sábado, 31 de marzo de 2012

Tiempo de rosados

No es porque estemos ya en la estación primaveral, es porque apetece ese vino fresco, desenfadado, con un color sugerente, aromas frutales... Si hablo del vino rosado, ese vino que parece denostar todo el mundo y que es el primer zumo de uva tinta, apenas macerada, que nos hace más mediterráneos y preparados para los días de más luz en esta estación.
Garnachas, Bobal, Syrah, Tempranillo, Cabernet Sauvignon....cantidad de uvas que nos dan un toque de color y frescura en este tiempo tan desigual de frías mañanas y tardes, con apetecibles mediodías, con dias ventosos, lluviosos, casi veraniegos y que de vez en cuando nos puede sorprender con una nevada tardía, no muy apreciada por los labriegos, pero que en primavera pueda pasar de todo.

Las Garnachas navarras este año están espectaculares, he tenido la oportunidad de catar algún vino de bodegas tan insignes como Ochoa, Marco Real, con su Homenaje vestido de etiquetas sugerentes e incluso algún vino de Irache.



La combinación de Merlot y Cabernet Sauvignon tampoco desagrada, así pues Bodegas Pirineos tiene el Montesierra Rosado muy apetecible, con aromas florales y frutales muy frescos y una gran frescura en boca, ideal para ese aperitivo de antes de comer, incluso para despues continuar con carnes ligeras.

El rosado de Syrah de Cristina Calvache también es fresco, muy denso, con un color rosado y destellos violáceos que lo hacen perfecto para tomar un arrocito a la vera del mediterráneo y volver a encontrar aquellos aromas que provenían de los naranjos cercanos a la playa, de las veras valencianas y castellonenses.

Este año no he podido aún catar los bobales rosados de la D.O. Utiel-Requena y D.O. Manchuela, bueno alguno sí como el Parreño de Latorre Agrovinícola, cosa que no voy a tardar en hacerlo, ya que repetir esa frescura, esa golosina de fresa que no empalaga pero si deleita va a volver a ser una de las experiencias de la que quiero volver a sentir de nuevo, como no, rodeado de mis amigos y seres queridos. 

Así es que señoras y señores, es tiempo de rosados y perdamos el complejo o quizá retomemos la tradición de que un buen rosado es el mosto flor de las mejores uvas que se sacrifican en pro de darnos ese toque de color y frescura necesario para acompañar a esta estación del año junto a la luz del sol.

martes, 20 de marzo de 2012

Los vinos de marzo

Poco tiempo he tenido esta semana para catar vinos, pero desde que empezó este mes he tenido la oportunidad de catar algunos vinos interesantes, sobre todo en esta primera quincena del mes. Vinos de denominaciones de origen tan distintas como Navarra, Somontano, Valencia, Jumilla, Tierra de Castilla, Calatayud...

 
Vinos blancos de Chardonnay como Otazu, frescos, con mucha fruta blanca como la manzana ácida, cítricos y flores blancas. También de la zona entre Albacete, Alicante y Murcia hay un vino blanco de la variedad Viognier, Finca Casa Alarcón, de color dorado, con sabores tropicales como el mango, platanos maduros, manzana golden... muy fresco y delicado en boca.


Los tintos, sobre todo con toques de uva Monastrell en 'coupage' o monovarietales son vinos potentes con estructura, jóvenes como el Bon Home de Rafa Cambra, un vino de la DO Valencia de la zona Alto Clariano que combina dos variedades como la Monastrell y la Cabernet Sauvignon, con un paso de 1/3 del vino por barrica nueva francesa, obteniendo un sensacional vino para tomar de chateo, fresco, afrutado y con la estructura suficiente para acompañar platos de embutido y alguna carne blanca a la brasa. La misma bodega también tiene un vino con más larga crianza de variedades Cabernet Sauvignon y Franc como es el Rafael Cambra Dos, mucho más complejo, chocolates, cueros, tabaco rubio y un tanino un poco más marcado, buscando un vino de más carácter.


Otro Monastrell, esta vez monovarietal y con crianza en barricas, es el Casa Castillo, vino de la DO Jumilla, que tiene estructura y fuerza, es tambien bastante afrutado, con recuerdos a cafe con leche y un tanino frondoso que se hace necesario si  sirve de acompañamiento a carnes rojas al punto o poco hechas.

Tambien de otras variedades podemos hablar como la Syrah, adaptada como anillo al dedo a terruños tan diferentes como Jumilla y Fontanars dels Alforins y que nos dan dos vinos diferentes pero cálidos y con un bouquet delicioso, así Valtosca  y Alvarez Nölting ambos de 2008, difieren en bastantes cosas, el primero un vino cálido, rebosante de especias y frutas negras maduras, con tanino pulido y de marcada mineralidad. El valenciano por su parte menos mineral, con más fruta roja, una madera más equilibrado y con bastante más largo recorrido en el postgusto. Diferentes maneras de encontrar la misma variedad en climas similares pero suelos diferentes.

Si nos adentramos en tierras aragonesas, tenemos en la zona de Calatayud unos vinos de garnachas viejas, en este caso se trata de un Baltasar de 2009 de Bodega San Alejandro, es como fruta negra madura con fondo de madera y mineral perfectamente integrado, en boca tiene una entrada envolvente, paso suave con tanino presentes pero sin amargar un vino muy redondo y para todos los gustos.

Más al norte el clásico Somontano de Bodegas Pirineos, un coupage de Merlot y Cabernet Sauvignon muy maduro, con un paso largo por barrica americana que confiere muchos aromas a moras, chocolates, fruta negra madura, menta...un clásico que siempre está al alcance de cualquier evento y con el que no se puede fallar casi nunca si eres anfitrión de la velada.




Aún queda mes de Marzo y seguro que me sorprenderé con algun vino más a lo largo de este inicio de primavera y me encantaria que las añadas recientes estuvieran presentes en las próximas catas.

viernes, 9 de marzo de 2012

El amor entre copas de vino

A veces el vino tiene el poder de encontrar a personas que no tenían la ocasión de conocerse en persona incluso viviendo una al lado de la otra. Personas que habían conectado en alguna ocasión en sueños y que un día gracias al vino conectan de verdad.


Entre estas personas hay más que dos copas de vino que nunca han compartido, pero seguro que cada vez que se sientan delante de ella sienten ambos el mismo pensamiento, un momento en que la cabeza va por un lado y el corazón por otro.

Mirando fijamente la copa se reflejan en ella los destellos de un corazón palpitante que desea encontrar la imagen de quien en su día le hirió en la enfermedad más difícil de curar como es la melancolía, buscando el por qué a mi y el remedio para no sentir ese dolor que es intenso y placentero a la vez.


Donde los aromas del vino de la copa se tornan perfumes de atracción, frutos rojos maduros, chocolates, vainillas, tostados.... siempre buscando a que huele el amor, que se necesita para volverlo a enfrascar en la botella y cada día volverlo a sentir sin parar de agitar la copa, para buscar lo que te falta y da sentido a esta combinación bioquímica que nos cambia la percepción de la vida real.


Y que pasa cuando los labios llegan a probar este elixir de uva fermentada, dulce y salino, licoroso, envolvente y que va pasando a través de la boca y haciéndote sentir frío y calor, aspereza y dulzura, amargor, acidez, locura, pasión, perdida de la razón, estado de confusión... pero que volverías a beber de nuevo porque sientes que necesitas encontrar el sentido de tu vida a través del vino.


Las emociones que te deleitan en esos momentos vale la pena compartirlas con la persona a la que amas y si no puedes hacerlo, piensa que ella lo hara también a la vez que tu, ya que los corazones heridos con la misma flecha de Cupido también brindan por que algún día llegue el momento de sentir esa pasión y esa ternura juntos y compartiendo el mejor vino, que será el que bebas junto a tu amada.

domingo, 4 de marzo de 2012

Marzo, reencuentros y mucho vino

Corría el mes de julio de 1.990, yo con tan solo 20 años iniciaba mi andadura profesional en el mundo laboral, entonces conocí a Juanjo Álvarez, con el cual compartimos profesión durante 4 años, desde entonces tomamos diferentes caminos profesionales y ayer nos volvimos a cruzar.


El viernes durante el almuerzo, el propietario del Mesón Jeromín  me propuso dar una cata en un local de Valencia y casualidades de la vida me encontre de nuevo con Juanjo, esta vez al timón de un proyecto gastronómico como es El Nuevo Colmao. Un colmado es una tienda de comestibles, y os aseguro que en esta tienda podréis encontrar estas cosas y más. En fin que allí dirigimos una cata para una quincena de personas que disfrutaron de 5 vinos, un navarro, dos valencianos y dos de Jumilla, que al final se disfrutó con una serie de patés y embutidos de Calamocha que hicieron de colofón al evento.

 
Este establecimimiento, El Nuevo Colmao, está situado en Valencia en la calle Visitación nº 9, en pleno barrio de Zaidia, paralelo a la calle Sagunto y con entrada desde el margen izquierdo del río. Podemos encontrar productos y charcutería selecta, pero a unos precios estupendos, aparte de un menu de comida para llevar que cambia diariamente y vinos que, Juanjo está seleccionando para que pueda disfrutarse junto a los comestibles que se ofrecen. El local tiene un espacio estupendo para hacer catas y os invito a que lo visitéis y participéis en ella. 


Nuestra mañana se vió inmersa en este evento y por la tarde decidimos ir a hacer una breve visita al antiguo casino de la ciudad de Castellón de la Plana, donde se hacía la gran fiesta del vino de Castellón. Así es que nos dimos una vuelta por este precioso espacio donde pudimos degustar algun vino.


Estuve conociendo de primera mano el proyecto de Jose Luis Sánchez, Bodegas Castillo de la Duquesa, una apuesta por los vinos de la zona norte de la provincia de Castellón, enclavado en el término de Benlloch. Jose Luis, un profesional de la enología, con una trayectoria de más de 30 años en el sector, lleva los últimos 10 años trabajando y asesorando a bodegas de esta zona, así pues conoce el terruño y lo que en esta zona funciona bien. Así que con las instalaciones de la antigua cooperativa de Benlloch y con una moderna maquinaria, una selección de las mejores uvas del lugar y su saber hacer, se ha embarcado en este proyecto que promete.


Ayer tuve la oportunidad de probar su retahila de productos, desde un rosado hasta un par de vinos de autor, todos de la añada 2011, pero con espectaculares bouquets. Desde los jóvenes Banús rosado y tinto, mezcla de Garnacha, Cabernet-Sauvignon y Monastrell, hasta los monovarietales Cabernet Sauvignon, Tempranillo (espectacular), Merlot y Syrah.


Hablamos mucho y tendido de este proyecto con ganas de visitarlo esta primavera y con la certeza de que se oirá mucho hablar de estos vinos y su proyección dentro del mercado nacional.


No hubo tiempo para más, siento no haber podido estar más con Vicente Flors, Sergio Garrido, Jose Manuel Molina, Eloy Haya, Gabriel Mayo...y tantos otros bodegueros más que están haciendo un gran trabajo para consolidar un área especialmente desconocida en el panorama del vino español y que sorprendentemente se están cada día reconociendo más en el panorama vitivinícola nacional y con buenos resultados.