ideales para producir una excepcional uva, que con las manos expertas del equipo de Finca Collado cada día se superará y seguro que obtienen mayores reconocimientos en un futuro no muy lejano.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Clos d'esgarracordes de Barón d'Alba

La tercera bodega que visitamos en la provincia de Castellón, esta si perteneciente a la asociación VT Castellón, situada entre Vall d'alba y Les Useres, fue Barón d'Alba, más conocida por la marca de su vino estrella Clos d'esgarracordes.

De CLOS D'ESGARRACORDES


La bodega está situada en un paraje excepcional por su proximidad a las sierras del Maeztrazgo e Irta, en el corredor formado por ambas. La entrada a la bodega está cercana al Mas de Picando y allí podemos encontrar un cercado con el rótulo Clos d'esgarracordes y una preciosa ermita recién restaurada que tras seguir el camino nos lleva a la finca tipo 'Château' donde se encuentra la bodega.

Esta finca está rodeada por unas 5 ha. de viñedo, con variedades típicas como la Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Garnacha, Monastrell, Syrah, Merlot y Macabeo, aparte de contar con otras fincas más sumando más de 20 ha. entre todas.

La zona edificada cuenta con un gran almacén de producto eleborado, junto a una cámara frigorífica para crio-maceración de la uva. Además está en si la bodega, que alberga los depósitos de acero inoxidable y un parque de más de 100 barricas de roble francés (225 lts.) en su sótano con temperatura y humedad controlada. También existe una vivienda que supongo será residencia de los propietarios y también parte destinada a eventos y visitas.

La recogida de uva se realiza cuando el fruto está en las condiciones sanitarias y de maduración correctas, se recolecta a mano en cajas de 15 Kgs. que se almacenan en la cámara frigorífica para una crio-maceración, para luego a mano ser seleccionada y pasar a depósitos para maceración de los tintos y fermentación también para variedades blancas.


El nuestra visita recorrimos la nave de depósitos y catamos algún mosto desfangado pero sin fermentar y luego si que hicimos una cata de barrica, directamente un merlot de 14 meses de crianza, que estaba realmente delicioso. En las barricas existen diferentes variedades en crianza para posteriormente efectuar el 'coupage' seleccionando las variedades y porcentajes que el enólogo, por cierto excelente catador, considere adecuadas. De por si Clos d'esgarracordes tinto crianza ha conseguido este año una medalla de bronce en el Challenge International du vin 2010 de Francia.

Este ha sido nuestro periplo por bodegas castellonenses muy provechoso y sorprendente, que nos ha dejado un excelente sabor de boca y que aún nos aguarda bastantes sorpresas.

miércoles, 21 de julio de 2010

Vino de Menorca

No es de extrañar que en esta isla tan mediterránea y la más hacia el Este de nuestro país tenga tradición vitivinícola. Efectivamente en las crónicas de la conquista de la isla sobre el siglo XIII, ya se hablaba del vino que en la tierra se producía, y seguramente fenicios y romanos ya utilizaban el fantástico puerto natural de Mahón para el comercio y seguro que entre las mercancías que se adentraban en el mar había vino procedente de la isla.



Menorca es una isla bastante plana, con terrenos dedicados a cultivos principalmente dedicados a abastecer a la cabaña vacuna, que abunda en esta isla. En tiempos de colonia inglesa, seguro que se elaboraba vino, pues los destilados que los ingleses utilizaban para sus espirtuosas, seguro provenían de viñas locales.



En la actualidad hay unas 9 bodegas que, con una superficie de por lo menos 30 hectareas, producen vinos en varias partes de la isla. La isla tiene terruños poco arcillosos, de marés, una roca calcárea muy quebradiza, también hay suelos conglomerados hacia el norte y de gres en zonas del sur.

En mis vacaciones me tropecé con una de las bodegas más grandes, Binifadet, una bodega que se puede visitar y que elabora unos 50.000 lts. de distintas variedades. Antes de visitarla, por casualidad, estuve en Ciutadella, la ciudad del extremo oeste de la isla en un local llamado Sa Fideuera, donde pude degustar un Binifadet jóven tinto de Syrah y Merlot muy afrutado y fácil de beber.



Al visitar la bodega encontré un edificio moderno, al que rodea las parcelas de viñedos y me encontré una variedad importante de vinos, desde un rosado de variedades Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot muy especial, con unos aromas primarios a frutas, un espumoso tipo brut de este mismo vino base, un blanco de Chardonnay con aromas a cítricos y con un finísimo paladar. El Merlot de 2004, con 12 meses en barrica francesa también es un vino especial, se nota la fruta roja y negra madura, aromas a vainilla, a sotobosque y un toque mineral que lo hace bastante diferente.



La bodega es visitable y además elabora otros productos como las mermeladas de vino, un dulce de Moscatel, aceite de oliva de variedad arbequina y vinagres de Chardonnay y Syrah. Toda una sorpresa en mi viaje de vacaciones, tan sorpresa que la cámara de fotos me la olvidé y tuve que hacer las fotos desde el móvil, con lo que no he podido recoger gráficamente mi visita con nitidez, pero los sentidos si que fueron agradables.