miƩrcoles, 30 de agosto de 2017

Vendimiando en la bodega Las Tirajanas

A principios del mes de Agosto y durante mi perĆ­odo vacacional, alejado del dĆ­a a dĆ­a en la informaciĆ³n vitivinĆ­cola peninsular, eventos y catas, tuve la oportunidad de hacer una de las vendimias mĆ”s tempranas del hemisferio norte. Efectivamente no estaba en la penĆ­nsula, me situaba en el sur de Gran Canaria, concretamente en el municipio de San BartolomĆ© de Tirajana, situado en el sur de la isla.

Por casualidad me enterĆ© de que se celebraba un evento y dado que desconocĆ­a la producciĆ³n local, no asĆ­ de las islas vecinas de Tenerife y Lanzarote, me aventurĆ© a contactar con la bodega con la finalidad de informarme y participar en la misma.


ContactĆ© con Eva que era una de las organizadoras y no tuve problema en participar de la vendimia y de paso conocer unas de las Bodegas de la isla, en este caso la SAT Las Tirajanas, en la cual unos 16 socios aportan las uvas desde diferentes parcelas de la isla que llegan a la bodega donde el equipo capitaneado por su enĆ³logo Uwe y dirigidos por Ana Nanclares, se elaboran hasta 8 tipos de vino diferentes, siendo las variedades blancas las que mĆ”s vinos acaparan.
 
Las variedades que esta SAT maneja son diversas, asĆ­ Marmajuelo, Verdello, Verijadiego, MalvasĆ­a volcĆ”nica, Albillo y ListĆ”n Blanca provienen de la zona sur de la isla, parcelas que comparten paisajes, situadas en los barrancos entre la Caldera de Tirajana y Fataga, con otros cultivos como olivos, albaricoques y palmeras con suelos basĆ”lticos, difĆ­ciles de trabajar, con mucha dureza y donde los vinos tienen marcadas y diferentes caractrĆ­sticas que los hace Ćŗnicos. La zona de medianĆ­as, mĆ”s hacia el centro y norte de la isla, la variedades tintas como ListĆ”n Negro (mayormente), Vijariego negro, Castellana, Baboso negro y Tintilla cultivadas en suelos de picĆ³n o lapilis volcĆ”nicos muy sueltos, a veces con fondos de suelos arcillosos que retienen el agua y aportan los nutrientes necesarios.



La experiencia de vendimiar en la finca de San BartolomĆ© de Tirajana es Ćŗnica, primero por los paisajes tan diferentes a los que uno puede encontrar en las llanuras de la penĆ­nsula o del vecino paĆ­s Francia, los tipos de suelo, la ubicaciĆ³n de las fincas y sobre todo la pertinaz sequĆ­a que sufren desde hace un lustro en el sur de la isla.

La gerente de la bodega Ana Nanclares fuĆ© mi anfitriona, me fuĆ© explicando las ubicaciones, los tipos de suelo, las variedades, como se organizaba la vendimia en los distintos puntos de la isla, recorrĆ­ con ella los escasos kilĆ³metros entre la bodega y la finca por estrechos y pedregosos caminos, en la propia Caldera de Tirajana, con espectaculares barrancos, suelos desĆ©rticos, hasta llegar a las fincas con las parcelas de uva. Parcelas con variedades blancas como la Marmajuelo (que fue la que vendimiamos), Verdello y MalvasĆ­a volcĆ”nica, la vendimia ya estaba en marcha, ya que se empieza a las 3 de la maƱana, de noche, vendimia manual, en cajas de 15 kilos que luego se transportan a la bodega.


El grupo de vendimiadores por un dĆ­a que nos juntamos allĆ­ provenĆ­an de diferentes zonas de la isla y tras una breve explicaciĆ³n de Felipe, el encargado de la finca, hicimos una rĆ”pida vendimia con el fin de que el sol no nos hiciera mella, pues el calor tambiĆ©n impide que la uva llegue lo mĆ”s fresca posible a la bodega.

Tras recoger unos 400 kilos, aproximadamente, nos deleitaron con un almuerzo tĆ­pico de productos de la isla como el pan de puƱo, queso artesano, frutos secos y aceite de la zona, todo ello regado con el Ćŗnico vino de la cosecha pasada que (fue de un 20% de la cantidad habitual) en este caso era el Vino Dulce Blanco.



Posteriormente nos trasladamos a la bodega donde se descargĆ³ la uva a una mesa de selecciĆ³n, es uno de los controles de calidad fundamental para elaborar los vinos en las mejores condiciones, asĆ­ se selecciona solo aquellos racimos sanos y limpios de enfermedades o granos rotos, que luego pasarĆ”n al depĆ³sito, previo despalillado, para reposar a temperatura baja para poder hacer asĆ­ una criomaceraciĆ³n y extraer mayor potencial aromĆ”tico, cuando el enĆ³logo lo considera se prensa y pasa ya directamente a los depĆ³sitos de fermentaciĆ³n controlada, donde terminarĆ” el proceso y se obtendrĆ” el vino de la variedad que se haya vendimiado.

La bodega es bastante grande, tiene muchos depĆ³sitos pequeƱos para que las diferentes variedades fermenten por separado y ya posteriormente hacer los ensamblajes de las diferentes variedades o el paso a barrica de los que formen parte de dicha crianza. TambiĆ©n diponen de su sala de embotellado y almacĆ©n de producto terminado. La capacidad actualmente de producciĆ³n es de unas 90.000 botellas, siendo una de las bodegas mĆ”s grandes de la isla.



Tras realizar los trabajos de entrada de la uva en bodega y selecciĆ³n tocaba catar otros vinos de la bodega, asĆ­ que aparte del dulce que ya habĆ­amos conocido, catamos un rosado de Listan Negro, variedad que en algunas zonas de la isla no llega a producir una piel oscura, pero que para este rosado es ideal, es fresco y con una buena nariz asĆ­ como de una agradable gustosidad.

El tinto barrica tambiƩn es un vino muy diferente, la carnosidad y la elegancia de la barrica, hacen que este coupage de uvas integre la frescura y la fruta con notas especiadas, un buen remate para degustar algunos de los productos gourmet de la zona como son sus quesos, el pan artesano con el aceite de oliva y unas aceitunas con un mojo que las hacen muy gustosas.


Por supuesto, y ya que el blanco seco no estĆ” disponible, terminamos con una copa del Dulce que ya habĆ­amos catado durante el desayuno.

Una experiencia muy diferente de la que me tienen acostumbrados en otras bodegas del continente, ya que, no solo los paisajes y las variedades son totalmente diferentes, sino que los propios vinos tienen caractrĆ­sticas Ćŗnicas asociadas a un territorio de ultramar de origen volcĆ”nico y que incluso es muy diferente de las islas vecinas. Espero poder disfrutar de los vinos de la nueva cosecha en breve, sobre todo los blancos, me encantarĆ­a conocer esa mineralidad, salinidad y la envolvente fruta que de estas variedades se puedan obtener.

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