lunes, 30 de julio de 2012

Horchata de Chufa, la bebida refrescante del verano

Pues es cierto, como mediterráneo que soy y con apego a la dieta que nos caracteriza a los habitantes de la ribera del 'Mare Nostrum', he de ser sincero y deciros que no hay mejor bebida para aplacar los rigores del calor veraniego que una fría y refrescante Horchata de Chufa a media tarde.


La Horchata de Chufa es tradicional tomarla ya a ultima hora de la tarde, cuando el sol empieza a ponerse y uno necesita volver a hidratarse y relajarse y pensando en que la jornada de calor termina, y para ello un buen vaso de este líquido tan valenciano, frío, líquida o granizada, sola, con rosquilletas o con los afamados 'fartons', hace las delicias de jóvenes y mayores y refresca lo que no te puedes ni imaginar.

La receta de esta bebida tan refrescante es muy sencilla y además tiene unas propiedades beneficiosas para el ser humano, estamos importando cultura oriental con las bebidas de productos vegetales como la soja, y no hemos pensado que desde hace siglos la dieta mediterránea ya tenía una bebida vegetal de la que hemos disfrutado muchas generaciones y con propiedades quizá más beneficiosas que otras bebidas similares.


La Chufa, ese tubérculo de proporciones diminutas, que es la base, junto con el agua, para elaborar una buena horchata, es un vegetal rico en minerales; entre ellos, el fósforo, el magnesio, potasio, calcio y el hierro, además de grasas insaturadas y proteínas. Por tanto la horchata de chufa se puede considerar una bebida energética y nutritiva, de origen completamente vegetal y con propiedades cardiovasculares similares al aceite de oliva, contribuyendo a disminuir el colesterol y los triglicéridos, por su alto indice de ácido oleico. Hay un sinfin más de propiedades que he encontrado en la página del Consejo Regulador Chufa de Valencia y que os dejo aquí en este enlace.



La autentica Horchata de Chufa de Valencia solo lleva Chufas de Valencia, agua y azúcar o edulcorantes, y desde luego que, aunque las hay envasadas y comerciales, la mejor la podemos encontrar en las horchaterías de los pueblos del norte de la capital valenciana, como en Alboraya, Almassera, Tavernes Blanques, ... siempre cercana a las huertas que han seguido cultivando, y siguen, este tubérculo llamado Chufa y que espero nos siga refrescando durante muchos veranos.


lunes, 23 de julio de 2012

El vino, una auténtica red social

Pues aunque de moda esté el mundo digital y todo lo que ahora se denomina 'redes sociales', existen desde hace un  montón de tiempo, y casi desde que el hombre descubrió el vino. Beberlo y disfrutarlo en grupo es el origen de la red social en torno a ese alimento. A veces bebido con moderación, otras veces en forma de bacanal, pero hacía que las personas se reuniesen en torno a esta bebida para divertirse, cerrar sus negocios, enamorarse, celebrar un acontecimiento, etc...


Vivimos en una sociedad demasiado globalizada, pero a la vez muy impersonal, a veces te puedes encontrar con tu vecino y no conocerlo, cuando lleváis diez años conviviendo en el mismo edificio. Las relaciones interpersonales muchas veces se encuentran con obstáculos que nosotros mismos nos ponemos, como por ejemplo el estatus social, el nivel socio-económico, la distancia, los gustos o preferencias a la hora de relacionarnos, y un sinfin de ellos que podríamos enumerar.


El vino ha servido para afianzar muchas relaciones de este tipo durante siglos, ya los griegos, fenicios y romanos lo consideraban una bebida que limpiaba el alma y nuestras inquietudes y que aseguraba la curación de la tristeza (Séneca 4 a. de C - 65.), y posteriormente era utilizado para celebrar las victorias en las grandes batallas o para sentar en la mesa a guerreros y campesinos que ahogaban sus penas tras una jornada de trabajo larga y dura.


En este siglo XXI, tan moderno y avanzado, seguimos utilizando el vino para reunirnos en torno a una mesa y celebrar cosas tan simples como que un día nos conocimos en torno a una copa de vino y que ahora de vez en cuando celebramos que nos seguimos viendo, nos hemos hecho buenos amigos y compartimos una vida social que antes nunca podríamos haber tenido por mucho Internet que tengamos a nuestro alcance.


Es importante en este mundo compartir experiencias de este tipo, nos hace mejores personas, más tolerantes, más abiertos a conocer personas de otras culturas, nuestros hijos se hacen amigos y entre ellos parece que se conozcan de toda la vida, y si en un momento dado alguien abandona la red social, tranquilos hay lista de espera para entrar en el grupo y seguir creciendo.


sábado, 14 de julio de 2012

El arquitecto y la casa más bonita del mundo

Un apacible día de primavera hubo un terremoto muy sentido en una ciudad, este temblor causó enormes estragos y se pidió ayuda a todo el mundo para poder rescatar todo aquello que estaba intacto o podía recuperarse.


Un arquitecto estaba por la zona y decidió acercarse a ver en que podía ayudar. Al pasar cerca del centro se encontró con una casa muy bonita, la fachada estaba intacta, esta relucía y en un montón de ruinas y escombros, se mantenía reluciente y brillante. El sol reflejaba en sus ventanas dando si quiera más luz reflejada, que la propia del astro rey.

El arquitecto vió que la puerta estaba abierta y llamó para ver si podía entrar, no contestó nadie, pero oyo una voz en el interior de la casa que le invitaba a entrar, el urbanista buscaba la voz pero no encontró a nadie. La casa era preciosa en su interior, amplia, luminosa, llena de ricas sedas en sus paredes y ventanas, suelos preciosos y brillantes, muebles de categoría insuperable, pero él se fijó en su estructura, temía que los daños fueran capaces de asolar la casa, así que empezó a examinarla.


Mientras la examinaba se daba cuenta que podría ser la casa de sus sueños, tenía fuertes cimientos, delicados yesos, paredes con ladrillos amplios, vigas trabajadas y decoradas, pero en ese momento empezó a sentir como sus pasos se tornaban en crujidos secos, y a cada zancada la casa se tambaleaba hacia todos los lados.

Esa noche el arquitecto se fue al hotel de la vecina población y decidió poner todo su empeño en recuperar la casa y que volviese a ser la más bonita del mundo, ya que temía fuera a hundirse de un momento a otro. Así que al día siguiente empezó a examinar sus cimientos, los encontró fuertes, anclados, de buena calidad, miró sus paredes, estaban resquebrajadas, pero nada que no arreglase una mano de argamasa y pintura, siguió estudiando la estructura y le pareció fuerte pero necesitaba algun puntal para sujetar alguna viga. Pero los crujidos seguían oyéndose, los pasos hacían moverse toda la casa y empezaron a caer algunos cascotes del techo.


Los planos no había manera de encontrarlos, el proyectista paso unos días en la ciudad buscando los dibujos que alguien hizo para construir esa casa, la obsesión era muy fuerte y cada vez que entraba en la casa la anhelaba más y más y pensaba que sería un reto y una satisfacción conseguir que la casa siguiera en pie, además se sentía cómodo, agusto consigo mismo, con una paz interior que le hacía sentirse como en su casa de toda la vida, pero los constantes movimientos le convulsionaban y le daban miedo, pensaba que la casa se caería y no podría alcanzar el sueño de restaurarla.


Conforme pasaba el tiempo se convirtió en su pasión, pero le hizo olvidar que otras casas también necesitaban de sus conocimientos y experiencia, casas que no eran tan atractivas, pero que eran el sustento de familias que necesitaban a personas como él, con su bagaje y disciplina. Así que un día decidió estudiar más a fondo el problema y descubrió que la estructura necesitaba asentarse. El seísmo había desencajado muchas de las uniones de las vigas y de los pilares, el suelo iba cediendo conforme se apuntalaban sus vigas, así es que tras pensarlo y aplicar todo su conocimiento y su cariño, vió que lo que necesitaba la casa era tiempo. Tiempo para que toda la estructura tomase la forma que fuese necesaria, para estabilizarse, asentarse y poder tener la completa seguridad de que volviese a estar arraigada y firme, aunque durante un tiempo nadie la habitara, era necesario.



Así que el arquitecto, con el dolor en el corazón de no poder hacer nada hasta que pasara un tiempo, decidió dedicarse a continuar su labor en otros menesteres con el pensamiento siempre en esa casa que nunca tuvo y que le gustaría tener, pero que necesitaba olvidar durante una temporada hasta que en un futuro pudiese encargarse de su reconstrucción y volviese a ser la casa más bonita del mundo.