domingo, 12 de enero de 2014

Cooperativa La Viña

Quizá hablar de una cooperativa no se asocie a hablar de una bodega, pero no es así, las cooperativas hoy por hoy son grandes bodegas de unos socios que aportan su materia prima y unos trabajadores que trabajan para gestionar esa materia prima y producir el resultado que, hace que se siga trabajando en el campo para mantener las economías que tienen su razón de ser en el trabajo del que viven miles de familias.


La Cooperativa La Viña, está situada en el municipio valenciano de la Font de la Figuera, y agrupa otros muchos municipios colindantes, así pues hablamos de muchos agricultores y propietarios de terrenos donde se cultivan, mayoritariamente, viñas y que aportan toda la materia prima para obtener el beneficio de la explotación y poder seguir viviendo del campo.


El modelo cooperativista del campo surgió a principios del siglo XX como una manera de subsistencia para el pequeño y mediano agricultor para tomas fuerza ante los grandes terratenientes, es posible que esta circunstancia tuviese un desarrollo no muy importante, pero fue la respuesta para agrupar ese minifundismo que ha caracterizado a nuestra agricultura y a aunar esfuerzos.


Desde su fundación en 1944, La Viña ha ido situando a una zona productora de uvas para hacer vino, en una de las más importantes de la provincia de Valencia, que junto a la comarca Utiel-Requena, han conformado la tercera región productora de vinos de España. A estas alturas del siglo XXI, esta cooperativa ha sabido posicionarse como una gran bodega dentro de los elaboradores de vino de la zona, así con sus casi 13 millones de kg. de uva, un equipo de gestión moderno y totalmente apoyado por sus socios, una política de marketing acorde con los tiempos y unas inversiones pensando en la continuidad, La Viña se ha posicionado como una de las cooperativas valencianas que más ha crecido en estos últimos años, tanto en ventas como en inversiones, también su pertenencia a AneCoop, la ha posicionado de cara al mercado internacional, donde exporta el 80% de su producto.


En nuestra visita de ayer, Jose Agustín Martínez, director general de la Cooperativa La Viña, nos presentó todo el proyecto y su evolución, una presentación dónde se nos mostró la evolución y los planes futuros para la cooperativa, desde luego basados en la calidad y modernidad, pero apostando por potenciar el producto obtenido de una materia prima a la que cada vez exigen mejor calidad y que hace incrementar el precio que obtienen los agricultores por su materia prima aportada conforme al nivel exigido.


Respecto a la bodega en sí, supone un gran esfuerzo inversor el automatizar todas las tareas de recepción, elaboración, crianza y embotellado de los vinos, pero a su vez implica que se pueden obtener vinos de calidad, tanto para el envasado en bag-in-box (una manera de tener vino bien conservado y facil de transportar, aunque no guste demasiado al mercado nacional), como para los vinos de crianza y destinados al canal de distribución de grandes superficies. El equipo de enólogos también aplica técnicas que en otros mercados (sobre todo de vinos del nuevo mundo), hacen que los vinos se puedan adaptar al consumidor, quizá, la clave para salir al mercado exterior.


Pudimos catar 3 de los 25 vinos que la Cooperativa elabora, así su marca Juan de Juanes, una marca que la bodega mantiene más de 25 años, ha cambiado para ofrecer un vino de gama media-alta a la gran distribución a un precio totalmente asequible. Juan de Juanes Vendimia Oro, Plata y Bronce es una gama de vinos que son modernos, nueva etiqueta y buscando al consumidor que busca un justiprecio y una buena calidad en sus vinos.


Juan de Juanes Vendimia Oro blanco, fue el primero que catamos, es una selección de uvas Chardonnay en su mayoría, que contiene una parte fermentada y criada en barrica con otra cantidad de vino jóven. Un vino brillante, lleno de matices aromáticos a frutas tropicales, sutil en aromas a madera y muy fresco, un blanco muy correcto.


Otro de la serie Juan de Juanes fue el Vendimia Plata Petit Verdot, una variedad por que la bodega ha apostado como producto diferenciado. Es un vino con mucho color, de capa alta, su nariz recuerda a fruta negra madura, notas de grafito y tostados provenientes de la barrica de roble americano donde permaneció 6 meses, en boca es bastante tánico, tiene fuerza y es un vino para disfrutar con carnes rojas y platos muy elaborados.


El buque insignia de la bodega es la marca Venta del Puerto, sus dos elaboraciones son la nº 12 (12 meses en roble americano) y la nº 18 (18 meses en roble francés). Este 'coupage' de Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Syrah y Merlot, proveniente de viñedos seleccionados, han conformado dos de los vinos que más han dado que hablar en la Comunidad Valenciana en los ultimos 5 años. Nosotros probamos el nº18, quizá, a mi entender, falto de reposo en botella, pero ya apto para consumir, que con un estupendo color cereza picota, brillante y de capa media ya apuntaba a una explosión de aromas en nariz a fruta roja madura, muy especiada, tabaco de fondo y algo mineral. En boca tenía un tanino redondo, quizá un poco verdoso todavía, pero apuntaba maneras hacia un final sedoso y largo.



No dió tiempo para más porque nos esperaba otro grande la zona, Daniel Belda, del que daré cuenta en el próximo post, pero conocer nuestro tejido empresarial con un modelo cooperativista me ha gustado y también los vinos, por los que se ha apostado para traspasar fronteras y apoyando al campo como motor de la economía de la zona.

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