viernes, 4 de enero de 2013

¿Quién puntúa mis vinos?

Nos hemos acostumbrado a hacer rankings de todo lo que nos rodea, equipos de futbol, jugadores, personas más influyentes, políticos... y como no de vinos. Existen guías donde se puntúan vinos, comerciales, blogs, afamados influyentes anglosajones... y son una referencia para muchas personas que quieren iniciarse en el mundo del vino o simplemente son su guía de cabecera a la hora de elegir sus vinos.


Algunos recordamos el 'affaire' de Jay Miller y Pancho Campo en diferentes denominaciones de origen, donde supuestamente, el norteamericano, venía a catar y puntuar vinos españoles de diferentes zonas vinícolas y que acabo en escándalo, los bolsillos repletos de euros de los organizadores, con la dimisión del Dr. Miller y no se si la guía de Mr. Parker llegó a incluir las notas de esas 'catas'.

También es cierto que los gustos son propiedad de cada persona y las guías pueden orientarte a decidir comprar un vino o no, para no poner en entredicho el trabajo de los que elaboran estas listas, he de reconocer que un trabajo de catar vinos no es fácil pero hay que buscar un equilibrio entre tus gustos y los de los demás.


Buscar un vino que te sorprenda hoy en día es difícil, hay grandes vinos y mucha competencia, pero los criterios hay que marcarlos desde la propia personalidad de cada uno. Los vinos que buscan un estándar pueden ser una opción para quién tenga este tipo de gustos, pero lo bonito es aprender a crear tus propias emociones y sensaciones a la hora de catar un vino.

Los vinos con la personalidad del terruño, la bodega y la añada son sorprendentes algunas veces y no siempre son del gusto del consumidor, lo que está claro que cada enólogo aplica su técnica en busca de gustos lo más atrayentes y eso es lo bonito de este mundo.


Cada uno debe ser capaz de decidir por sus gustos y quizá ese ranking o lista de vinos debería ser diferente, bajo mi criterio, pienso que se debería transmitir las sensaciones de forma más explicita que un número entre 0 y 100, buscando un equilibrio entre la razón y el corazón, abriendo el paladar a nuevos sabores y confiando en los sentidos propios y personales.


Concluyendo pues, nadie puede más que uno mismo puntuar o elaborar una lista de vinos para poderlos disfrutar y comparar con los sentidos que se desean y desde luego seguir buscando y catando en la variedad de la oferta, que es mucha y variada.

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