sábado, 24 de enero de 2009

Celler Sangenís i Vaqué

Visitar la D.O.Q. del Priorat y no visitar una bodega o celler como aqui se llaman es perderse parte de la visita a esta comarca. Aunque la temporada de visitas en invierno, y más entre semana, no es muy corriente, nos recomendaron visitar Sangenís i Vaqué, una bodega familiar que elabora vinos de la zona desde 1.979 en el término de Porrera y que cultiva viñas en fincas propiedad de la familia con tradición de elaboradores desde el siglo XIX.
Este celler está en la plaza de catalunya de Porrera y está en una de las casas nada más acceder a esta plaza. Nos atendió muy amablemente María, una joven de la familia Sangenís i Vaqué, experta en la materia que nos argumentó todos los procesos que emplean en la fabricación de sus vinos, esta bodega produce alrededor de unas 40.000 botellas (muy pequeña en comparación con los 2 millones de botellas de alguna bodegas riojanas).



Este proceso empieza con la fermentación alcoholica en depósitos subterráneos revestidos de gres, los que contienen la uva despalillada (sin el racimo) durante 30 días aproximadamente. Estos depósitos se usaban por sus antepasados para fermentar la uva dando mejores características al vino que los de acero inoxidable (que también los tenían allí dentro. Pásada esta etapa se extraen los hollejos sobrantes y se prensan hasta conseguir de nuevo más mosto que mezclado al mosto flor dejado en los depósitos va a producir una segunda fermentación denominada maloláctica. Este mosto es removido diariamente durante unos 30 días más.


Posteriormente pasa a barricas de roble frances, donde al menos estará 12 meses para conseguir mezclar los taninos de la propia uva con los taninos de esta madera, para ello emplean barricas de 225 litros, que son renovadas cada 5 años. También usan roble americano, pero tratado en Francia, para afinar la fuerza natural de este tipo de madera.


La crianza en botella es fundamental para poder terminar de madurar y redondear este vino, que fundamentalente utiliza variedades autóctonas de Garnacha y Cariñena (otras variedades como Syrah, Cabernet y Merlot también se usan), sobre todo en algunos vinos se han producido de viñas entre 50 y 80 años de antiguedad.

La cata la hicimos en la misma bodega, probando dos de las cinco variedades que la bodega ofrece. En primer lugar probé Vall Por 2003, uno de los vinos que la revista Mi Vino, nombra como relacion calidad-precio del 2008 a estimar por nuestros paladares, de variedades cabernet, Merlot, Syrah, Garnacha y Cariñena, con un color cereza oscuro y ribetes violáceos, con toques a especias y frutos rojos y un fondo largo. Una elección interesante por unos 15 € la botella.




Luego pasé a probar un reserva del 2002, Clos Monlleó, vino de cepas viejas de Garnacha y Cariñena (entre 25 y 80 años), un vino redondo, de color cereza picota madura, con aromas a fruta madura y tonos minerales, graso y goloso, un vino con 15º de alcohol y baja acidez y que es perfecto para acompañar un buen plato de carne roja, así como degustarlo solo por placer. El vino vale 42 € a mi me pareció un buen precio para la sensación que me ha dejado en mis sentidos.


Por lo demás la bodega dispone de 3 variedades más, Coranya (garnacha y cariñena de viñas medias 10-15 años), Dara muy parecido a Vall Por (por sus variedades) y Sangenís i Vaqué, un tinto joven sin crianza muy valorado y que sería muy atractivo en ocasiones especiales para quedar bien a un precio económico.


En fin una visita muy instructiva y quiero dar las gracias a María Sangenís i Vaqué, que muy amablemente nos dió una lección de conocimientos más profunda sobre este arte de elaborar vinos y que con su juventud y profesionalidad espero que siga así y nos de más sorpresas en la elaboración de vinos.

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