Mostrando entradas con la etiqueta Almería. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Almería. Mostrar todas las entradas

domingo, 9 de octubre de 2011

La Bodega de Alboloduy llega a Valencia

Tras mi visita en el mes de marzo a Almería, concretamente a Alboloduy en los pies del Parque Natural de Sierra Nevada, quedé sorprendido por la belleza del paisaje y comprobar que en estos parajes se cultivaba viña. Cuando probé las variedades autóctonas como la Jaén Blanca y las variedades adaptadas (Syrah, Cabernet Sauvignon...) a los casi 1.000 metros de altura, no podía creer que los vinos fueran tan intensos y rebosaran terruño por todas partes.

Tras casi 7 meses de relación con los vinos de La Bodega de Alboloduy de la familia Calvache, quise que en la Comunidad Valenciana no nos perdiésemos este tipo de vinos, que hoy por hoy eran difíciles de encontrar a no ser por la compra directa en la bodega.

Es por eso que el próximo día 18 de Octubre, en el Club de Enófilos de Valencia, se presentará oficialmente la bodega y sus vinos, acto al que desde aquí os invito para que degustéis estos especiales vinos que, en tierra hostil y complicada de trabajar, se van a ver en tierras valencianas dentro de poco.

A nivel comercial hay vinotecas valencianas y algún restaurante que los va a tener en sus estantes y que desde aquí os iremos informando de sus puntos de venta en Valencia próximamente.

Ahora os voy a dejar unas fichas de cata de estos vinos en la que se muestra el potencial de aromas y sabores de los vinos de altura de La Bodega de Alboloduy.



lunes, 21 de marzo de 2011

Alboloduy, vinos de altura hechos con pasión


Aprovechando un fin de semana primaveral e invitados por Paco Calvache, pusimos dirección a Alboloduy, pequeño municipio de la provincia de Almería, a los pies del parque natural de Sierra Nevada.

 
Nuestra misión era conocer de primera mano el terruño y quienes elaboran los vinos de la Bodega de Alboloduy, cómo no de primera mano y en primera persona y ciertamente lo conseguimos gracias a nuestros amigos que fueron perfectos anfitriones.

Estuvimos en casa de la familia Calvache, que nos cedió amablemente su cortijo, desde donde pudimos respirar paz y tranquilidad las dos noches que hicimos en esta población.

La bodega está justo a la entrada del municipio, es una bodega pequeña y perfectamente organizada y aprovechada, donde podemos encontrar la zona de recepción, de elaboración de los vinos, sala de crianza de barricas y de producto embotellado. Paco enseguida nos dio a catar algunos de los vinos que saldrán al mercado próximamente, como el Syrah y el Cabernet Sauvignon de la Colección de vinos Cristina Calvache, por cierto enóloga e hija de Paco, que consigue dar el toque personal a los vinos tras el fabuloso trabajo de Paco en el viñedo.


Catamos alguna muestra de botellas, de las primeras que se elaboraron y que se guardan en la bodega, y nos dispusimos a prepararnos para el viaje hacia las alturas, para descubrir el secreto por lo que, esta pequeña bodega es capaz de elaborar unos vinos tan distintos y fabulosos.

 
La subida al Montenegro, la montaña del margen derecho de la ribera del río Nacimiento, vista desde Alboloduy, un macizo impresionante, en el que nada más subir podemos apreciar los cañones que va dejando la rambla que desemboca en el valle, creando una forma natural impresionante y difícil de describir sin verla, 'in situ',  un paisaje que se va ascendiendo y  donde vamos encontrando formas geológicas basadas en areniscas, pizarras y cuarcitas, de una montaña que antaño era complicada de ascender, pero que hoy existe una pista forestal a la que nos da acceso con un vehículo normal, aunque nosotros ascendimos con un 4x4.

 
Conforme ascendemos vamos dejando al sur el Cabo de Gata, al oeste la sierra de Gádor con sus picos nevados, hacia el este Mojácar y el desierto de Tabernas y llegando a unos 1.000 mts. aproximadamente divisamos los picos más altos de Sierra Nevada como El Veleta. Por fin llegamos a uno de los refugios donde Paco tiene unas pocas hectáreas de cepas centenarias de Jaén Blanca, el terruño es impactante, cepas compactas que sobresalen entre un mar de pizarras y cuarcitas, de una finca de la que empiezan a verse los bancales tras el duro trabajo de Paco y su tractor, con el fin de dar forma a esta pequeña extensión de montaña y además permitir un aprovechamiento de la humedad, en un clima seco y con orientación sur.

 
Perfecta parada para preparar unas viandas, que a fuego de parrones y sarmientos se fueron cocinando para disfrute gastronómico, enológico y celestial con unas vistas espectaculares y una paz y tranquilidad inimaginables en esta vida tan presurosa que nos ha tocado vivir.


Tras esta pausa, seguimos visitando parcelas hasta casi una altura de 1.300 metros, donde seguimos encontrando estas variedades tan autóctonas y especiales, todas con más de medio siglo de vida, que resisten las duras condiciones que les dicta el clima y el terruño, hasta que luego en la bodega se obtiene el vino de Jaén Blanca de características excepcionales, frutal, mineral, salino, de post-gusto largo y único en el mundo.

 
Paco ha plantado más variedades, como Chardonnay, Viognier, Gewürztraminer, … para conocer su adaptación a la altura y terruño y elaborar este tipo de vinos en un futuro con éstas. 


Tempranillo, Syrah y Cabernet Sauvignon también se cultivan en altura, en parajes como El Campillo, con una tierra más arcillosa, pero también a niveles de altura entre los 700 y 1.000 metros, obteniendo frutos que evolucionan perfectamente en largas crianzas sin perder su origen y ganando en frescura y elegancia.



Tras esta visita a las fincas, finalizamos la jornada sabática para descansar y hacer una visita en la mañana del domingo por los pueblos que conforman esta comarca de la Alpujarra almeriense, como, Terque, Instinción, Ohanes

Al final, nos despedimos con una comida entre amigos y como no acompañados por uno de los excelentes vinos que Paco en el campo y Cristina en la  bodega, elaboran y que ganan con el tiempo como excelentes acompañantes a un final de la visita a la Bodega de Alboloduy.

viernes, 18 de febrero de 2011

Vinos de Almería (y II)

La otra bodega de Almería,  de las que hablaba en el 'post' anterior, se encuentra en la zona Norte de almería, en pleno valle del río Almanzora. Finca Onegar es la explotación agrícola que, aparte de elaborar vino, también posee olivos de variedades Picual y Acebuchina, así como frutales de secano como los albaricoques y ciruelas claudias.

La situación de la finca en la parte alta del valle, hace que se consigan ciclos largos de cultivo debido a las temperaturas más frescas y el clima seco característico de esta zona de secano. Los suelos son una combinación de arenas, arcillas blancas y pizarras, con cantidad de sedimento mineral y las viñas están con la mejor altura y orientación hacia la cuenca del río, para conseguir una perfecta ventilación y exposición al sol.

Entre las variedades plantadas en la finca, la Tempranillo es la mayoritaria, es una variedad seleccionada de viejos viñedos de la Ribera del Duero que se adapta perfectamente a los suelos poco fértiles y al clima de altura de este valle almeriense.


Entre los vinos cabe destacar los dos que hemos catado recientemente,  Onegar Tempranillo 2007 y Onegar Expresion D'Diego. El primero de ellos un monovarietal 100% Tempranillo, nos muestra un vino de capa alta, con rojos de fondo violáceo, que tras pasar 12 meses en barricas de roble americano (70%) y francés, nos deleita unos aromas a frutos rojos maduros, vainillas, especias y torrefactos, muy expresivo en boca, encontrando una alta mineralidad y un tanino que va suavizándose conforme evoluciona en la copa, de postgusto largo y persistente.


Onegar Expresion D'Diego es un vino de gama alta en el que las variedades Petit Verdot y Cabernet Sauvignon acompañan a un Tempranillo (85%) muy maduro y de intenso color. Este vino madura en barricas bordelesas de roble francés durante al menos 12 meses, tiene unos aromas muy dulces y especiados, se encuentran frutos negros maduros como  la ciruela, los arándanos y los higos secos, pero en todo momento envuelto en especias como el sándalo. En boca es muy suave y su persistencia es bastante larga.

Respecto al aceite, comentar que la variedad catada, 100% picual, es un puro zumo de oliva, presentado en botella artística de medio litro, tiene un tono verde con matices amarillos, en boca tiene una entrada muy suave y dulce para terminar con un 'bouquet' amargoso y algo picante. Se nota la mineralidad de los terrenos donde se cultivan.

En fin que esta tierra que poco conozco en profuncidad, en lo enológico hablando, me está sorprendiendo por su elaboraciones de vinos muy mediterráneos y a su vez de gran calidad y expresión organoléptica.