sábado, 27 de febrero de 2010

FORO DE ENOTURISMO EN VALENCIA

Ayer Viernes fuí muy afortunado al acudir, dentro del certamen TCV en Feria Valencia, a un Foro sobre Enoturismo en la Comunidad Valenciana. Afortunado porque tuve oportunidad, en la cata que seguía a la charla, de intercambiar puntos de vista con gente a la que admiro del mundo del vino, allí estaba Pablo Calatayud, Miguel Velazquez, Joan Cascant, Felix Martinez y otros más, representantes de las bodegas más importantes de la Comunidad (Celler del Roure, Bodega Los Frailes, Celler de la Muntanya, Vera de Estenas, Aranleón, Torroja y Gandía Pla), todas ellas involucradas en proyectos de Enoturismo.

La palabra Enoturismo no me acaba de gustar demasiado, por lo que yo la denominaría Turismo Vitivinícola. Cada una de estas bodegas y como pioneros Gandía Pla con un espectacular programa en su finca Hoya de Cadenas (ver mi post de mayo de 2009), Los Frailes y Roure con una visita que puede empezar en torno al poblado íbero de La Bastida (en Moixent), o las visitas a las instalaciones centenarias de la Casa Don Angel de Vera de Estenas, o la antigua bodega de Aranleón, e incluso un turismo gastronómico de Bodegas Torroja, hasta un turismo realmente paisajístico del Celler de la Muntanya.

La presentación de cada uno de los representantes de las bodegas fue espectacular, pero creo que hace falta crear una marca de Turismo Vitivinícola en la Comunidad Valenciana, una marca que aglutine la oferta que estas bodegas (y supongo que algunas más) nos presentaron en este foro, una Wine Road, como se hace en el Napa Valley Californiano, o una marca como Divinum Vitae de nuestra vecina Castilla La Mancha, para que a través de la Agencia de Turismo de la Comunitat Valenciana, pueda dar a conocer esta oferta que los bodegueros están debatiendo hoy en día. Necesitamos más actores y poner en esta marca un programa basado en actividades de aventura, rurales, de cultura, alojamientos, transportes, restauradores...

Esta marca, que podría ser Nostre Ví (Nuestro Vino) ó Vitis, Vinum et Mare Nostrum (VVetMN) , con referencias a nuestro clima mediterráneo, aglutinaría toda la oferta, y podría estructurarse por Denominaciones de Origen, zonas, comarcas, terruños o pagos, de manera que aglutinara la oferta que hoy en día se indivdualiza en cada bodega. Con esta marca y su contenido es un paquete fácil de ofrecer al turismo en general y a los tour-operadores en particular.

En mi modesta opinión creo que se debe partir de esta imagen de marca y dejar de lado cualquier tipo de desavenencia empresarial o reencilla para ponerse a trabajar en este aspecto y sobre todo involucrar a la administración local, autonómica, nacional y europea para poner a esta región vitivinícola donde debe estar y no donde la están poniendo.

¡Ah! y deciros que la ponencia terminó con una fabulosa cata, donde los enólogos dispusieron sus mejores galas enológicas para disfrute de cuantos allí estábamos.

domingo, 21 de febrero de 2010

Bodegas Altaman. Prior de Castilla.

Por tierras Castellano-Manchegas, en la denominada Manchuela Conquense, tierra de grandes denominaciones de origen como la Ribera del Jucar, la Manchuela o la propia Mancha, hemos ido a pasar una jornada a la zona alrededor de Motilla del Palancar (Cuenca). En concreto el inicio de nuestra excursión se centró en la Graja de Iniesta, una pequeña localidad situada casi a mitad camino entre Madrid y Valencia, a orillas de la A-3.

El motivo de esta visita era descubrir la bodega que esconde el vino Prior de Castilla, un vino que hemos probado en un restaurante cuyo dueño conoce la bodega y tiene relación especial con sus socios, la cooperativa se denomina Altaman, y está a unos 800 mts. del centro de Graja de Iniesta.

La bodega es una instalación de menos de 5 años, totalmente mecanizada, con una nave interior con capacidad para unos 2 millones de litros, con depósitos de acero inoxidable cerrados dentro de una nave industrial muy bien aislada, su laboratorio, su sala de barricas, su embotelladora, ... todo con unos niveles de calidad excelentes y cumpliendo una estricta normativa sanitaria que hacen que sólo 2 personas gestionen la instalación.

La bodega elabora vinos tintos y rosados de variedades tan autóctonas como la Bobal y Cencibel y foráneas, pero bien adaptadas, como la Cabernet Sauvignon, Merlot, Monastrell y Syrah entre otras. Su gran apuesta por la elaboración de caldos de uvas de procedencia ecológica y sus excelentes instalaciones, han hecho que uno de sus vinos ecológicos, Prior de Castilla 2006 Ecologico, haya conseguido la medalla de plata en el Mundus Vini BioFach de Alemania.

Nuestra visita empezó con la visita a las tolvas de recepción de uva, la despalilladora, la prensa y los depósitos de fermentación, todo en una superficie nueva y muy espaciosa, pasamos después a la sala de barricas, donde se envejece el Prior de Castilla, una sala pequeña con unas 25 barricas de tipo bordeles francesas y americanas, sala en la que perfectamente se puede almacenar un centenar de botas y que espero que salgan excelentes caldos en un furturo.

Visitamos el resto de instalaciones, pero lo que más me gustó fue realizar una cata en vivo, directamente de los depósitos donde se almacenan los vinos ya listos para embotellar. El primero que probé, es un rosado en preparación, que aún estaba en proceso de pre-embotellado y que tenía unos aromas a fresa impactantes, en boca, al estar a 3º C no se apreciaba ninguna nota característica.

Los buenos fueron los Cabernet Sauvignon ecológicos del 2008 y 2009, diferentes, el primero con una densidad en boca tremenda, con unos taninos dulces, propios de la fruta madre y que con una crianza de 3 a 6 meses debe estar delicioso dentro de una año, el segundo de 2009 más frutoso, un poco vegetal, pero diferente en aromas y sabores. Probé también un Tempranillo muy afrutado pero menos aromático y sobre todo menos denso. Para denso, glicérico y goloso, un Syrah ecológico, un vino que en botella despertaría buenos paladares para comidas con caza y cordero, una mezcla de frutos rojos maduros y tostados torrefactos que en boca era de trago largo.

Un día de mucho frío y que con la cálida visita que nos brindó Pepe, una persona estupenda y unos de los socios, nos dejó un buen sabor de boca.

sábado, 20 de febrero de 2010

Por tierras Manchegas

Pues como para muestra un botón, con frío y un día bastante ventoso nos hemos acercado a la Manchuela Conquense, en concreto a las localidades de Graja de Iniesta, Motilla del Palancar y Alarcón. En la primera de ellas hemos visitado las Bodegas Altaman, bodegas donde en el próximo post os explicaré como lo he pasado de bien, en la segunda hemos comido bien y en la tercera hemos disfrutado del paisaje y monumentos.

La comida ha sido sencilla, muy castellano-manchega y no hemos hecho fotos, debido a la hora que se nos ha hecho y  había 'gusa', pero deciros que las judías con perdiz caseras estaban muy sabrosas y la caldereta de cordero guisado tampoco tenía desperdicio, el queso manchego con membrillo casero no desmerecía, el vino, un cosechero de la zona, era recio pero tenía un postgusto a las golosinas de 'puromoro' que decíamos en mi época (caramelos de regaliz muy dulces), este ha sido un poco el fallo, pero ya venía un poco 'chiscao' de la bodega. El frío la verdad es que era intenso (unos 5º C) y con el aire aún se notaba más y la vianda ha acompañado a la ocasión.

Después de comer hemos ido a visitar Alracón, desde Motilla del Palancar hay unos 16 Km. que por la antigua N-III se nos antojaba que estábamos sólos, hemos entrado triunfalmente en el pueblo, hemos hecho fotos,, paseado por sus calles, visitado sus castillos e iglesias, así como los fabulosos hoteles (parador incluido) y algún sitio para comer, como La Cabaña, que pretendemos volver para degustar sus viandas. El paseo hacía el puente sobre el Júcar y el cañón u hoz del Júcar, nos ha hecho bajar la comida y descnectar de la estresante y mundanal vida semanal.

El día aunque frío estaba soleado y nos ha permitido pasar una jornada estupenda.

Vinos de la semana

Esta semana he tenido la oportunidad de probar 3 vinos de diferentes denominaciones de origen españolas. Tal es el caso que el primero que tomé pertenecía a la D.O. Somontano, en concreto de Laguarres (Huesca), de la que hacía bastante tiempo (desde el boom de los Enate, Viñas del Vero, Montesierra...que no probaba ninguno de la zona). 

Este vino lo comercializa una distribuidora, "la.marca.wines" con sede en Zaragoza y su nombre, peculiar por cierto, es "Cojón de Gato", un nombre que viene de un tipo de uva popular del alto Aragón, de grano gordo, negro y alargado que recuerda a su nombre, esta uva está en muy pequeña proporcion en el 'coupage' (aunque la etiqueta dice otros). Un varietal de Syrah y Merlot, principalmente,  con poca madera (6 meses), color cereza picota con ribete granate vivo, de capa alta. En nariz, muy expresiva, salen frutas del bosque, cerezas, algún cacao, pimienta negra muy evidente, y balsámicos, cómo no, de fondo. El ataque en boca contradice a la fase visual y es ligero, cálido. Al paso ya va musculando, y aparecen licores y ahumados. Queda al final una astringencia y acidez juvenil, domable. Largo recorrido.
 
El siguiente en la lista ha sido un vino de la D.O. Utiel-Requena, de Bodegas de Utiel, elaboradora del Nodus, un tinto joven con poca crianza llamado Actum Varietal, un 'coupage' de Merloy Cabernet Sauvignon, de color vivo, picota violáceo muy brillante, posee una nariz intensa, que presenta algunos toques minerales, fresco con notas de fruta dulce en el fondo. En boca tiene buen ataque, el paso es poco secante,  con poco tanino, y cierto carácter goloso en el paso de trago largo.

Y de la montaña alicantina, concretamente de Cocentaina, nos vino el tercer vino, un Penya Cadiella 2005, un varietal de Cabernet Sauvignos, Merlot, Monastrell, Tempranillo y Giró (garnacha tinta) con una crianza de 6 meses en robles frances y americano y un reposo de 6 meses más en botella. Un vino con un color rubí intenso, con ribetes atejados. En nariz recuerda a vainillas, canela en rama y otras especias similares. Buen ataque en boca, con taninos dulces y de paso ligero, algo goloso y con un fondo a hierbas aromáticas como el tomillo y el espliego, muy balsámico.

Como ya expreso en estas notas, tres zonas diferentes y tres vinos diferentes que nos han hecho la semana más corta y nos prepara el fin de semana en busca de nuevos vinos que nos sorprendan al paladar y el resto de sentidos.

domingo, 14 de febrero de 2010

Frío San Valentín 2010

Frío en lo metereológico hablando pero cálido por la gastro-acogida en el Restaurante La Cumbre de Benitatxell (Alicante). Esta fría mañana, los rayos de sol asomaban por la ventana, y pese a pasar un sábado un poco fastidiado por la humedad y el frío, hemos puesto dirección a este lugar de la comarca de la Marina para saludar a Eloy y sus ayudantes, así como para degustar un menú muy completo.

La comida ha empezado con una copa de cava y degustando un hojaldrado de morcilla, seguido de un bacalao ahumado y una ensalada de gambas y salmón (exactamente no me he leído la carta, hemos pedido y ya está).

Hemos continuado con unos rollitos de calabacín, bacon y gambas con una salsa deliciosa, ahí es donde nos han sacado un vino tinto de La Tierra de Castilla, un Cabernet Sauvignon de 2006, Prior de Castilla, elaborado en Graja de Iniesta (Cuenca). Un crianza de 9 meses en barricas de roble francés y americano límpio y brillante, de lágrima densa, impregando la nariz a frutas rojas frescas (fresones y grosellas), de acidez correcta y equilibrado sabor, muy fresco en boca, con un retronasal que evoca la justa madera y algún que otro tono vegetal, perfecto para la comida de hoy.


El plato de pescado, que se me olvidó fotografiar, era de mero con una salsa acompañado por un mejillón y una salsa muy fina de tomate, que no recuerdo que más tenía. El sorbete de piña simplemente ¡genial!, dulce con la textura suave y casi cremosa.


La carne de ternera, en su punto por supuesto, con un paté tostado y acompañado de un pan dulce que contrastaba con el salado del resto del plato. ¡Y que deciros del postre!, un milhojas de nata y compota de cerezas (creo) con un caramelo de frutos secos, para chuparse los dedos. Y ya para terminar el típico café expreso y una copita de Moscatel de la Marina para poder digerir el mangnífico menú, que sólo por 30 € por comensal hemos disfrutado en el día de San Valentín.

sábado, 13 de febrero de 2010

Terra Íbera

Se trata de un vino tinto de precio reducido (menos de 2 euros) elaborado con uva Tempranillo, de la Cooperativa Valenciana Vitivinícola La Protectora de Sinarcas. Sinarcas es un municipio situado aproximadamente a unos 100 Km. de la ciudad de Valencia (España), perteneciente a la comarca Requena-Utiel y elevada a unos 900 mts. sobre el nivel del mar.

Se accede a este municipio a través de la N-330, desde Madrid o Valencia desde la A-3 y desde la misma N-330 desde Teruel, Alicante, Albacete o Cuenca.

Su extensión agrícola esta mayoritariamente compuesta por cultivo de viñas y cereales, siendo la primera la que más hectáreas ocupa y de la que hemos dado cuenta de vinos como el de este comentario.

Hace ya unos 10 años tuve la oportunidad de probar un vino, Cerro Carpio, comprado en la misma Bodega y que estaba recién embotellado, era una crianza de 6 meses en barrica, de Tempranillo creo y que aún rezumaba el color morado, tánico y cierto caracter vegetal en boca, tras 2 años en mi casa (no apta para guardar vinos en verano) cambió el tono a un color más anaranjado, aterciopelándose en boca y resultando delicioso para la ocasión.

La semana pasada compramos una selección de tintos, Arcaz crianza y reserva y Terra Íbera, del cual este último he abierto una botella y he disfrutado de un vino joven, con una graduación alchólica moderada 12,5º, un color rubí brillante y muy limpio. En nariz lleno de frutas rojas, floral y fresco. Ya en boca tiene una buena acidez, un equilibrio entre dulces y ácidos y con un postgusto que evoca sus raíces vitivinícolas.

Un vino variedad Tempranillo 100% de la D.O. Utiel-Requena para tomar todos los días y acompañar este frío invierno, ideal para tomar junto a un buen queso y a algún arroz seco acompañado de embutidos y carne de cerdo o un buen cocido con legumbres.

Pendiente quedan probar los tintos Arcaz Crianza y Reserva de Tempranillo y Bobal, la joya de las tierras de la comarca Utiel-Requena y que creo que nos podrá sorprender, además de que los precios de estos dos no lleguen a los 4 euros por botella.

sábado, 6 de febrero de 2010

Visita a Cañete

Este fin de semana nos hemos acercado al municipio de Cañete en plena serranía de Cuenca, la jornada empezó saliendo en dirección a Sinarcas, cerca de Utiel (Valencia), con un almuerzo a base de embutidos y con visita a la cooperativa de Sinarcas, donde hemos comprado algunos vinos de la D.O. Utiel-Requena.

Después nos hemos adentrado hacia la provincia de Cuenca, pasando pueblos como Talayuelas y Landete, para terminar en Cañete. Esta villa conserva todavía vestigios de una muralla y una alcazaba árabe del siglo X, es la puerta de la serranía de Cuenca, donde pasa el río Cabriel y se puede disfrutar de la naturaleza.

El medio natural está poblado por una inmensa masa forestal de pinos, sabinas y monte bajo que rodean las estribaciones del barranco por donde fluye el Cabriel, además la zona está llena de fuentes y su altura de unos 900 metros sobre el nivel de mar la hace perfecta para pasar un día fabuloso de invierno si hace sol, claro.
Hemos dado un paseo por los cerros aledaños y hemos visto que la tierra estaba espojosa y mojada por el efecto del deshielo de las últimas nieves. La temperatura ha oscilado entre los 8º y 10º C, pero al sol se estaba perfecto.

Hemos comido en la Hostería de Cañete con un menú a base de sopas, morteruelo (una mixtura caliente de carne de caza, fundamentalmente conejo, liebre y perdiz o codorniz, macerada con hígado, tocino y abundantes especias), chuletas de cordero, codorniz escabechada y manitas de cerdo crujientes con salsa de boletus, todo ello regado con un vino D.O. Ribera del Júcar (5 Almudes), típico de la zona (aunque de más al sur). Un menú para que la tarde fuese llevadera.


Hemos subido a La Picota, que es uno de los rincones cañeteros con algo especial. Es la cumbre de una abrupta cresta de roca, que formaría parte del espolón del castillo si el río Tinte contra toda aparente lógica geológica no las hubiera separado, introduciéndose como una cuña entre ambas elevaciones. La Picota ostenta, visible desde todas partes, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, de entrañable devoción en Cañete, y también la mejor panorámica inmediata de la población, extendida directamente a los pies. Un lugar con una tranquilidad perenne, ideal para meditar o desentenderse del bullicio de abajo.

Se accede tras una corta pero empinada subida por el camino posterior a la Hostería de Cañete. Aunque los vehículos en época seca podrían recorrer un primer tramo, se recomienda encarecidamente realizar toda la ascensión a pie. Los últimos metros requieren una cierta agilidad, ya que la senda salta de arista en arista.

Al atardecer hemos puesto camino a Utiel, a tomar un refrigerio para volver a casa tras un día de descanso, relax y gastronómico. Adjunto algunas fotos de interés para que observéis los ricos parajes de este país y que nos producen la sensación de haber viajado a otro mundo a los urbanitas como nosotros.