domingo, 25 de octubre de 2009

Otoño loco

Este otoño está siendo muy raro, tenemos igual lluvia, frío y mal tiempo y a la semana siguiente viento cálido y sol con temperaturas de primavera. Es curioso, pero la semana pasada estuvimos en la casa de unos amigos en la playa de Sagunto, cerca de Valencia y estuvo lloviendo, con un día gris, fresco incluso encendimos la chimenea.

Como esto era lo que el día nos deparaba, hicimos un asado de lomo relleno con ciruelas y trufas, regadito con un buen brandy y de guarnición cebollitas francesas y compota de manzana casera. Acompañamos la comida con jamón, queso, ensalada y un hojaldre de pisto y atún. Los niños dieron buena cuenta a un plato de spaghetti a la boloñesa, del que no quedó ni el tomate en los platos.

Después fuimos a pasear por la playa y el mar estaba muy revuelto, la arena casi había desaparecido, las olas estaban muy cerca de la orilla y el mar se veía color marrón. Si te acercabas demasiado a la orilla, te podía pasar como le pasó a Mónica, la amiguita de mi hijo Javi, que llegó una ola y la mojó.

Ahora bien este fin de semana ha sido lo contrario, sol y calor. Ayer fuimos a la costa de Alicante, en Benitatxell y el mar estaba azul, calmado, con un calor que rondaba los 28º sino llegamos a superar los 30º, la brisa era un poco fuerte pero de aire cálido.

Como se estaba tan bien comimos en el restaurante La Cumbre, en Benitatxell, y se estaba divino de la muerte, casi para ponerse el bañador y meterse en la piscina. Los extranjeros de la tercera edad, que suelen comer allí iban vestidos con camisas de manga corta y pantalón de verano, incluso corto.

Comimos muy bien, un menú de 14 € muy completo e incluyendo vino de crianza. En este menú se incluían un adegustación de paté con manzana, ensalada de pollo, alcachofas con paté de olivas, queso brie frito con arándanos, crep de espinacas con queso azul, mejillones tigre y una sopa de tomate, para terminar un segundo plato de carne o pescado (pollo, solomillos ibéricos, merluza, bacalao) del cual ya no podíamos más y un postre mediterráneo como pudo ser el sorbete de mandarina, helado, yogur casero con frutos del bosque..., un menú muy completo.

El vino fue de la Bodega Bocopa, Laudum Crianza del 2001, un vino que hubo que decantar para ir aterciopelando sus aromas a madera e ir rescatando las notas a frutos rojos, a grosellas, con un postgusto a especias del mediterráneo.

Un día de primavera en este otoño loco que terminamos con un paseo por el campo de Golf del Hotel Marriot en Denia.

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