De manera ancestral la penĂnsula ibĂ©rica es parte de la civilizaciĂłn occidental dĂłnde la Cultura del Vino está arraigada desde hace más de 2.500 años, vestigios no faltan, y quizá hoy por hoy en La Rioja podemos encontrar uno de los referentes que aglutina esa historia que ha estado presente en nuestras vidas y que quizá no nos hemos dado cuenta que es parte de nuestro modo y manera de vivir.
Tres dĂas para disfrutar es el resumen de nuestro 'blogtrip' a La Rioja. Octubre, tras las fiestas de San Mateo, un mes de vendimias por antonomasia en esta regiĂłn vitivinĂcola, te hacen sentir que todo esta listo, el aire huele diferente, los colores del campo son intensos, el ir y venir de los tractores, las bodegas abiertas y mucho movimiento con un solo fin, recoger los preciados frutos de la vid para que en los lagares y bodegas comience el proceso de la fermentaciĂłn que nos convertirá el dulce nĂ©ctar del fruto de la vid, en fabulosos vinos que deleitarán nuestro paladar.
Nuestra experiencia empezĂł en la propia capital, Logroño, moderna pero a la vez recogida, una capital dĂłnde vivir a otro ritmo. Sus fabulosos parques, el paseo del rĂo, las bodegas urbanas, su fabulosa catedral y las mejores calles donde degustar cualquier vino riojano y deleitarse con pinchos y tapas que acompañan en la noche del fin de semana.
La calle del Laurel, en pleno centro de la capital riojana, merece una parada y disfrutar de cualquier vino riojano que puedas imaginar y además con una buena selección de tapas, desde las más elaboradas hasta las más sencillas basadas en un trozo de pan y unos champiñones a la plancha, por ejemplo. Destacar los vinos blancos, que a pesar de, que en la zona, se elaboran más tintos, siempre te dan la frescura que muchas noches aún del principio del Otoño es necesaria para un disfrute total de este deleite gastronómico.
Hay que pensar que el viaje no es corto si se viene de lejos, y cuando hueles el ambiente directamente te estás mimetizando con una manera de disfrutar de la Cultura del Vino a travĂ©s de algo tan nuestro como es ir a tomar vinos y que cada dĂa nos gusta más quienes apreciamos los momentos más sociables de nuestra vida.
Tras la primera impresiĂłn, hay que descansar y prepararse para la siguiente jornada, porque sĂłlo es el principio de una interesante visita en la que es necesario estar bien despierto y con los sentidos agudizados para disfrutar de un viaje al mundo del vino.
La parada del dĂa siguiente consistĂa en desplazarse al municipio de Briones, situado al oeste de Logroño, concretamente a 30 km. de la misma. AllĂ fuĂmos directamente al complejo enoturĂstico y cultural Vivanco.
Este precioso espacio es el principal centro de la Cultura del Vino en nuestro paĂs, la familia Vivanco, aparte de elaborar vinos riojanos que no te dejan indiferente, pone a disposiciĂłn del visitante 4000 m2 de exposiciĂłn sobre la cultura del vino. Gestionado por una FundaciĂłn, cinco salas, más un jardĂn de variedades en el exterior, se pueden visitar sin perder detalle.
El museo es un retazo de la historia vitivinĂcola condensada en diferentes contextos, la Sala 1 es dĂłnde paseamos por la diferentes culturas y el cultivo de la vid, es dĂłnde empezĂł todo. La Sala 2 es muy instructiva y podemos conocer como se fabrica una barrica o incluso el vidrio y la botella. En la Sala 3 se detiene en mostrar quĂ© es una bodega y cĂłmo se trabaja en ella. La Sala 4 es plenamente una galerĂa de arte, como el hombre entendiĂł el mundo del vino a travĂ©s de pinturas, esculturas, arqueologĂa, con obras clásicas, de pintores como Sorolla, Picasso, MirĂł,... La Sala 5 denominada Abrir, servir y beber se puede encontrar una gran colecciĂłn de sacacorchos y un repaso por el servicio del vino.
Todo esto si se acompaña por la bodega visitando el lugar donde se elaboran y crĂan los vinos que Vivanco elabora, que culmina con una cata de vinos en la propia bodega, te hacen sentir que el mundo del vino es un gran sector econĂłmico y social de las regiones vitivinĂcolas del un paĂs.
Tras una jornada agotadora, llega el tiempo de degustar una buena gastronomĂa y disfrutar de otros vinos, y pusimos camino a visitar otras zonas de este bonito lugar. Parada obligatoria Haro, capital de La Rioja Alta, visitar su estaciĂłn y comer en algunos de sus afamados restaurantes.
Elciego y Laguardia, ya en la Rioja Alavesa tambiĂ©n es un 'must' de un viaje lleno de color y sabor, deleitarse con pintxos, vinos de maceraciĂłn carbĂłnica Tempranillos o blancos con barrica de uvas como la Viura o MalvasĂa son placeres que satisfacen el paladar de cualquier persona capaz de apreciar un buen vino en buena compañĂa y en un lugar apropiado.