domingo, 29 de marzo de 2009

D.O. Valencia

Esta semana he tenido la oportunidad de probar algunos vinos de la D.O. Valencia y la verdad es que la riqueza de los parajes que la componen denota la calidad y variedad de vinos que podemos encontrar.

Desde el alto TĆŗria, pasando por las zonas de Cheste y Godelleta, como no TurĆ­s, LĆ­ria, Villar del Arzobispo, Pedralba, asĆ­ como el Clariano como la Font de la Figuera, la zona de les alcusses, que ahora llaman la Toscana Valenciana, Fontanares, Enguera, ...
La verdad es que tenemos muchas variedades de uva como el Tempranillo, la Garnacha Tintorera, el Monastrell, Cabernet, Merseguera, Macabeo y Moscatel Romano, de las cuales cada zona productora elabora unos vinos de gran calidad y que cada dĆ­a tienen mĆ”s prensa, gracias a la labor de los consejos reguladores y personas como Eduardo Mestres de la AsociaciĆ³n Els Bodeguers, que tanto ayudan a la difusiĆ³n de los productos de la Comunidad Valenciana.


Los vinos que esta semana he probado han sido variados, como Fusta Nova de bodegas GandĆ­a, un vino dulce de Moscatel, variedad AlejandrĆ­a, que con una temperatura de servicio de unos 14Āŗ C hacen que sus 15Āŗ de graduaciĆ³n alcoholica, junto a lo dulce y afrutado y su finura sea perfecto para terminar una comida de la manera mĆ”s impecable.

TambiƩn Villar del Arzobispo ha estado presente en la mesa, con un vino potente de Bodegas Comeche, Vega Serrana crianza de 2005, un vino a base de Tempranillo, carnoso, de larga persistencia, con tanino aterciopelado y con crianza en roble americano que le da el poder que denota.


La zona del Clariano se a presentado en mi mesa en dos momentos del fin de semana, curiosamente mi elecciĆ³n fue un Megala de 2005, de Bodegas Enguera, vino de uvas Shiraz y Monastrell, intenso, brillante y limpio, con aromas a tostado y frutos rojos maduros, estructurado y equilibrado, se nota la crianza en roble francĆ©s, que afina la armonĆ­a entre madera y frutos rojos. TambiĆ©n fue la elecciĆ³n del Restaurante Rascanya, de la Pobla de Vallbona, que lo incluyĆ³ en la bodega del banquete del enlace al que acudimos el pasado SĆ”bado, esta vez un Megala de 2006, quizĆ” mĆ”s equilibrado y afinado que el de 2005, debido a que la madera, al no ser nueva, le daba un matiz mĆ”s tostado, mĆ”s a raĆ­ces, y donde se apreciaba con mayor suavidad las bayas de frutos rojos maduros.

TambiĆ©n pude catar un vino del Alto Turia, en este caso un blanco jĆ³ven de bodegas Polo MonleĆ³n, Hoya del castillo, con variedad Merseguera y Macabeo, afrutado, pĆ”lido, con tonos amarillos-verdosos, con un punto carbĆ³nico y con elegante acidez.

Para terminar un cava (para el brindis) de Utiel-Requena, en este caso un brut nature de Pago de Tharsys, el Carlota Suria, de Macabeo y Perellada, que aunque no es de la DO Valencia, pero merece destacar la finura de sus agujas, aunque esta aĆŗn lejos de otros cavas Valencianos y como no catalanes.


ConclusiĆ³n, que aunque me faltan por probar aĆŗn nuevas exquisiteces, tenemos una variedad de vinos valencianos que merece la pena tratar con cariƱo, consumirlos como producto autĆ³ctono y recomendarlos al resto del paĆ­s y Europa, como el esfuerzo de familias y empresarios que creen en su trabajo y nos ofrecen extrema calidad a precios asequibles y que deberĆ­an estar en las cartas de los mejores restaurantes, para sentirnos representados en nuestra forma de vida mediterrĆ”nea.

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