Según la Real Academia de la Lengua Española, un zafio es alguien con falta de tacto en su comportamiento y mezquino es que escatima excesivamente en el gasto, o sea un tacaño convencido y de profesión.
Pues así son algunos empresarios que en tiempo de Navidad (y cada vez más a menudo) pierden el detalle de compartir con sus clientes y empleados de quedar como un señor sin necesidad de tirar la casa por la ventana.
Hablamos de una tarjeta navideña, una botella de vino, una comida de fraternidad, pero no algunos aprovechan la crisis y escurren el bulto el día que se supone que los empleados esperan de él un detalle. Si económicamente no es posible al menos dar la cara y brindar con una copita de cava (o gaseosa si la cosa está chunga), pero no algunos, con la excusa de que hay que trabajar ni eso.
Es por ello que luego algunos clientes y empleados no quieran ni verlo en persona, porque aparte de ser tacaño también es bastante grosero en ocasiones y no escucha ni atiende razones.
En fin que estamos casi en Navidad y la ilusión de compartir y de estar todos juntos para contarlo debe estar por encima de rencillas y malos humos, y en estas fechas hasta el cliente y compañero menos avenido es bienvenido para brindar por el nuevo año que se nos avecina.
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